La caída de un grande: OHL cuesta abajo y sin frenos

La constructora en la que Villar Mir figura como máximo accionista vive un presente aterrador. Pero lo cierto es que lo peor está por llegar. Todos los analistas coinciden: «El futuro pinta mal para OHL». La venta del 12,2% de las acciones del excandidato a la presidencia del Real Madrid es sólo un síntoma más del declive de la compañía.

OHL ha pasado de ser una compañía referente en el sector a ser una empresa sin rumbo con un gran problema de endeudamiento. El mercado desconfía de la constructora tanto o más de lo que incluso aparentan desconfiar sus propias accionistas. Villar Mir, máximo accionista, ha dado un paso a la derecha y aunque sigue al frente del accionariado la venta de parte de su participación ha hecho dudar más aún a los inversores.

La venta de una parte del paquete de Mir significó vivió una jornada negra. De hecho, la acción llego a descender un 9% en Bolsa el día del anuncio de la transacción. La cotización de OHL reaccionó de esta forma después de que Villar Mir concluyera la colocación acelerada con la que vendió entre inversores institucionales 35 millones de títulos de la empresa, el 12,2% de su capital. Mir, un personaje reconocido por su papel en la transición española, parece que ha iniciado una transición, pero esta vez empresarial.

De todos modos, las malas noticias para OHL no acabaron ahí. De forma paralela a la liberación de las acciones se produjo el anuncio de un nuevo ERE.  OHL y los sindicatos han pactado un acuerdo del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) con el despido de 140 personas en los servicios centrales de España, frente a los 196 anunciados previamente, según comunicó la constructora a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. El problema es que hace un año, OHL aplicó otro ERE que afectó a 458 trabajadores de Obrascón Huarte Lain SA y OHL Industrial SL.

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En los últimos resultados publicados el 15 de mayo, declaró pérdidas por valor de 189 millones de euros, un 1.845% más de pérdidas que en primer trimestre del año pasado, aunque el resultado consolidado fue de unas pérdidas de 73,2 millones. Las ventas bajaron un 7,9% con respecto al mismo periodo del año pasado y el patrimonio neto ha disminuido 300,7 millones de euros, aumentando su deuda neta un 26,2%. «Todo esto indica que la compañía no es capaz de generar beneficios, con un aumento de costes y pérdida de márgenes, lo que hace que se encuentre en una situación complicada», afirma Sergio Ávila, consultor de IG.

La acción de la constructora ha sufrido continuos cambios desde el año 2007 -momento en el que la compañía sufrió una fuerte caída en la Bolsa-. Este declive duró hasta el año 2009, que volvió a remontar el vuelo e incluso llegar a superar los máximos del año 2007. Pero todo fue un espejismo. Al poco tiempo volvió a descender con fuerza y se ha devaluado hasta ahora que sus precios están cercanos a los mínimos. «Los últimos años la compañía no ha sido capaz de generar beneficios, generando valor negativo a la acción», explica Ávila.

Todos los analistas apuntan hacia una misma dirección: el precipicio. Y la gran mayoría apuntan a un desangrado lento y agónico. «La situación a largo plazo pinta muy mal para OHL», afirma Jorge López, experto de XTB. Despidos y venta de acciones aparte, la falta para conservar la obra pública han complicado la vida a la compañía. «No ha sabido explotar este sector y le han pasado por delante empresas como Ferrovial«, afirma López.

En este sentido, la compañía pretende reclamar 220 millones de euros a las administraciones públicas por dos proyectos fallidos: el ferrocarril Móstoles-Navalcarnero y la autopista de peaje al Aeropuerto de Madrid-Barajas. Las dos concesiones -una de la Comunidad de Madrid y la otra del Ministerio de Fomento- han sido liquidadas judicialmente y están pendientes de que se fije una indemnización. Con este anuncio OHL pretende calmar al mercado que cada vez confía menos en la compañía fundada por Mir.

A corto plazo, OHL mantiene la esperanza de que su acción vuelva a sufrir un repunte en los próximos meses. ¿El motivo? El ERE que planea sobre la empresa. Tras el producido hace un año, la constructora sacó la cabeza en el parqué y puede que esto vuelva a pasar, según López. Aunque a largo plazo, la táctica de soltar lastre en activos físicos y de personal no ha tenido un buen resultado. «Lo positivo, por decir algo, es que está tratando de desinvertir y centrarse únicamente en la construcción», explica Ávila.

LA SOMBRA DE LA CORRUPCIÓN EN OHL

De todos modos, los males de OHL no sólo se basan en ERES, obras públicas o venta de acciones. La corrupción también ha salpicado a la constructora y ha dañado su proyección internacional. De hecho, ha sido en México donde se ha desatado las sospechas de una supuesta financiación ilegal de una filial de OHL. El PRI -partido que gobierna México- habría financiado ilegalmente varias campañas electorales –presuntamente, también la actual, con 4.000 millones de pesos (215 millones de dólares)– gracias a los acuerdos alcanzados con la constructora y concesionaria española.

Todos estos problemas han dejado a OHL en una posición de desventaja con respecto al resto de constructoras. De hecho, sus competidores viven una época a la alza durante el último año, mientras Vir y compañía naufragan en un mar de dudas. El futuro pinta en bastos a no ser que ocurra un milagro.