Los sueños ECO (casi imposibles) de Audi para 2025

El fabricante alemán Audi se ha marcado el ambicioso objetivo de que el 40% de sus matriculaciones en todo el mundo para 2025 sean de vehículos totalmente eléctricos e híbridos enchufables.

No queda ahí. La marca propiedad del grupo Volkswagen está acelerando su hoja de ruta de electrificación y descarbonización de toda la empresa. De este modo, también para 2025, aspira a que la huella de dióxido de carbono (CO2) de su flota de vehículos se reduzca un 30% durante todo su ciclo de vida en comparación con los niveles de 2015, según ha informado la compañía durante su 130 junta general de accionistas en Neckarsulm (Alemania).

La cartera de producto de Audi incluirá más de 30 modelos electrificados en un plazo de seis años (2025), de los cuales 20 serán completamente eléctricos. En la actualidad ofrece tan solo seis (e-tron, A6, A7 Sportback, A8, Q7 y Q8). Casualmente los más caros. Además, un vistazo a la producción en 2018, deja claro que la marca necesitaría en poco años un cambio drástico de la ponderación en los modelos que salen de sus plantas. Los modelos más fabricado en 2018 fueron los Audi A4, A3 y Q5. Hay que bajar hasta el cuarto puesto para encontrar el A6 y al séptimo para el Q7.

Audi producción mundial
Fuente: Bloomberg.

Quizá espera que Seat, también del grupo VW, desarrolle los vehículos eléctricos con un precio de venta en torno a los 20.000 euros, tal y como anunció recientemente su presidente, Luca de Meo. De momento, los primeros modelos con arquitectura PPE, desarrollados con Porsche, estarán disponibles a comienzos de la próxima década.

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La firma de los cuatro aros también se ha fijado el objetivo de convertirse en un proveedor de movilidad integral y neutral en términos de emisiones de CO2, desde la producción hasta el uso de los vehículos y su reciclaje. Así, pretende que todas sus factorías sean neutrales en emisiones de CO2 para 2025 y alcanzar la neutralidad total de la compañía para 2050 «a más tardar».

Para todo ello, Audi está implementando una nueva estrategia de inversión orientada al futuro que contempla un desembolso total de unos 40.000 millones de euros en los próximos cinco años, que comprende inversiones en propiedades, plantas y equipos, así como gastos de investigación y desarrollo. Parte de esta inversión (14.000 millones de euros) se destinará a la movilidad eléctrica, digitalización y conducción «altamente» autónoma entre 2019 y 2023.

AUDI PONE EL FOCO EN EL CLIENTE

El presidente de la marca, Bram Schot, ha declarado que «Audi ofrece la forma más atractiva de movilidad sostenible”. “Queremos crear las experiencias de cliente más sólidas en nuestra industria y, por lo tanto, llevar a Audi a la vanguardia del cambio en el segmento premium», ha sostenido en la junta de accionistas.

Schot ha explicado que es «crucial» que Audi se convierta en una marca orientada al cliente en todo momento, ofreciendo conectividad integral, un ecosistema digital «convincente» y conducción «altamente» automatizada enfocada en las distancias interurbanas.

Audi registró un beneficio operativo de 1.100 millones de euros en los tres primeros meses del año, un 15,3% menos respecto a los 1.300 millones que ganó en dichos meses del año pasado. Según la empresa, estos resultados trimestrales se registraron en un año «muy complicado» y destacó que se ha visto afectada por la adaptación al ciclo de homologación WLTP, por la transición a las nuevas generaciones de los modelos y por el complicado entorno económico.

Por su parte, las matriculaciones mundiales de la empresa automovilística se situaron en 447.247 unidades, lo que se traduce en una rebaja del 3,5% si se compara con los datos contabilizados entre enero y marzo del año pasado.

De cara al cierre del ejercicio actual, la firma alemana anticipa un «aumento moderado» de sus ventas, con una mayor evolución en la segunda parte del año, lo que redundará en unos menores inventarios acumulados por el WLTP. Además, espera que su margen operativo sobre las ventas se situé entre un 7% y un 8,5%, aún por debajo de su objetivo a largo plazo de entre un 9% y un 11%. También prevé un flujo de caja neto de entre 2.000 y 3.500 millones de euros.