El pollo es una de las aves que más se utiliza para cocinar, no solo porque resulta económica y versátil, sino porque existen muchísimas formas de prepararlo para que quede genial en todo el mundo. El pollo a la naranja, por ejemplo, es una propuesta realmente popular en toda Asía y que, como veremos a continuación, es muy fácil de llevar a cabo. En poco más de media hora se puede elaborar un plato sanísimo y que suele gustar a todo el mundo, incluidos los más pequeños de la casa.
Te explicamos cómo hacer la receta paso a paso.
¿Qué ingredientes hacen falta para preparar pollo a la naranja?

Para empezar, es necesario tener pechugas de pollo, que es la parte del ave con la que se suelen guisar este tipo de platos. Hay muchas formas de preparar pollo a la naranja, pero en esta ocasión nos decantaremos por la más sencilla y rápida, para que cualquiera pueda hacerlo en su casa sin grandes esfuerzos.
También hace falta naranjas, cebolla, ajo, salsa de soja, azúcar, maicena, vinagre, sal y pimienta. Nada fuera de lo común, vaya.
Cómo preparar el pollo para hacerlo a la naranja

Como hemos comentado, lo más común es servirse de unas buenas pechugas para hacer esta receta. Para ello es importante limpiarlas bien, retirar todo rastro de nervio o piel, y cortarlas en trozos ni muy grandes ni muy pequeñas, todos más o menos del mismo tamaño, sin tampoco volvernos locos.
Es más que nada por una cuestión estética y para que los pedazos se cocinen al tiempo con más seguridad.
La salsa, lo más importante del pollo a la naranja

Preparar un pollo a la naranja no es ni mucho menos complicado pero, como se suele decir, la clave del plato radica en su salsa. Para elaborarla lo primero consiste en exprimir las naranjas como si se estuviese haciendo un zumo de toda la vida.
Después el jugo resultante hay que mezclarlo con una buena cantidad de salsa de soja, y con la mayoría de los ingredientes de la receta: el ajo bien picado, la maicena, un chorro de vinagre, el azúcar, la sal y la pimienta.
El mejor consejo: dejar macerando el pollo

Este es un truco que no solo sirve para hacer pollo a la naranja, sino que también puede aplicarse a casi cualquier recete similar. Incluso para hacer unas alitas al horno, una alternativa sencillísima, estas estarán mucho más sabrosas si se dejan macerando primero. No es algo obligatorio, aquí tampoco, pero sí aconsejable. Así pues, añadimos el pollo ya cortado en trocitos a la salsa que hemos hecho, y lo dejamos que se impregne bien de ella.
¿Cuánto tiempo? Pues da un poco lo mismo. Quizá lo idónea sea una hora o dos, pero si no se tiene tanto tiempo para hacer la comida, con media hora o así puede ser suficiente.
Preparando el fuego

Mientras el pollo termina de macerar, es momento de ir poniendo una sartén en el fuego y esperar a que esta se caliente. Cuando lo esté, se le echa un poco de aceite (tampoco hace falta demasiado) y se guisa en él la cebolla, siempre en trozos lo más pequeños posible, hasta que esta se vaya dorando poco a poco. Es cosa de unos pocos minutos.
Hay que tener cuidado, eso sí, con que la verdura no se queme, por lo que conviene moverla con un utensilio de madera para que tampoco se pegue.
Siguiendo con el pollo a la naranja

Una vez la cebolla ya dé muestras de esta bien pochada, como se suele decir, añadimos al fuego también el propio pollo, que ya tenemos macerado y cortado en trocitos, y lo guisamos bien para que vaya cogiendo un poco de color y sabor (es fácil saber cuándo empieza a estar listo por el aroma que desprenderá).
Se mezcla bien el pollo con la cebolla y, en cuestión de unos pocos minutos, este paso de la receta ya estará listo.
Añadir la salsa

Cuando el pollo comience a estar guisado, es el momento oportuno para añadir la salsa que preparamos al principio de la receta, y en la que cual hemos macerado las pechugas, y se baja el fuego para que esta se vaya haciendo poco a poco, permitiendo que el pollo coja todo el sabor de la mezcla y, en especial, de la naranja.
Lo normal es que la salsa se vaya reduciendo poco a poco, hasta quedar en su punto.
Ayuda de la maicena

Si en este punto final de la elaboración del pollo a la naranja nos damos cuenta de que la salsa ha quedado demasiado líquida, un buen consejo pasa por añadir un poco más de maicena, para que espese.
Aunque por lo general, no suele ser necesario. Y ya estaría, seguro que el resultado merece mucho la pena. Un plato sencillo y realmente apetitoso.