Últimamente se habla mucho sobre el sistema de pensiones en España, un sistema público que funciona a través de la Seguridad Social. A pesar de los esfuerzos por garantizar su sostenibilidad con pactos como el de Toledo, muchos se cuestionan su efectividad, llegándolo a comparar con una estafa piramidal.
¿Es eso cierto? Para saberlo, vamos a analizar a fondo el sistema, viendo cómo funciona, cuáles son sus principios, las diferencias con otros sistemas y si es sostenible o no. Además, te diremos otras formas de preparar la jubilación por tu cuenta.
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Las pensiones en España son de reparto
El primer principio sobre el sistema en España es que la pensión tiene un sistema de reparto. Esto significa que los jubilados reciben su dinero de los trabajadores en activo, los cuales financiarán las prestaciones a cambio de recibir la suya en el futuro.
De este modo, lo que el trabajador paga no va a sufragar su pensión, sino las de los que ya se han jubilado. Este es el principal punto de crítica del sistema y por el cual se le ha comparado con una estafa piramidal, aunque tiene sus diferencias como iremos viendo después.
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La proporcionalidad contributiva
El siguiente principio de las pensiones españoles es la proporcionalidad contributiva. Se refiere a que el importe se relaciona de forma directa con lo que aportas mientras estás trabajando y cotizando a la Seguridad Social.
En resumen, a más cotizas, más pensión vas a cobrar en el futuro. Por ejemplo, un autónomo, el cual suele cotizar por lo mínimo, cobrará menos pensión que un asalariado, el cual no puede elegir su base de cotización, ya que va en relación al salario.
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Las pensiones en España rigen por el principio de universalidad y por eso existen las pensiones no contributivas
Otro principio es el de universalidad de la pensión. En España, hay unos mínimos para tener una pensión de jubilación contributiva, los cuales explicaremos en los siguientes apartados. Sin embargo, hay otras prestaciones que no tienen que ver con lo que hayan cotizado, las cuales se denominan no contributivas.
Estas pensiones son para personas que carezcan de ingresos suficientes, siendo superiores si conviven con familiares. Funcionan de una forma similar al ingreso mínimo vital y a los subsidios para mayores de 55 años, pretendiendo dar unos ingresos mínimos para vivir a personas sin ingresos que no hayan cotizado lo suficiente. Por ejemplo, una no contributiva íntegra es de 392 euros al mes, pudiendo subir hasta 588 si tiene discapacidad de más del 75%. Si hay más de un beneficiario o si hay convivientes sin ingresos, la cuantía es diferente.
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Gestión pública por ley
Las pensiones en España son públicas y lo son por ley. La Ley asegura que el sistema de la Seguridad Social debe estar financiado y gestionado por entidades públicas, es decir, por el Estado.
Por este motivo, no se han privatizado las pensiones ni se han puesto en manos de fondos privados, quedándose como un sistema 100% estatal. De este modo, los que estén preocupados por este tema pueden estar tranquilos por el momento.
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Las pensiones y su principio de suficiencia
La pensión sirve para poder vivir dignamente una vez que te hayas jubilado, es decir, para poder pagarte las necesidades básicas de vivienda, electricidad, comida y agua una vez que ya no puedes trabajar.
Al menos esto asegura el principio de suficiencia, el cual se encargará de dar siempre una pensión mínima que sea acorde. Por este motivo, muchas veces se han ido actualizando las cuantías al IPC y subiéndose, ya que este principio obliga a ello.
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Diferencias con otros sistemas
Ya hemos visto que el sistema de pensiones español es un sistema de reparto; sin embargo, no es el único modo de tener una pensión. Por ejemplo, hay países como Suecia o Reino Unido que tienen un sistema público que se combina con un sistema semiprivado y privado, que actúa como complemento.
Otros países como Austria tienen la mochila austriaca, donde el empresario da una aportación anual al trabajador a cambio de reducir la indemnización por despido y la va invirtiendo, siendo un sistema parecido a un plan de pensiones.
En el caso de Noruega, el sistema es totalmente de capitalización, donde cada trabajador sufraga su propia pensión a través de planes de pensiones colectivos y personales. Por otro lado, pagan el 18% del sueldo al Estado, el cual se lo devolverá en función de la esperanza de vida una vez se jubilen. Todo esto se combina con el Fondo Soberano Noruego, el cual ayuda a pagar las pensiones con los beneficios del petróleo.
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¿Cómo acceder a la pensión de jubilación en 2022?
¿Quieres jubilarte? En la actualidad, en España la edad de jubilación se ha ido retrasando hasta los 67 años, fecha que entrará en vigor en 2027. La única excepción es si has cotizado 38 años y 6 meses o más, donde te podrás seguir jubilando a los 65 sin penalizaciones.
Para cobrar la jubilación mínima, deberás tener 15 años cotizados, siendo los últimos 2 años en los 15 años anteriores. Por otro lado, la pensión máxima para su base de cotización está reservada para quienes hayan cotizado al menos 36 años, aunque todo depende de otras cuestiones como el tipo de jubilación, si existe discapacidad, etc.
En cuanto a la base de cotización, se calcula con los últimos 25 años cotizados en la actualidad. Eso sí, se espera que esta cuantía vaya subiendo, ya que pasó de 5 a 15 y de 15 a 25 en el pasado. Seguramente, acabe calculándose la base según toda tu vida laboral.
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¿El sistema es sostenible?
Una de las mayores preocupaciones con el sistema de pensiones es su sostenibilidad. Al ser un sistema basado en la solidaridad intergeneracional, la pirámide de población española, donde nacen cada vez menos niños, podría poner en riesgo la sostenibilidad en el futuro. Habría demasiados jubilados por cada pensionista, especialmente si sigue subiendo la esperanza de vida. Por este motivo, se plantean medidas para fomentar la natalidad y darle la vuelta a la pirámide.
En Francia ocurrió algo parecido, así que se creó un pequeño impuesto del 10%, el cual sirve para sufragar la pensión estatal. En España se tiene el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, pero está prácticamente agotado. Por ello, se están planteando otras soluciones, como retrasar la edad de jubilación, subir las cotizaciones a los autónomos, calcular la base de cotización con toda la vida laboral para disminuirla, sufragar el sistema con impuestos adicionales o incluso algunos se plantean un cambio de sistema a largo plazo.
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Alternativas a las pensiones públicas
Viendo el panorama, está claro que los más jóvenes tendremos una pensión más baja que la que tenían nuestros abuelos. Si la pirámide de población sigue así, tendremos que cotizar más años, pagaremos más impuestos adicionales y cobraremos menos dinero, ya que es la única forma de sostener el sistema.
Por este motivo, es buena idea tener una pequeña alternativa para complementar la jubilación. Puedes hacerlo de varias formas, recurriendo a los clásicos planes de pensiones, a los nuevos fondos de pensiones públicos que prepara el gobierno y a inversiones, ya sea en acciones, bienes raíces o en fondos indexados.