Jeff Curie cumplirá este año un cuarto de siglo de exitosa carrera en Goldman Sachs, uno de los bancos de inversión más importantes (y con más poder) del mundo. De ellos, los últimos 13 los ha pasado como el director jefe del área de materias primas y probablemente no recuerde uno mejor que este 2021 para su cuenta corriente. Detrás del ingente bonus que puede embolsarse está el crecimiento desaforado de los sospechosos habituales como el petróleo, el gas u otros metales. Pero el que más fuerza ha cogido es un actor relativamente nuevo: los derechos de carbono de la Unión Europea.

También conocidos como EUAs, el nombre del ticket con el que se los localiza, se ha convertido en todo un fenómeno financiero, gracias a sus características intrínsecas especiales: los derechos de CO2 se comercian en intercambios, lo que «genera beneficios como transparencia y liquidez», explican desde BNEF, una firma de análisis del sector energético. A ambas se le puede añadir su alto valor como activo para diversificar una cartera ya sea de bonos o acciones.

Aunque también han atraído la mirada de muchos inversores por su imbatible rentabilidad. En el último año y medio, su precio se ha multiplicado por cuatro, aunque es todavía mayor si se pone el punto de partida antes. Así, los EUA han obtenido rendimientos más altos que el índice S&P o los fondos mutuos ESG de Estados Unidos, al menos con un balance superior a los 500 millones, en los últimos tres años. «En pocas palabras, todos los tipos de dinero institucional con los que hablo quieren una estrategia [la de invertir en los bonos de CO2] como esta», reconocía ya a principios de año el propio Curie.

EN JUNIO HABÍA 874 ENTIDADES APOSTANDO POR LA SUBIDA DEL CO2

Pero no es un mercado sencillo en el que invertir, al menos hasta ahora, si eres un inversor con pocos recursos. Los EUAs se comercializan por lotes de gran volumen que implican un desembolso elevado, una fórmula que aleja a los minoristas y atrae a milmillonarios a través de fórmulas institucionales. En pocas palabras, son entidades enormes que poseen grandes cantidades de dinero, procedentes de esos mismos multimillonarios, que se gestionan para lograr una elevada rentabilidad.

En esa lista está, por ejemplo, Goldman Sachs que creó lo que se conoce como un índice de materias primas neutrales en carbono. A través del mismo permite a los inversores elegir las materias primas en las que quieren meter su dinero como el petróleo, a cambio las compensan dando la oportunidad de comprar permisos de carbono de la UE. Éste último área ha crecido tanto que los EUA ya eran a los pocos meses la tercera participación más grande de los inversores. Pero la llegada del banco de inversión ha sido algo tardía, éste índice se abrió a finales de 2020, ya que otros gigantes llevan varios años explotando este tipo de derechos.

Algunas que llevan detrás desde hace más tiempo son firmas de inversión muy selectas como Andurand Capital, Landsdowne Partners, Nothlander Commodity o ICIS. Algunas de ellas, además, trabajan con sedes o vínculos en distintos paraísos fiscales para explotar todavía mejor esa rentabilidad. Aunque ahora la lista se ha vuelto interminable hasta el punto de que entre mayo y junio había 874 entidades apostando por la subida del precio del CO2. Pese a que ese número se redujo levemente después, es probable que con los nuevos máximos de agosto y hasta final de año se superen holgadamente los 900.

LOS ESPECULADORES HAN DISPARADO AL ALZA LOS PRECIOS

La llegada de cada vez especuladores, como se les conoce en la jerga financiera a los inversores de riesgo, han tenido diversos efectos sobre el mercado de derechos de CO2. Uno de ellos ha sido la de generar una mayor volatilidad, lo que supone un problema para los agentes del sistema. De hecho, el mercado se creó para que no tuviera grandes oscilaciones, dado que la baja volatilidad ayuda a las grandes empresas europeas energéticas como Iberdrola, Enel, RWE o industriales como Acerinox a cumplir sin grandes exigencias en formas de coberturas.

Pero eso mismo no es un problema para los especuladores. Es más, se trata de una ventaja. «Una alta volatilidad puede ser positiva para los comerciantes y otras entidades financieras que deseen obtener ganancias de los cambios de precios», señalan desde BNEF. El segundo efecto es que han sido capaces de impulsar el precio de los EUAs al alza. De hecho, los analistas de la firma de análisis reconocen que «los movimientos de precios de la EUA se han alineado con los cambios en las posiciones de los fondos de inversión desde 2020. Esto sugiere que los especuladores pueden mover el mercado».

Y es todavía peor, ya que ese efecto sobre los precios es más fuerte cuando en el mercado hay poca liquidez. «Cuando el mercado de carbono se negocia con un volumen reducido, las transacciones de bajo volumen pueden provocar grandes movimientos de precios«, advierten desde BNEF. Un efecto que se ha podido comprobar a lo largo de este agosto, dado que que se ha juntado que es un mes con poco movimiento en los mercados y se han producido aumentos de la demanda por el calor.  

¿EL PRÓXIMO DESTINO LOS 100 EUROS POR TONELADA?

A pesar de todo ello, el voraz apetito de los inversores podría conllevar una sorpresa tremendamente desagradable: llevar los derechos de CO2 hasta los 100 euros. En la actualidad hay abiertas más de 84.000 opciones de compra que vencen a finales de año, pero probablemente en los próximos meses sean muchas más. De hecho, solo 61.000 finalizan en septiembre, por lo que en octubre y noviembre podrían contratarse decenas de miles con otros vencimientos posteriores que esperarían un aumento de los precios.

Por el momento, las estimaciones de los analistas apuntan a un precio cercano a los 65 euros por tonelada a finales de año. Un cantidad ya de por sí elevada, dado que supone hasta un 12% más que los máximos de agosto. Pero la opción de los 100 euros por tonelada, aunque poco probable sigue estando en la mente de los inversores. Hasta el punto de que el precio con mayor interés abierto dentro de las opciones son los 100 euros. «Esto muestra que los inversores siguen siendo optimistas sobre la evolución del precio del carbono«, advierten los expertos.

Ese escenario podría ser especialmente difícil para España. Así, a ese precio que casi dobla el de la actualidad se le uniría que el gas podría escalar a máximos de cara a finales de año. Además, no se podría suplir con facilidad ambos para rebajar la factura, dada la falta de carbón, por el cierre de las centrales, y que los embalses están en mínimos en el último lustro. En definitiva, el desenlace sería un incremento súbito del precio de la luz mucho más alto que cualquier otra subida que se haya visto en el país. Una situación desastrosa para unos muchos, pero con la que se frotan las manos otros pocos como Curie y sus clientes milmillonarios.

MediaMarkt es una de las cadenas dedicadas a la venta de productos de electrónica de consumo con más presencia en Europa. La compañía alemana cuenta con un millar de tiendas en el continente. Sin embargo, a raíz de la pandemia, la empresa está realizando un proceso de cambio en su estrategia.

Hace unas semanas, se hacía público que la matriz de MediaMarkt y Saturn, Ceconomy, va a cerrar 13 tiendas en su Alemania natal antes de octubre. Además, se plantea hacer la misma operación en otros 10 o 15 establecimientos europeos. Sin embargo, desde la compañía especifican que no habrá una ola de cierres y que no hay ningún otro plan de reestructuración.

A raíz de la pandemia, la idea de negocio de MediaMarkt ha cambiado. «Durante mucho tiempo nuestro lema fue que más espacio y más productos se traducían en más clientes y en más ventas. Pero a día de hoy las cosas no resultan tan sencillas», enfatiza Kartsen Wildberger, CEO de Ceconomy.

Además, la empresa madre de MediaMarkt se plantea abrir tiendas de un tamaño más reducido en el centro de las ciudades que tengan un porfolio limitados de productos y conexión digital. Tampoco descartan el concepto de ‘shop-in-shop’, pequeña gama de productos electrónicos en grandes superficies comerciales, y las denominadas tiendas ‘lighthouse’.

El negocio de España e Italia son los que más beneficios generan a MediaMarkt

El principal problema que tiene Ceconomy es su crisis económica. El grupo sigue en números rojos. El déficit ajustado operativo de Ceconomy escaló hasta los 93 millones de euros frente a los 45 del segundo trimestre del año anterior. La compañía arrastra pérdidas de 67 millones de euros en este momento.

SITUACIÓN PRIVILEGIADA DE ESPAÑA

En contraposición se encuentra MediaMarkt España. La filial española cerró el pasado ejercicio con unos ingresos de 492 millones, un 18% más que en el mismo periodo de 2019. La rama nacional es la que otorga los segundos mejores resultados para el grupo, solo por detrás de Italia.

Quizás es por eso que en España está afianzando su presencia con nuevas tiendas. La compañía cuenta con 17 establecimientos que le compró a Worten repartidos en diversas provincias españolas. MediaMarkt ya ha inaugurado más de la mitad de este ramillete en lo que va de año.

Su refuerzo en el país va un paso más allá y en el mes de abril abrió la primera tienda en España ‘Service Point’. Este nuevo concepto de tienda se ha instaurado en el centro comercial Splau, ubicado en Cornellà de Llobregat. Este punto cuenta con 18 metros cuadrados y emplea a dos personas y está dedicado a la reparación y mantenimiento de patinetes eléctricos. Este punto de servicio está situado enfrente de la propia tienda de MediaMarkt, en la planta baja del centro.

Además, desde el pasado 16 de agosto, MediaMarkt ofrece reparaciones inmediatas de iPhone con piezas originales de Apple en 106 tiendas físicas y a través de su HUB central en la localidad madrileña de Pinto. El servicio, que se implantó en Alemania a finales de 2020, también comenzará a estar disponible en el resto de países europeos donde tienen presencia. De esta manera, la compañía alemana se ha convertido en en servicio técnico autorizado de Apple.

MediaMarkt ha demostrado una vez más que no es tonto, como dice su lema. La compañía ha sabido interpretar los cambios en los hábitos de consumo y adecuarse a los mismos. Con el auge del ‘ecommerce’ la empresa ha visto que su concepto de tiendas grandes ya no tiene mucho sentido. Esto sumado a los problemas en ventas del norte de Europa hacen que necesiten un cambio mientras se encomiendan a España e Italia para incrementar sus beneficios.

Tras casi dos meses de andadura por el parqué madrileño, Acciona Energía puede hacer un balance positivo. Pese a los augurios de burbuja renovable, la filial verde de Acciona debutó el 1 de julio en Bolsa, subiendo el primer día un 7,33%. En este período ha conseguido una revalorización del 12% y una capitalización de 9.800 millones, por encima de su matriz (7.500 M€). De esta forma, la acción se mantiene por encima de los 30 euros, con una fuerte resistencia en los 31 euros. La sólida base de su negocio renovable y su estrategia ‘glocal’ son solo dos de los motivos que estarían detrás de la buena acogida de los inversores y del buen comportamiento del valor en Bolsa.

Acciona Energía ha construido una base muy sólida en el negocio global de energías renovables, con experiencia en generación solar, eólica e hidráulica. La empresa tiene un modelo de negocio que ha exportado con éxito a 16 países, creando valor a través de una experiencia combinada de selección de proyectos con una estrategia de «activos de por vida».

Expertos del sector consultados por MERCA2 coinciden en señalar que Acciona Energía está «muy bien posicionada para acelerar su crecimiento», con el objetivo de duplicar la capacidad bruta a 20 GW para 2025.

la estrategia ‘glocal’ aprovecha las ventajas tecnológicas de una empresa global con un enfoque multi-local

Para potenciar la estrategia de ‘develop-to-own’, Acciona Energía ejecuta un modelo de negocio totalmente integrado que apunta a la excelencia operativa en todas las etapas del ciclo de vida de un proyecto, con el objetivo de maximizar el valor a lo largo de toda la cadena de valor, tal y como recogen los últimos informes económicos.

ESTRATEGIA ‘GLOCAL’

Según fuentes del mercado, el crecimiento orgánico de Acciona Energía se sustenta en una estrategia ‘glocal’, que aprovecha la escala y las ventajas tecnológicas de una empresa global combinada con un enfoque multi-local, a través del cual la compañía obtiene sus proyectos principalmente a través de sus propios equipos locales.

«Acciona Energía entiende que el desarrollo es una actividad local, que requiere proximidad a los activos físicos y a los grupos de interés del proyecto. El principal factor de éxito en esta etapa inicial es gestionar adecuadamente las complejidades de la zona para obtener permisos y autorizaciones, y ser percibido como un actor con presencia local y, este enfoque a largo plazo, ayuda a la empresa a tener éxito», apuntan las mismas fuentes.

«Creemos que la combinación de una visión a largo plazo con una estrategia de proximidad tiene múltiples beneficios para la empresa y sus aliados y consideramos que este camino está fuertemente respaldado por la integración de los criterios ESG en las operaciones y el riesgo de la empresa, en la etapa más temprana del proyecto», añaden.

La evaluación de riesgos es parte integral del desarrollo y estructuración de un proyecto. Por eso, Acciona Energía involucra a todos los departamentos de la compañía en la fijación del marco de riesgos, para medirlos y mitigarlos en la fase inicial.

Esta primera fase resulta clave para ejecutar con éxito las siguientes etapas del proyecto. «Además, un proceso de desarrollo riguroso permite a la empresa obtener y fijar el precio de los PPA, preparar licitaciones cuando sea necesario y realizar análisis de exposición comercial para maximizar los rendimientos», explican los analistas.

INGENIERÍA Y CONSTRUCCIÓN

El propósito de la división de Ingeniería y Construcción es garantizar el cumplimiento del objetivo de duplicar la capacidad en cinco años, al tiempo que mantiene el nivel de alta calidad y rendimiento de los activos.

El modelo de Acciona Energía es el de gestionar «activos perpetuos» o «activos de por vida» y se centra en entregar activos de la más alta calidad para que el grupo pueda minimizar el LCoE (Levelized Cost of Energy o coste nivelado o normalizado de la energía) de las plantas a lo largo de toda su vida útil.

Focalizarse en la calidad no significa perder de vista los estrictos controles de costes. El amplio equipo de ingeniería y construcción del grupo gestiona de forma activa a los contratistas con el fin de optimizar los procesos de construcción de múltiples subcontratas.

Acciona Energía considera que la multi-contratación permite optimizar los costes hasta en un 20% frente a las soluciones llave en mano (EPC). La previsión a futuro es reducir el LCoE en energía eólica y solar fotovoltaica en un 3% anual en el período previsto, con sus iniciativas internas.

OPERACIÓN Y MANTENIMIENTO (O&M): GESTIÓN DE ACTIVOS

Para Acciona Energía resulta especialmente importante garantizar el correcto funcionamiento y mantenimiento de sus activos a largo plazo. La compañía ha conseguido una experiencia interna derivada de una combinación de su trayectoria de más de 30 años; su profundo conocimiento de las tecnologías y sus estrechas relaciones con los fabricantes de equipos y, por último, también la digitalización total de las operaciones junto a la creciente robotización.

Existe una completa coordinación entre la sede y los hubs locales gracias al centro de control centralizado (CECOER). La experiencia de Acciona Energía en operaciones y optimización es evidente en la disponibilidad de sus activos, del 99% de los fotovoltaicos en 2020 y de un ajustado 98% de los activos eólicos el año pasado.

La alta disponibilidad no se vio comprometida por el impulso hacia mayores eficiencias de costes, «con los costes de operación y mantenimiento cayendo de 12 € / MWh en 2019 a 10,7 € / MWh en 2020», a partir de ahora, «se espera una nueva caída a 9,4 € / MWh para 2021».

GESTIÓN ENERGÉTICA

El departamento de Gestión energética juega un papel crucial para minimizar el perfil de riesgo a través de una política de cobertura efectiva junto con la firma de contratos de compra de energía a largo plazo (PPA) mientras maximiza los ingresos.

La estrategia de Acciona Energía se centra en entregar energía a la medida de las necesidades del cliente y aprovecha su experiencia (firmó el primer PPA renovable del mundo) y diversificación para brindar una oferta multiproducto y un catálogo de diferentes soluciones de consumo.

Esto permitió a la compañía convertirse en 2020 en uno de los cuatro principales desarrolladores globales por PPA corporativos. Por otro lado, destaca la integración del equipo de gestión de energía con sus clientes B2B que permite que este departamento juegue un papel creciente en la generación de proyectos, aportando oportunidades potenciales al equipo de desarrollo de negocios y cerrando el círculo de la cadena de valor.

La empresa sevillana Migasa es una de las importantes del país a nivel alimentario. Es el principal exportador de aceite de oliva del mundo, con presencia en más de 120 países y presente en los cinco continentes. Además, es la primera empresa agroalimentaria de Andalucía. A pesar de los éxitos cosechados, la compañía no pierde su esencia familiar.

Al grupo Migasa pertenecen marcas como Ybarra, La Masía, ArteSur, Mueloliva, Rafael Salgado, ArteOliva, Monterreal o Coimbra, entre otras. Aunque su negocio principal se centra en el aceite de oliva, la compañía está diversificando su negocio y también recoge bajo su sello alimentos como gazpachos o mayonesas.

Miguel Gallego Núñez, fundador de MIGUEL GALLEGO S.A en los años 30 del siglo XX, llevaba toda la vida ligado al mundo del aceite. Con solo 15 años ya comercializaba y transportaba aceite de oliva, desde su provincia de origen de Extremadura a Sevilla y Madrid, en el entorno de un negocio familiar de alimentación, que regentaba su padre.

Es en 1946 cuando decide ir un paso más allá en la cadena de valor del aceite de oliva y compra una fábrica de aceites y jabones de oliva, con refinería y una pequeña planta de envasado en la provincia de Sevilla. Sin embargo, es en los años 80 cuando la refinería comprada una década antes en Dos Hermanas empieza a profesionalizarse. Para entonces los hijos del patriarca de los Gallego, Antonio, Diego, Francisco y Miguel, ya formaban parte de la empresa.

Migasa ha sido capaz de expandirse sin perder su esencia familiar

El plan estratégico y el fuerte impulso que realizó la compañía en los años 80 tuvieron sus frutos. A partir de ese momento, Migasa empieza a posicionarse como una de las principales empresas aceiteras de España en el sector de ventas a granel. Suministra aceites de oliva y semillas a los principales envasadores del territorio español, así como de Portugal e Italia.

AMPLIACIÓN DEL NEGOCIO

No fue hasta mediados de los años 90 cuando Migasa entró en el mundo del envasado de aceite de oliva realizando una alianza estratégica con Hijos de Ybarra, una de las empresas pioneras en el envasado y exportación del aceite de oliva español. En 2010, el grupo sevillano se hizo con el 50% del negocio de Hijos de Ybarra, creando con ellos Grupo Ybarra Alimentación, entrando de esta forma en el sector de las salsas, mayonesas, aceitunas, vinagres, conservas vegetales, etc.

El grupo con sede en Dos Hermanas también realizó una gran compra a principios del año 2000. Migasa se hacía con La Masía, que pertenecía a una multinacional. Después de la adquisición de la segunda marca a nivel nacional en aceite de oliva, el grupo decidía trasladar la planta desde Valencia a Andalucía. A partir de ese momento, Migasa comenzó a entrar en el capital de otras empresas envasadoras, con mercados nacionales e internacionales.

Sin embargo, Migasa no quiere reducir su mercado exclusivamente al mundo del aceite de oliva (aunque sea el más importante). La empresa tiene un fuerte plan de diversificación. De hecho, con Ybarra, ya comercializa salsas en nuestro país. Esta misma estrategia la ha seguido en Portugal, incorporando a su ecosistema de marcas a Vianeza. Esta marca, especializada en mayonesas y salsas, se incorporó a través de la adquisición realizada por JC Coimbra, la compañía portuguesa en la que participa el Grupo Migasa.

Además, desde la marca ArteSur, se unieron este verano al nutricionista Carlos Ríos con el que ha elaborado gazpachos y salmorejos con sello Realfooding. Estos productos son una clara apuesta de la compañía de alimentación por ofrecer productos ricos y saludables.

LARGA ESTIRPE FAMILIAR

La compañía sevillana ha conseguido crecer y expandirse sin perder en ningún momento su esencia familiar, marca de distinción de Migasa. Diego Gallego Martínez es el tercer Gallego al frente de esta empresa. Diego sustituye a Miguel Gallego Jurado, que permanecerá en la empresa como consejero junto a Antonio Gallego Jurado, actual director general.

El actual presidente tiene muy claro los retos a los que se tiene que enfrentar Migasa que pasan por la industria 4.0 y la sostenibilidad. «Estamos trabajando en la mejora de procesos a través de distintas herramientas digitales que nos permiten obtener información en tiempo real de todos centros de producción y procesos para tomar decisiones de forma ágil y eficaz», declara el presidente en una entrevista a Diario de Sevilla.

Diego Gallego añade que «la aplicación de tecnología nos permite trabajar sobre modelos para predecir comportamientos que nos ayuden a adelantarnos y mejorar no solo nuestra productividad y calidad de los productos, sino hacer más fácil el trabajo de los equipos. Esto enlaza con la otra gran área de trabajo: la sostenibilidad. Hemos puesto en marcha un plan integral para hacer nuestra empresa, si cabe, más sostenible, más respetuosa con la naturaleza y los recursos naturales y con las personas».

Ni la pandemia ha conseguido doblegar a la compañía experta en aceite de oliva. Cerró el ejercicio 2020 con una facturación de 1.000 millones de euros. También hay que tener en cuenta que la mitad de la facturación de la empresa se genera en el mercado exterior. La compañía exporta el 60% de la producción de aceite de oliva, consolidando su liderazgo en el mercado internacional. Migasa aún tiene mucho camino por recorrer.