Un informe independiente constata que Dcoop hunde los precios del aceite

Los rumores se han confirmado con datos. La denuncia que llevan meses realizando los competidores de Dcoop sobre la presión bajista que aplica sobre los precios la cooperativa que preside Antonio Luque tiene fundamento. Al menos así lo indica un documento de evolución del importe de venta al público del aceite de oliva extra elaborado con datos de la prestigiosa consultora Nielsen –al que ha tenido acceso MERCA2– que revela que durante la primera mitad de 2018 el precio medio del litro de oro verde comercializado bajo la enseña Dcoop se desplomó casi un euro, mientras el resto del mercado aplicaba ligeras rebajas de pocos céntimos.

Atendiendo a las cifras, en realidad la evolución bajista comenzó ya en el tercer trimestre de 2017. En concreto, el aceite virgen extra de la marca Dcoop se vendió a una media de 4,98 euros entre septiembre y noviembre del pasado año, un importe que se redujo hasta los 4,91 euros en el trimestre posterior. No obstante, la mayor reducción se registró en el arranque de 2018, cuando el precio medio se hundió hasta los 3,93 euros, es decir, casi un euro menos que al cierre de 2017. Ya en el segundo trimestre del año el importe repuntó ligeramente hasta los 4,03 euros por litro.

Lo destacable de esta evolución –que sirve a los competidores de Dcoop para respaldar la tesis de que la cooperativa hunde los precios de forma artificial para secuestrar el mercado– es que durante el citado periodo el precio medio de venta al público del total de aceite virgen extra pasó de los 4,78 euros del tercer trimestre de 2017 a 4,72 euros al cierre del ejercicio, y a los 4,65 euros en el arranque de 2018. Cerrando el segundo trimestre con un importe medio de 4,46 euros.

Precio medio de venta al público de aceite de oliva virgen extra

Precio medio de venta Merca2.es
Fuente: Elaboración propia con datos de Nielsen

Esto implica que mientras que los aceites de oliva comercializados por Dcoop bajaban casi un euro el conjunto del sector experimentaba reducciones de unos pocos céntimos. Y se da la circunstancia de que el abaratamiento es incluso superior al que se produce solamente en el conjunto de las marcas de distribuidor (conocidas popularmente como marcas blancas y que son más baratas), cuyo precio medio cayó de los 4,57 euros de media al cierre de 2017 a los 4,54 euros en el primer trimestre de 2018.

Según fuentes del sector consultadas por este diario “los datos demuestran con claridad que es Dcoop el principal y más agresivo impulsor de la pérdida de valor de toda la categoría”, una tendencia que es incluso más acusada si se incluyen en el análisis los datos del volumen de virgen extra comercializado: “en el primer trimestre de 2018 aunque la cooperativa que dirige Antonio Luque elevó sus ventas el total de la categoría no creció en volumen de un trimestre a otro”, tal como se puede apreciar en el siguiente gráfico:

Volumen de aceite de oliva comercializado

Volumen de aceite Merca2.es
Fuente: Elaboración propia con datos de Nielsen

“¿Cómo la marca de la principal cooperativa de España es la causante de la pérdida de valor de la categoría? No es su función enriquecer y favorecer a sus asociados?”, se preguntan las fuentes consultadas en referencia a la defensa que siempre ha realizado Dcoop respecto de las acusaciones de rebajar los precios para ahogar a la competencia. Portavoces oficiales de la cooperativa han indicado en todas las ocasiones que se les ha preguntado por esta cuestión que las críticas sobre una supuesta competencia desleal son falsas y que en ningún momento desde Dcoop se ha realizado una política agresiva promocional para hundir el importe del litro.

En cuanto a los precios de venta de los agricultores (el importe que se abona en origen) no existen todavía estadísticas que muestren a qué nivel están liquidando el aceite los cooperativistas. El sector espera que se hagan públicos los datos para conocer si se produce también una presión bajista por parte de Dcoopen el importe que abona a los socios por este preciado bien.

EL POLÉMICO ESTUDIO DE LA OCU

Esta polémica arrecia pocos días después de la que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) haya publicado un estudio que asegura que en España se venden como aceite de oliva virgen extra productos que no pertenecen a esta categoría. El análisis revela que la mitad de los aceites no cumplen los requisitos para ser considerados auténticos virgen extra, lo que ha generado un importante revuelo en el sector.

El estudio de la OCU –que da buenos resultados al aceite que comercializa Dcoop– ha generado el rechazo de las patronales Anierac y Asoliva, que consideran que existen “irregularidades” y “graves deficiencias” en la metodología empleada por la organización de consumidores para medir la calidad del zumo de aceituna. La indignación ha provocado que las citadas asociaciones empresariales hayan incluso enviado una carta al ministro de Agricultura, Luis Planas, acusando a la OCU de haber puesto en una posición comprometida al conjunto del sector.

Según señala la OCU para que un aceite pueda ser calificado y vendido como virgen extra “ha de superar una prueba sensorial, realizada en un panel acreditado y con una metodología específica que establece el propio reglamento: esa valoración organoléptica, tan importante como el resto del análisis, es indispensable para determinar si un aceite es virgen extra”. Pues bien, en virtud de su estudio 20 muestras de 41 aceites virgen extra analizadas no cumplen los criterios para ser considerados como tales.

LA CALIDAD DEL ORO VERDE ESPAÑOL, EN TELA DE JUICIO

La cuestión de la calidad es muy relevante, ya que una de las acusaciones de los competidores de Dcoop es que la rebaja del precio de venta del aceite lleva aparejada una pérdida de calidad, una crítica que desmontaría el citado estudio de la OCU. Según Anierac y Asoliva se han producido irregularidades en la custodia de las muestras y en su conservación, lo que puede haber alterado notablemente los resultados. Por lo tanto, habrá que dilucidar hasta qué punto el citado estudio se ha realizado con la metodología adecuada, una tarea que deberá llevar a cabo el Ministerio de Agricultura  para reducir la incertidumbre en el sector.

Todo esto se produce después de que el Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada advirtiera de que el aceite de oliva  en España “no tiene ningún tipo de futuro” si se mantiene la actual estructura comercial orientada excesivamente a competir vía precio. Ya que se produce una “banalización” del producto y se arriesga al conjunto del sector a una pérdida de calidad.

EL SECTOR NECESITA UNA NORMA DE CALIDAD ÚNICA

Según este instituto, el mercado«necesita una norma de calidad única” que permita eliminar» el alto porcentaje de fraude que se produce en su elaboración y comercialización, proporcionarle valor añadido y abordar su futuro con una mínimas posibilidades de supervivencia.

Este organismo destaca también que aceite de oliva es la «pieza clave» de todo el sector agroalimentario español, con una producción de más de 1,2 millones de toneladas anuales y un valor por encima de los 4.000 millones de euros.De su desarrollo «dependen regiones enteras, decenas de miles de agricultores y un buen número de cooperativas agrarias», así como una parte de la «imagen pública de la marca España», asociada internacionalmente a este producto.

El aceite de oliva es un producto muy regulado en sus diferentes variedades, pero carece de una norma homogénea de calidad que permita establecer «cuáles son los estándares que debe superar el producto y cuáles son las prácticas irregulares o fraudulentas que no se pueden admitir» –explica el Instituto Coordenadas– y que “se extienda a los proceso de cata y a su vida en el mercado”.

A su juicio, la falta de unificación en las normas de calidad y de controles eficientes «es una ventana para que entren prácticas poco transparentes» que «generan confusión» al consumidor, «dañan la imagen» del producto y «reducen su valor, favoreciendo» que en muchos mercados internacionales el aceite de oliva quede clasificado en el genérico de grasas.