Cuando hablamos de arroz y de receta deliciosa nos viene seguramente a la cabeza la paella. Pero ten en cuenta que hay más vida más allá de ella. Tanta, que el arroz es uno de los alimentos con mayores opciones y más recetas como protagonista. Un ejemplo es el risotto de calamares, un plato tan delicioso que puede superar con creces una paella. Desde MERCA2 vamos a enseñarte cómo hacerla para triunfar además esta Navidad.
No te arrepentirás porque es una receta sencilla, de un sabor intenso a mar y con una textura y sabores únicos. Toma nota porque con esta receta y siguiendo paso a paso conseguirás no sólo un plato de diez sino el «santo grial» de un arroz cremoso y al dente, muchas veces lo más complicado de conseguir. Vamos allá.
Los ingredientes que necesitas
Toma nota de los ingredientes para cuatro personas, aunque deberás calcular la proporción de cara a las navidades y más que probable receta para más personas. Estos son:
- 250 gramos de arroz arborio o carnaroli, especiales para hacer risottos.
- Dos calamares grandes.
- 2 cebollas.
- 50 gramos de queso parmesano.
- Aceite de oliva.
- 50 ml de vino blanco.
- 1 litro de caldo de pescado.
Primeros pasos para el risotto de calamares
Antes de la receta en sí necesitamos unas preparaciones previas. Primero picar las cebollas en brunoise y las confitamos en una sartén con aceite de oliva, dejando que se pochen durante una hora a fuego lento. Es el tiempo necesario para que se caramelicen en sus propios azúcares, con lo que no hace falta añadir más, quizá un poco de agua si fuera necesario.
Mientras podemos limpiar los calamares y separamos los tentáculos y las puntillitas. Ambos les vamos a dorar en una sartén y lo dejamos aparte para la parte final de la receta y decorar. Con el resto del calamar los cortamos en trozitos pequeños para el cocinado. Ya tenemos lo necesario para empezar la receta en sí.
La receta del risotto con calamares
La cebolla que hemos caramelizado la ponemos en un cazo grande junto con los dados de calamar. Eso sí, deja un poco de cebolla caramelizada para luego y te contamos para qué. Salteamos los dados de calamar con la cebolla a buen fuego y cuando toman color añadimos ya el arroz, removiendo hasta que también cambia de color.
Es el momento de añadir el vino blanco, removiendo hasta que desaparezca debido a la evaporación y que el arroz también lo absorbe. Seguimos removiendo porque hay que ir añadiendo unos cacillos de caldo de pescado hasta que el arroz también lo absorba. Seguimos añadiendo más caldo con el mismo proceso. Ya el cocinado tiene que oler que alimenta. Además irá viendo que el risotto va aumentando de volumen y ablandándose poco a poco.
Últimos pasos para una receta de diez
Ya queda poco. Aquí ya va en gustos el ir añadiendo más o menos cacillos de caldo pero el objetivo es añadir y remover hasta que esté en su punto, es decir, muy meloso con su al dente. Deberás ver que el cocinado ya tiene un color anaranjado ligero. Eso significa que está casi a punto y es el momento de añadir el queso parmesano rallado en ese instante. Seguimos removiendo hasta que desaparezca y se funda con todo el cocinado.
Ya al final, con el fuego apagado, incorporamos la cebolla caramelizada que habíamos reservado aparte y los tentáculos de calamares, removiendo todo en un toque final con la temperatura que ha quedado tras apagar el fuego. Con estos tempos conseguirás el punto perfecto a todo, y en ese orden.
El arroz, delicioso y además un alimento perfecto
Es uno de esos superalimentos que tienen muchísimas propiedades. Por algo es uno de los más consumidos en el mundo y la auténtica base culinaria de toda Asia, que engloba a la mitad de la población mundial. El arroz no sólo proporciona energía por ser abundante en carbohidratos, un auténtico combustible para tu organismo, sino que es una fuente de vitaminas y minerales.
El arroz no sólo previene la obesidad sino que controla la presión arterial al ser bajo en sodio y previene contra el cáncer, sobre todo el integral, al ser rico en fibra. Es por ello que está especialmente indicado para prevenir los cánceres intestinales y colorrectales. También es antioxidante por su riqueza en vitamina C, A y sus compuestos fenólicos y flavonoides. Pero hay más: tiene cualidades diuréticas y digestivas (siempre se recomienda en dietas para el colon irritable, diarreas…), mejora el metabolismo por sus niveles de calcio, fibra, hierro, tiamina y riboflavina, y es beneficioso para tu salud cardiovascular. No se puede pedir más: recetas deliciosas y además de lo más sanas.