En los años 80, cuando los niños se hacían una herida, siempre tenían esa mancha roja alrededor de ella. Un producto que impregnaba su piel durante días. Ese producto era la Mercromina, uno de los desinfectantes de heridas que se usaban antes y que ahora ya no encontrarás en tu farmacia. Pero hay un motivo de que eso sea así…
De hecho, los botiquines de los años 80 estaban llenos de algunos productos que en la actualidad ya no se usan o no son tan populares. Además de la Mercromina, también estaban llenos de antibióticos que se usaban casi para todo (de forma errónea), los termómetros tóxicos de mercurio, Vick VapoRub para problemas respiratorios, aspirina infantil, pastillas de calcio o flúor para niños, Saldeva para la regla, Reflex para los dolores, y un largo etc.
Todo lo que debes saber sobre la Mercromina
¿Qué es la Mercromina?

La Mercromina es un antiséptico para uso cutáneo que se ha venido usando en España desde 1935, cuando los laboratorios catalanes Lainco la introdujeron tras apreciar sus propiedades en el MIT americano.
Era un producto muy usado para heridas superficiales como quemaduras, rozaduras, arañazos, etc. Y se caracterizaba por su color rojo tan llamativo.
Se componía de un 2% de merbromina, su principio activo. Pero además contenía otros compuestos como la povidona, lauriléter polioxietilénico y agua purificada. Ese principio activo de la Mercromina era un compuesto organomercúrico cuya fórmula es C20H8Br2HgNa2O6. Y ya su presencia en mercurio da una idea del motivo por el que fue prohibida…
A pesar de todo, resultó bastante efectivo, y muchos de nosotros la hemos usado en algún momento. Además, su aplicación era sencilla, aplicando unas gotas del producto con su dosificador. Luego se dejaba unos instantes actuar y se retiraba el exceso con una gasa o algodón. El proceso de cura se podía repetir 2 o 3 veces al día.
¿Por qué fue prohibida?

La Mercromina ha teñido la infancia de muchos niños hasta hace unos años. Pero esas generaciones han visto cómo ha ido desapareciendo de las farmacias. Hasta mediados de los 80 fue muy popular para curar heridas en casa, junto con el agua oxigenada, y el alcohol.
De hecho, era tan popular que todos se referían a ella por su nombre comercial aunque fuesen compuestos similares o de otras marcas, como le ocurre a la Coca-Cola. Pero ha sido destronada con el tiempo con la aparición de otros antisépticos más modernos, efectivos y seguros.
Uno de sus principales compuestos, la merbromina estaba compuesta de mercurio y cromo, como has podido comprobar. Un compuesto que es verde en estado sólido, pero al diluirse se convierte en rojo carmín.
Actualmente está en desuso porque puede ser tóxica si se consume de forma accidental, además de provocar algunas reacciones alérgicas o hipersensibilidad en la piel en algunos casos. Por eso, otros antisépticos modernos con gran poder secante y bactericida la han desplazado, aunque aún puede encontrarse para ciertas ocasiones.
Esa cantidad de mercurio ha alarmado a algunos, y su prohibición en Europa y otros países ha contribuido a que la Mercromina se vaya olvidando poco a poco. Es por eso que ahora, aunque pidas Mercromina en tu farmacia de confianza, tu farmacéutico te suele dar otros productos similares como los del siguiente apartado…
No obstante, repito que la Mercromina sigue a la venta en la actualidad, ya que su baja toxicidad según algunos estudios no la han prohibido totalmente. Es probable que tengas algún bote en casa o puedas comprarlo en algunos establecimientos. Pero ya no es tan fácil de encontrar, y es probable que en la farmacia os expliquen las ventajas de otros productos.
Alternativas a la Mercromina

Entre los sustitutos o alternativas a la Mercromina existen algunos antisépticos mucho más seguros, modernos y con un gran poder bactericida. Mucho más que la Mercromina, como es el caso de:
- Povidona Yodada o Iodopovidona o Betadine: este antiséptico color rojo se produce mediante una solución de povidona y yodo molecular en un 10%. Al incluir yodo, su espectro de acción anti-bacteriana es mucho mejor que la Mecromina, ya que no se conocen gérmenes resistentes al yodo en la actualidad. Por eso es la preferida en centros sanitarios para las curas, y también debería ser tu primera opción para el hogar.
- Clorhexidina o Cristalmina: sustancia fungicida y bactericida para desinfectar heridas. También se está ganando un hueco en el mercado, ya que es muy rápida en cuanto a acción y es transparente. Es decir, no hay que esperar unos minutos como con la povidona y no enmascara los tejidos con su color rojo. Además, se puede usar con seguridad para niños, embarazadas, pacientes con problemas de tiroides (al no tener yodo), etc., algo que no es aconsejable en el caso de la povidona yodada. Por cierto, la clorhexidina es también muy usada para enjuagues bucales para eliminar bacterias de la boca. Por tanto, no es una sustancia tóxica.
Lo que no debes usar
También tienes a tu alcance otras sustancias como el alcohol y el agua oxigenada, pero tienen sus inconvenientes:
- Alcohol: es un desinfectante muy utilizado en algunos hogares para desinfectar. Es efectivo, pero no es recomendable para cualquier herida. De hecho, no lo deberías usar para heridas abiertas, ya que es un irritante. Además, existe el riesgo de que se formen coágulos de sangre en la zona que protejan a las bacterias que se hayan dentro de ellos y que se reproduzcan. Por eso, mejor usa el alcohol como desinfectante de objetos o superficies, así como para heridas que ya no estén abiertas. Pero jamás lo uses para heridas abiertas como se solía hacer…
- Agua oxigenada: es uno de los más usados en heridas, ya que no escuece tanto como el alcohol. Es un líquido transparente muy característico porque hierve al contacto con la superficie infectada. No es apto para cualquier herida. Puede ser bueno para las producidas por abrasión, ya que aporta oxígeno a las células y ayuda a que se desprenda el tejido necrosado. Pero tampoco la uses para heridas abiertas, ya que no desinfecta la propia herida y puede dañar las células.