Los números están ahí: casi el 70% de la población mundial utiliza un teléfono móvil, el 60% usa internet, y más de 3.500 millones de usuarios están activos en redes sociales. “Cada día, un millón de nuevos usuarios se conectan a internet, la mayoría por teléfono móvil”, puntualiza Javier Contin, director de Marketing y Productos de SOS Seguros y Reaseguros. ¿En España? Los usuarios de internet se acercan a la población total, y se cifra en 30 millones los que usan algún tipo de red social. Con las nuevas tecnologías aparecen oportunidades y amenazas. Estas últimas están muy claras para la multinacional del seguro Swiss Re.
Porque para Constanze Brand, vicepresidenta de Suiss Re Europe, “la gente sí es consciente de que los ciberriesgos tienen repercusión en los particulares. Pero no somos tan conscientes de que hacerlo es más fácil de lo que creemos”. Es decir, que los robos de identidad están, como quien dice, a la vuelta de la esquina, además de ser uno de los delitos más graves que pueden afectar tanto a un particular como a una empresa.
El escenario más temido por los usuarios es que los ciberdelincuentes puedan acceder a la cuenta bancaria
Volviendo al tema de particulares, una identidad falsificada puede hacer que, por ejemplo, vendamos una bici por una plataforma digital, la enviemos, y no ver nunca el dinero. Otro de los asuntos que preocupa a Swiss Re es el ciberbullying. Pero, ¿cuál es el escenario más temido por los usuarios? “Que puedan acceder a la cuenta bancaria. Y eso puede deberse por la inconsciencia a la hora de manejar las propias contraseñas”, indicó Constanze Brand durante la Semana del Seguro organizada por Inese. La pérdida de datos en el propio ordenador también es motivo de fuerte preocupación.
SWISS RE Y LA PREVENCIÓN
La digitalización abre nuevas oportunidades tanto a empresas como a particulares. En el mundo del seguro, por ejemplo, puede facilitar a la compañía el seguro que va a acabar ofreciendo, o denegando, al cliente. Por ejemplo, y tal como explicó Rodrigo Miranda, director general de ISDI, “mínimamente analizando mi perfil en Instagram, descubriendo que utilizo la bici y que voy por carreteras sin arcén, la compañía sabe que mi vida conlleva riesgos. De esta manera, cualquier compañía de seguros puede cambiar su idea que tiene del usuario”.
Por tanto, al ser el día a día de cualquier persona más digital, las compañías pueden usar la digitalización para competir con otras enseñas. Quizás, y volviendo al caso anterior, no le ofrecerá un seguro de vida, pero sí le puede ofertar un seguro de asistencia en viaje, u otro más familiar, o por qué no, uno con una prima más ajustada a su perfil. “Facilita la customización y la adaptación de ofertas al consumidor. Hay que valorar los riesgos que conlleva para saber si es necesario modificar procesos”.
Según el teniente coronel Juan Antonio Rodríguez, jefe del grupo de delitos telemáticos de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, “la delincuencia nos arrasa como una ola. Las estafas son el delito que más ha aumentado. Una de las amenazas más graves a una empresa es el robo de su identidad. Estamos viendo suplantaciones de empresas y personas para cometer delitos”.
Un dato de España: el crecimiento de estafas en internet entre 2017 y 2018 ha sido del 50%. “Con los datos reales de una persona, un estafador puede abrir una cuenta en un banco. Cuando participamos en actividades digitales no somos conscientes de que puede ser utilizada en una actividad delictiva. A la hora de contratar un seguro, por ejemplo, pueden tener información mía que no es real”, puntualizó.
Por tanto, no tenemos cultura de seguridad. Cuando entramos a una página web creemos que lo que vemos es real, pero puede ser una página falsa. “El fraude vinculado al siniestro puede aumentar”, advirtió el teniente coronel.
¿Qué hacer? Tanto Swiss Re, como el resto de ponentes en la jornada organizada por SOS Seguros y Reaseguros, apuestan por la prevención (proteger la cuenta bancaria, aumentar el uso de contraseñas diferentes, antivirus…).. Para Álvaro Ecija, director de Ecix Group, “la identidad digital no tiene valor jurídico. Si se crease la persona digital se evitaría el 80% de los problemas que hay en internet. Los problemas de la identidad digital están mal abordados por las personas y por aquellos que legislan”.