La Fundación Amancio Ortega dona a La Paz una “supermáquina” contra el cáncer única en España

En unos meses, una vez finalizadas las obras del búnker donde se tiene que instalar la máquina, el madrileño hospital de La Paz contará con un sistema de radioterapia único en España. Un equipo de altísima tecnología que permitirá curar más (y mejor) a pacientes enfermos de cáncer. “Es un antes y un después. Algo revolucionario”, afirma Rosa Morera, jefa de servicio de Oncología Radioterápica del madrileño Hospital La Paz.

Una “supermáquina” (adjudicada por casi 9 millones de euros) cuya instalación en La Paz, admite la doctora Morera, hubiera sido impensable de no ser por la donación de 46,5 millones de euros de la Fundación Amancio Ortega a la sanidad pública madrileña.  “Siempre digo que es una pena no tener la oportunidad de poder darle las gracias personalmente. Con Amancio Ortega, le ha caído el gordo a nuestra especialidad. Ha ayudado muchísimo a la oncología radioterápica de España y quiero expresar públicamente el agradecimiento del Servicio de Oncología de nuestro hospital”, señala.

La Comunidad de Madrid cerró la pasada semana la compra, por 13,1 millones de euros, de dos equipos de alta tecnología contra el cáncer que se instalarán en los hospitales La Paz y Ramón y Cajal. Con estas dos adjudicaciones, el gobierno regional, a través de la Consejería de Sanidad, ya ha adquirido 21 de las 23 unidades que se instalarán en la red pública de hospitales madrileños con la donación de la Fundación Amancio Ortega.

ALTA TECNOLOGÍA

Los equipos contra el cáncer que se instalarán en ambos hospitales son de los más innovadores de cuantos se implementarán en la Comunidad. El del Hospital La Paz, es un sistema de radioterapia pionero en España. Solo existen once equipos similares instalados en todo el mundo. En Europa, están en Reino Unido y Holanda.

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La doctora Morera explica que tuvo la oportunidad de conocer de cerca uno de estos sistemas en Londres. “Es algo disruptivo por completo en el tema asistencial de la oncología radioterápica. Un tipo de máquina que para nuestro hospital hubiera sido inasumible por su impacto económico”, indica la radióloga que, además, celebra la llegada de un nuevo acelerador que sustituya al que ya existía en el hospital. “Muy osbsoleto”, precisa.

INFORMACIÓN INÉDITA

La doctora Morera describe con entusiasmo lo novedoso del nuevo “superacelerador” con el que contará el centro público, emblema de la sanidad madrileña y con una población de referencia cercana al medio millón de habitantes.

Hasta ahora los tratamientos de radioterapia se hacían con un acelerador lineal que, dentro, integraba un escáner y permitía, mediante esa imagen, ver que el paciente y el tumor estaban como debían estar para ser tratados”, describe.

Lo revolucionario de la nueva máquina, detalla, es que “en vez de incorporar al acelerador lineal un escáner, incorpora una resonancia magnética de alto campo. Es decir, han incorporado al tratamiento radioterápico una información de la que hasta ahora no se disponía”.

La calidad de imagen que da la resonancia, precisa, es “muy superior a la del TAC. Eso nos permite ver mucho mejor, con mucho más contraste, los tejidos blandos. Como es una resonancia de alto campo, no solo tenemos una imagen morfológica, si no, y eso es lo “gordo” que aporta la máquina, es que tenemos una imagen funcional: vemos como es el  metabólico, molecular y biológico de ese tumor”.

Una información importantísima, insiste, de la que hasta ahora carecían a la hora de abordar la enfermedad: “Ese componente funcional,  lo convierte en una radioterapia de precisión molecular. Cuando irradiemos, según como va cambiando esa imagen, vamos a poder saber si el tumor va bien o no. Es un más allá”, subraya.

OBRAS PARA EL BÚNKER

La Paz contará con el nuevo equipo en unos meses. “Estamos supeditados a la construcción del búnker donde se tiene que instalar, un espacio que requiere de muchas medidas de protección radiológica para pacientes y trabajadores”, señala la doctora.

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Lo que sí precisa es que el nuevo acelerador permitirá curar a más pacientes y con menos efectos secundarios.“Nos permitirá individualizar mucho y eso permitirá poder curar más, de forma eficiente, dando lo justo: ni más, ni menos. Al tener una calidad de imagen tan potente el tratamiento se podrá adaptar muy bien a lo que es el volumen tumor, sin tener que irradiar mucho margen, lo que significa irradiar tejido sano y tener toxicidad a largo plazo. Eso mejorará la calidad de vida del paciente”.

EN EL RAMÓN Y CAJAL

El otro beneficiario de la dotación adquirida gracias a la donación de la Fundación Amancio Ortega a la sanidad madrileña es el Hospital Ramón y Cajal. El Ejecutivo regional aprobó la adjudicación, por 4,1 millones de euros, de un acelerador lineal con un brazo robotizado para radiocirugía y radioterapia estereotáxica corporal.

Este acelerador, indican desde la Consejería, permitirá mejorar la supervivencia de los pacientes y su calidad de vida, ya que consigue una mayor precisión a la hora de administrar tratamientos como la radiocirugía de malformaciones arteriovenosas o en lesiones vertebrales próximas a la médula.

En las próximas semanas, informan desde la Consejería, se cerrará la compra de un nuevo acelerador para el Hospital 12 de Octubre y, en el segundo trimestre de este año, se culminará la compra de una nueva resonancia magnética también para este hospital.