sábado, 14 diciembre 2024

El sufrimiento del sector financiero no lo frenan ni los bancos centrales

El problema con el que convive el mercado en estos momentos es que no sabe hasta cuándo durará la crisis del coronavirus, ni las repercusiones que tendrá en la economía. Las medidas extremas, que están tomando ciertos países para contener la propagación del virus, están provocando una “paralización económica que tendrá efectos negativos sobre los datos macro y los resultados empresariales”, destaca Joaquín Robles, analista de XTB.

Mientras perdure esta situación los valores ligados al transporte, turismo, las materias primas o los más cíclicos como los bancarios y los relacionados con el consumo “sufrirán una fuerte volatilidad”.

A su parecer, los bancos centrales “tendrán un efecto limitado, ya que esta vez la crisis es de confianza, no de liquidez”. Por más que adopten medidas de estímulo, no van a recuperar el crecimiento hasta que los inversores no perciban que nos encaminamos hacia una recesión a nivel global, añade Robles.

HABÍA ESPERANZA

Los inversores y economistas se están dando cuenta de que las estimaciones iniciales del impacto sobre la economía global eran demasiado optimistas. A diferencia de las recesiones de 2001 y 2008 principalmente marcadas por una falta de demanda, los desafíos del COVID-19 implican una mezcla de demanda y un shock en las cadenas de suministro.

Es decir, aunque China se esté recuperando paulatinamente, la producción se enfrentará a problemas de suministros por las dificultades encontradas en otros países. “Los estímulos fiscales pueden intentar hinchar los bolsillos de los ciudadanos con dinero, pero el dinero solo no será suficiente para colocar productos en los estantes” comparte Salman Baig, de Unigestion.

El gestor no cree que las medidas más acomodaticias de los bancos centrales «sean una cura» porque la mayoría de los recortes de tipos ya se han producido a través de declives en el precio de los bonos y en la curva de tipos. Para contener el contagio, los Gobiernos toman medidas racionales, pero estas mismas medidas acentúan el riesgo de recesión.

FALTA LO PEOR

En este sentido, Sergio Ávila analista de IG aclara que “aún no hemos visto lo peor”. El precio del petróleo se estabilizará “probablemente” cuando la OPEP se vuelva a sentar en la mesa porque Rusia ha mostrado predisposición para llegar a un acuerdo y “a ninguno le interesa que los precios se hundan”.

Sin embargo, la situación general en el mercado va a seguir siendo de clara incertidumbre en los próximos meses. Nadie sabe cuál será el impacto del coronavirus en la economía y ya veníamos de un proceso de enfriamiento económico antes del coronavirus.

Esta situación “hará más mella en el crecimiento económico”, lo que obliga a los bancos centrales a realizar actuaciones coordinadas. Se espera que aumente el apoyo fiscal y monetario para evitar el contagio financiero entre países. Esto se puede traducir en mayores bajadas de tipos de interés que penalicen más a las rentabilidades de los bancos, “ya de por sí muy melladas”.

Si la situación de fuerte volatilidad continua “muchos bancos van a verse en dificultades financieras y empezaremos a ver el inicio de procesos de fusiones que ya se venían especulando”.

ATENTOS AL BCE

La FED ha anunciado un drástico incremento de liquidez después de recortar los tipos de interés en 50 puntos básicos de manera inesperada. El mercado descuenta un nuevo recorte de la FED en marzo y algunos analistas hablan de recortes adicionales durante la primavera. “El BCE, en cambio, dispone de menos munición” explica Javier Quintana, de moneycorp España.

Se reúne este jueves, pero “lo tiene realmente complicado”, matiza el analista IG. Toda la política monetaria expansiva que venía haciendo con las inyecciones de liquidez y los tipos en el 0% “han sido un detonante” para un exceso de endeudamiento en algunos países que ya de por si preocupaban ante la posibilidad de que pudiera estallar una crisis en algún momento dado.

Ya veremos si esto se traduce o no en una crisis económica generalizada. Se espera que países como Alemania o Italia puedan entrar en recesión, incluso Francia podría ser el siguiente”. La caja de herramientas es “muy limitada”.

Una bajada de tipos de interés «haría daño a la banca», por lo que las medidas a desarrollar podrían ir desde un nuevo TLTRO a una bajada la tasa a los TLTRO actuales. También por un nuevo QE, comprar deuda bancaria, aumentar los CSPP (Corporate Sector Purchase Programme) o incrementar los límites de los emisores o comprar ETFs, entre otros.

PREOCUPA EL SABADELL

En España, la situación de Banco Sabadell “es preocupante”. Técnicamente está en clara tendencia bajista y las proyecciones indican que podría perder cerca del 40% de la cotización actual, desde los 0,56 euros en los que cotiza. “El escenario más probable es caer hasta los 0,35 euros” destaca Sergio Ávila.

El de XTB señala que las menores perspectivas de crecimiento a nivel global han perjudicado en mayor medida al Sabadell que al resto, lo que le han llevado a perder el 45% en lo que va de año. Aun así, considera que antes de que ser absorbido por otro banco, podríamos ver algún tipo de fusión o venta.


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