El calor durante las noches de verano pueden ser insoportable, lo que dificulta conciliar el sueño. Según los expertos científicos, la temperatura ideal para dormir se sitúa entre los 18 y los 21ºC en el dormitorio. Cuando la temperatura se encuentra por debajo o por encima de estos límites, las personas pueden experimentar dificultades para conciliar el sueño. Durante las noches de verano, es común que la temperatura supere los 21ºC, lo que dificulta descansar adecuadamente.
QUÉ PASA MIENTRAS DORMIMOS

Durante el sueño, nuestro cuerpo experimenta cambios de temperatura. Durante la fase de sueño profundo, también conocida como sueño REM, nuestro cuerpo tiende a disminuir su temperatura y ajustarse al entorno. En general, durante el sueño, nuestro cuerpo tiende a enfriarse. Sin embargo, en zonas con climas extremos, este proceso de enfriamiento puede verse afectado y nuestro cuerpo luchará por adaptarse a las condiciones. El sudor es una de las herramientas reguladoras que utiliza nuestro organismo en esta batalla nocturna, ayudando a mantener la temperatura corporal adecuada.
TRUCOS PARA DORMIR SIN AIRE ACONDICIONADO

Es cierto que el calor durante el sueño no solo dificulta conciliarlo, sino que también puede resultar en un sueño fragmentado o superficial. Esto puede generar cansancio, problemas de salud y una menor productividad durante el día. Ante esta situación, es importante buscar soluciones para dormir mejor sin depender exclusivamente del aire acondicionado. A continuación te dejamos algunos trucos que pueden ayudarte a bajar la temperatura corporal.
UNA DUCHA CALIENTE, MEJOR QUE FRÍA

Si tienes calor en el momento de ir a dormir, una ducha caliente o tibia puede ser más beneficiosa que una ducha fría. Aunque pueda parecer contradictorio, la razón detrás de esto es la respuesta del cuerpo a los cambios de temperatura. Cuando te expones al agua fría, tu cuerpo inicialmente reducirá el flujo sanguíneo hacia la piel como una respuesta de conservación del calor. Sin embargo, unos minutos después, cuando el flujo sanguíneo regrese a la piel, podrías experimentar una sensación de calor intenso, ya que el cuerpo intentará recuperar el calor perdido rápidamente.
En cambio, una ducha caliente o tibia provoca un aumento del flujo sanguíneo hacia la piel, lo que promueve la pérdida de calor del cuerpo. Esto ayuda a que el cuerpo se enfríe gradualmente y te sientas más fresco antes de ir a la cama.
COMPRESAS FRÍAS, EL CLÁSICO

Utilizar una compresa húmeda es un método clásico pero efectivo para ayudar a tu cuerpo a combatir el calor durante la noche. Simplemente, humedece una toalla o paño con agua fresca y colócala en tu frente o sobre tu cuerpo para ayudar a enfriarte.
La compresa húmeda funciona mediante la evaporación del agua en la superficie de tu piel, lo cual ayuda a reducir la temperatura corporal. Es importante asegurarse de no excederse con el agua para evitar empapar las sábanas y crear una sensación incómoda. Basta con que esté húmeda, no tiene que estar chorreando.
APAGAR LOS APARATOS ELECTRÓNICOS

Apagar los aparatos electrónicos antes de ir a dormir es una excelente práctica para promover un sueño de calidad. Los dispositivos electrónicos, como los teléfonos móviles, emiten calor y luz azul, que pueden interferir con nuestro ritmo circadiano y dificultar la conciliación del sueño.
La luz azul emitida por estos dispositivos suprime la producción de melatonina, una hormona que regula el sueño, lo que puede hacer que nos sintamos más alerta y dificultar conciliar el sueño. Además, el calor que generan los dispositivos puede aumentar la sensación de calor en la habitación.
USAR HIELO EN LAS NOCHES DE CALOR

Esta es una opción para momentos desesperados. Consiste en tomar una bolsa de hielo, envolverla en una toalla y colocarla en la cama, cerca de nosotros, pero sin ponernos encima. Una alternativa más cómoda es usar la bolsa de agua caliente pero con agua congelada. También pueden ser útiles los clásicos bloques congelados que se usan en las neveras portátiles. Si necesitas un alivio inmediato, podemos aplicar un poco de hielo en los puntos de pulso como las muñecas, la parte interior del codo, el cuello, las ingles, detrás de las rodillas y los tobillos. Basta con unos segundos para sentir cómo el frescor se distribuye por el resto del cuerpo.
CONGELAR LAS SÁBANAS

Es otra medida para noches de calor insoportable. Se trata de doblar las sabanas de la cama, introducirlas en una bolsa de plástico y dejarlas en el congelador durante unos minutos. No hay que dejarlas demasiado tiempo, ya que solo queremos que se enfríen un poco, no que se congelen y se queden tiesas. Después solo hay que hacer la cama con ellas y disfrutar de un agradable frescor que nos permitirá, por lo menos, conciliar el sueño más rápidamente.
VENTILADOR Y HIELO

Los ventiladores son una alternativa más asequible al aire acondicionado para mantenerse fresco durante la noche. Puedes encender un ventilador en tu habitación durante toda la noche para que el aire se mueva suavemente. Esto puede ayudar a extraer el calor acumulado en la habitación y expulsarlo a través de una ventana abierta.
Además, puedes probar un truco adicional colocando un bol con hielo frente al chorro de aire del ventilador. De esta manera, el aire que llegue a ti estará ligeramente más fresco, proporcionando una sensación de alivio adicional.






















































































































