Hijo y nieto de olivareros malagueños, Antonio Luque ha querido continuar la saga familiar haciendo de la cooperativa que dirige con base en Antequera un imperio agroalimentario con influencia a lo largo y ancho del planeta. Sus detractores le consideran el capo del aceite de oliva español por su agresiva política de expansión, una táctica que consiste en vender todo el producto que sea posible aunque eso suponga rebajar el precio hasta niveles que sitúan a muchos productores al borde del abismo financiero obligándoles a ponerse bajo su protección.
El presidente ejecutivo de Dcoop, amante de los largos paseos por el campo, la actividad cinegética y las largas sobremesas de tertulia, no está en estos últimos meses para bromas. El recrudecimiento de la guerra del aceite le ha obligado a realizar un acelerado proceso de lavado de imagen –casi por prescripción facultativa– que le ha llevado a asistir a actos públicos en los que defiende las bonanzas del oro verde español, en un intento por cambiar la mala opinión que tienen de el todos los agentes del sector. Antonio Luque está enfrentado con las principales patronales y con todos los agricultores que no están bajo el paraguas de Dcoop, pero su olfato empresarial y los contactos que mantiene con las fuerzas vivas del Estado le permiten mantenerse en la brecha, liderando estemercado tan competitivo con una facturación que supera los 1.000 millones de euros anuales, una cifra que pretende doblar en los próximos años.
Los que conocen a este ingeniero agrónomo por la Universidad de Córdoba saben que le gusta el cuerpo a cuerpo, tanto en los negocios como en la vida privada, y aunque no es un apasionado del boxeo no se achanta con nada ni con nadie. Su carácter cercano con los agricultores le ha aportado además un plus de legitimidad ante los 75.000 socios de Dcoop, aunque todos ellos saben que la estrategia de crecimiento basada en el volumen sacrificando el precio es temeraria, ya que pone en riesgo la calidad del producto y, lo que es más importante, banaliza el aceite de oliva español. Es pan para hoy y hambre para mañana. Una muestra de este modelo es el que está aplicando en Estados Unidos con su alianza con Pompeian, enseña que domina el mercado en el país norteamericano y que está fagocitando a la competencia hundiendo los precios y rozando la competencia desleal.
Antonio Luque dirige la mayor cooperativa multisectorial de España y ha sido uno de los mayores defensores del modelo de ayudas públicas que define el carácter subsidiador de la Unión Europea y que poco a poco va quedando obsoleto a pesar de los rebrotes proteccionistas que cada pocos años surgen en el ámbito económico internacional. En España su modelo de cooperativa compite con ventaja frente a las sociedades anónimas, ya que su estructura corporativa le permite acceder a más ayudas públicas y a una serie de beneficios fiscales a los que no pueden acogerse las empresas que desarrollan su actividad en este sector. Como consecuencia de ello tiene músculo financiero extra que le permite apretar vía margen a sus competidores. Y es lo que hace, a tenor de lo que señalan las principales asociaciones que representan los intereses del olivar español.
EL APOYO DE LA JUNTA… Y DEL GOBIERNO
Además de disparar con pólvora del Rey en la batalla que se está librando en el ámbito de la producción y distribución del aceite de oliva, Antonio Luque tiene línea directa con el consejero andaluz de Agricultura, sea quien sea en cada momento político aunque siempre del PSOE, que es el partido que siempre ha gobernado en Andalucía desde que hay Democracia en España. Esto le permite arrimar el ascua a su sardina –o en este caso la vara a la aceituna– y conseguir que en foros públicos la Junta de Andalucía respalde a Dcoop por su labor de internacionalización en detrimento de otros agentes del sector que también luchan por un puesto de honor en el mercado mundial del aceite de oliva, y que no están bajo sospecha por prácticas irregulares ni bajo la protección del gobierno de turno.
Luque también tiene acceso al ministro del ramo, Luis Planas, un valenciano que se ha pasado media vida en la Junta de Andalucía y que ha sido tradicionalmente defensor del olivar, aunque en los pocos meses que lleva en el cargo se ha mantenido en un segundo plano por su imputación en el caso del robo de agua del Parque de Doñana. Ahora que el juez no le atribuye responsabilidad penal podrá salir de la cueva y reunirse con los representantes del olivar español, con los que todavía ni siquiera se ha sentado para escuchar sus peticiones.
Sus críticos recuerdan que la sombra de la duda siempre ha acechado la gestión de Antonio Luque, especialmente en los últimos tiempos tras la sanción impuesta por el departamento de Aduanas por importar aceite extracomunitario –del norte de África– sin abonar los aranceles correspondientes. Dcoop ha recurrido esta decisión administrativa y confía en que la Agencia Tributaria le retire la multa que roza los 3 millones de euros, una cantidad que es irrisoria en comparación con la cifra de negocio de la cooperativa, pero que supone una mancha más en el expediente que daalas a sus competidores para criticar la gestión de Luque.
VENDER POR DEBAJO DE COSTE
Aunque sus mayores enemigos son los productores jienenses agrupados en torno a la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), que no perdonan a este empresario malagueño sexagenario que al principio del pasado verano recomendara la venta de aceite a 2,5 euros el kilo porque iba a ser una mala temporada y los precios iban a bajar, justo lo contrario de lo que ocurrió meses después, en los que el importe creció por encima de ese nivel. Muchos vendieron y perdieron la oportunidad de obtener mayores ingresos con los que afrontar con garantías la próxima campaña.
Precisamente 2,5 euros es el precio mínimo al que pueden vender muchos agricultores para cubrir los costes de producción, por lo que es la línea roja a partir de la cual se entra en pérdidas. Sin embargo, si algo caracteriza a Antonio Luque, además de su ambición personal y trabajo incansable, es que tiene suerte: las lluvias de otoño van a darle la vuelta a la situación y garantizarán una buena cosecha, por lo que al final sus previsiones puede que incluso se cumplan.
A pesar de que es un amante de la caza, el presidente de Dcoop no es una persona paciente y está inmerso en una carrera de crecimiento que puede hacer tambalearse a este gigante olivarero español que tiene una cuota de mercado cercana al 20%. La última ocurrencia del presidente ejecutivo de Dcoop es la salida a Bolsa, un proceso que nadie sabe como pretende articular –ni siquiera su propio equipo según confiesan a Merca2 fuentes internas de la cooperativa– ya que supondría modificar la estructura societaria de la cooperativa que es de todo menos transparente.
ENTRAMADO EMPRESARIAL OPACO
Cuando se acude a los registros uno observa la red empresarial que ha tejido Antonio Luque en torno a Dcoop, con varias sociedades que pertenecen al grupo mediante participaciones cruzadas y cuyo esquema es difícil desbrozar si no se tiene a mano a un especialista en estos menesteres. Mercaóleo SA, Aceites Toledo, Qorteba Internacional, Refinería Andaluza, Acorsa USA y la citada Pompeian pertenecen todas a la órbita de Dcoop y están bajo el mando de Antonio Luque “formando una sola unidad de negocio y decisión, que se refleja en compras, ventas y prestaciones de servicios intragrupo muy relevantes”, explican fuentes financieras a MERCA2.
La próxima compra que podría acometer Antonio Luque con la potencia de Dcoop es la de su competidor Jaencoop, a quien ya ha puesto en el punto de mira y considera pieza cobrada incluso antes de cazarla. Para afrontar esta operación el presidente ejecutivo de Dcoop ha dicho que “hay que dejar atrás localismos y personalismos”, mandando un claro mensaje a los actuales gestores de Jaencoop: o se apartan o saldrán malparados.
En el seno de la cooperativa jiennense saben que si Luque decide integrarlos en Dcoop antes o después lo logrará y la resignación es lo único que les queda en sus últimos días como grupo independiente. Esto supone un aviso a navegantes para el resto de cooperativas, especialmente en un entorno de mercado en la que todo apunta a que los precios del aceite en origen seguirán bajando en los próximos años… cuando las barbas de tu vecino veas cortar pon las tuyas a remojar.