Son numerosos los expertos que inciden en tener especial cuidado con las dietas que se recomiendan, más si son para adelgazar, ya que muchas de ellas nos pueden dejar con hambre o insatisfechos… e incluso después hacer porque se llegue al efecto rebote. Sin embargo, hay otras dietas para adelgazar y otros métodos que nos pueden ayudar a bajar de peso. Por ejemplo, las dietas bajas en carbohidratos, son efectivas para perder peso y pueden ser más fáciles de seguir que otras.
Este tipo de dietas no solo consiguen que podamos adelgazar más rápidamente, sino que también reducen significativamente el apetito y mejoran la salud de nuestro metabolismo. Pero, en más de una ocasión, tras realizar este tipo de dietas, es bastante frecuente que nos surja el conocido como efecto rebote. ¿Sabes de qué trata? Y lo más importante: ¿Conoces la manera de evitarlo? Desde nuestro portal de MERCA2 lo repasamos.
Tras el verano toca adelgazar, pero el efecto rebote puede volver antes de lo previsto

Volver a empezar, volver a la rutina… son tiempos donde septiembre ha vuelto a recordarnos que tenemos que hacerlo todo otra vez. De nuevo. Sobre todo después de un verano lleno de excesos, sol y relajación. Llegó la hora de empezar a hacer ejercicio de nuevo y de cuidar la alimentación, así eliminaremos los kilos de más con los que hemos vuelto este verano. Pero lo cierto es que no todo vale: las dietas milagro son eso: ¡milagros! Es por esto que, más pronto de lo que creemos, el llamado como efecto rebote puede volver a aparecer, más luego de unos tiempos donde adelgazar era nuestra prioridad.
Entre los puntos que sí se recomienda, como puede ser el de bajar nuestra barriga en un corto periodo de tiempo (1 mes, por ejemplo), es óptimo realizar actividad física como mínimo tres veces por semana, además de tener una alimentación baja en calorías, disminuyendo el consumo de alimentos ricos en azúcares y grasas, de manera que el organismo utilice la grasa acumulada para generar energía. Ahora bien. ¿Por qué surge el efecto rebote?
Qué es el efecto rebote y el porqué de elegir una buena dieta

Una vez finalizada una dieta de adelgazamiento, algunas personas recuperan los kilos perdidos o incluso ganan más peso del que tenían antes de comenzar con la dieta. Esto es lo que se conoce como el efecto rebote. Así, esto es el hecho de recuperar el peso perdido, sobre todo de grasa, durante una dieta una vez que ha finalizado. Por tanto, este es uno de los grandes temores de las personas al tratar de perder peso y es comprensible, después de todo el esfuerzo.
Por muchos reconocido también como efecto yoyó, de ahí también sus consecuencias, se da principalmente en aquellas dietas hipocalóricas (o milagro) que prometen grandes pérdidas de peso en muy poco tiempo. Aunque lo cierto es que todas las dietas pueden provocar este efecto al consumir menos energía de la que se necesita para que el cuerpo recurra a la grasa de reserva. esto nos lleva, al mismo tiempo, a la importancia de elegir una buena dieta, seguirla estrictamente y seguir con unos hábitos de vida saludables para no recuperar los kilos perdidos durante el régimen.
La clave para combatir el efecto rebote es una alimentación equilibrada: comer mejor con los nutrientes y vitaminas necesarios

En muchos casos de las personas que buscan adelgazar, por no decir la mayoría, lo que hacen es reducir estrictamente la cantidad de comida ingerida y comer platos que no aportan el valor calórico diario que necesitamos y tampoco son equilibrados. Es sabido que una dieta sana y equilibrada no se trata de dejar de comer sino de comer mejor y de dar al cuerpo los nutrientes y vitaminas que necesita. La clave está en seguir una alimentación equilibrada que nos permita ir perdiendo peso de manera progresiva.
En este sentido, y al comer menos de la cuenta, el metabolismo se ralentiza. Esto supone una disminución de la quema de calorías en reposo. O lo que es lo mismo: por sí solo, el cuerpo eliminará menos calorías de lo habitual y la grasa se irá aposentando en el cuerpo porque el cuerpo lo interpreta como una falta de nutrientes y almacenará grasa corporal por si en un futuro la necesitara, como si de una hibernación se tratara. A partir de aquí, el efecto rebote.
Controla el tamaño de las raciones y come más despacio: el truco para ayudar al proceso de adelgazar sin efecto rebote

Entre los trucos más sencillos que se pueden seguir cuando se trata de perder peso es el de utilizar un plato pequeño. Muy recomendado por nutricionistas y expertos, se trata de controlar el tamaño de las raciones y, aunque haya que verlo desde un punto de vista mental, comer en un plato más pequeño de lo normal es una gran idea. Porque no solo reduciremos la cantidad de alimentos, sino que nos saciaremos antes.
Asimismo, y como uno de los recursos a los que mejor nos podemos dirigir, está el aspecto de masticar un poco más. Así, el objetivo es el de comer más despacio, pero también de que el cuerpo tenga tiempo de saber todo lo que estamos ingiriendo, de tal manera que se sienta saciado antes de tiempo. De este modo, y ayudando al proceso para adelgazar, lo que haremos también será comer menos y ayudar a que el efecto rebote no vuelva.
No te preocupes por el tipo de dieta: mejor poco estrictas para ser más llevaderas

No es nuevo que la pérdida de peso para conseguir adelgazar es, a veces muy caprichosa. En ella influyen aspectos físicos, sociales y emocionales. No obstante, hay un apartado que debe cumplirse: se trata de gastar más energía de la que necesitamos en nuestro día. Es entonces cuando, al arrancar, lo hacemos, más a menudo de lo que suele hacerse, con un déficit energético grande.
A él tendremos añadir un aumento de la actividad física, lo que aumenta aún más ese déficit. Es por ello que para evitar el efecto rebote no debemos comer menos y movernos más, debemos comer mejor y movernos más. Dietas poco estrictas serán mucho más llevaderas en el tiempo y nos producirán mejores resultados a largo plazo que dietas muy estrictas, lo que también restará al temido efecto rebote.
Realizar alguna actividad física es esencial

Para mantener un peso saludable, hay dos factores esenciales: una dieta balanceada y ejercicio regular. Según un estudio publicado en NCBI, que ahonda el rol del ejercicio en la pérdida de peso, realizar alguna actividad física entre 150 y 250 minutos por semana es una gran manera de preservar un peso saludable, ya que tu cuerpo quema las calorías que consume en vez de almacenarlas. Al mismo tiempo, privarse de lo que te gusta solo va a hacer que lo desees aún más, lo que hará porque el efecto rebote pueda aparecer.
Así, también es verdad que ciertos alimentos (como el chocolate, entre otros varios) solo hace que pensemos más en ellos y, cuando finalmente cedas a tus antojos, vamos a terminar consumiendo más de lo que necesitas. Entonces, llegan los sentimientos de culpa y fracaso tan asociados a los deslices en las dietas. Por tanto, más allá de que obviemos las que puedan ser dietas un poco más estrictas, tampoco seamos tan duros con nosotros mismos: tampoco te prives de lo que te gusta, resérvalo para ocasiones especiales.




















































































