Fibras en solera industrial en Aranda de Duero

La colocación de un doble mallazo en una solera con grandes exigencias puede ser una auténtica pesadilla. No solo el coste de su ejecución, también el tiempo y el replanteo de este tipo de refuerzo, vienen siendo un gran problema para las empresas que ejecutan este tipo de obras. Las fibras estructurales son una gran solución para este tipo de obras. Además de acelerar las ejecuciones, simplifican enormemente el replanteo y dependiendo del tipo de fibras seleccionadas, pueden conseguir importantes ahorros económicos.

Cuando se utilizan macrofibras estructurales, es posible encontrar, sin embargo, sorpresas desagradables. Este tipo de fibras suelen sacar puntas en la superficie de la solera, lo cual dificulta la ejecución, ya que requiere la realización de trabajos superficiales para un acabado perfecto. En el caso de las fibras metálicas, además del peligro de la oxidación y consecuente problema estético, las fibras que sobresalen son totalmente rígidas. En el caso de las macrofibras sintéticas tradicionales, el problema es el efecto memoria en las fibras salientes. Por mucho que el operario pase con el helicóptero pulidor por encima, la fibra se vuelve a levantar. Se han visto muchas obras en las que el aplicador ha tenido que hacer uso de un soplete para quemar todas estas fibras durante días para poder obtener una superficie libre de fibras, con el trabajo y coste que este proceso requiere.

Fibratec ha presentado una magnífica solución con sus fibras sintéticas estructurales Barchip MQ58. Se trata de una fibra estructural bicomponente que tras ser doblada por aplastamiento con el helicóptero pulidor, no vuelve a su forma original porque no tiene efecto memoria. De esta forma, se consigue obtener una superficie totalmente libre de fibras tras el proceso del pulido, ahorrando muchos dolores de cabeza y costes innecesarios para deshacerse de ellas. El fabricante, además, ofrece un cálculo de refuerzo estructural con fibras TR34 gratuito a los clientes que lo soliciten, por medio de una ingeniería alemana con décadas de experiencia en el diseño de este tipo de soleras de grandes exigencias. Esta fibra se ha utilizado con total éxito en la construcción de la solera de hormigón del almacén y fábrica situada en Aranda de Duero que, además, tenía la problemática de la existencia de elementos rígidos como registros y carriles que formaban parte de la solera y que siempre complican el diseño.

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