La economía social es el modelo que más empleo genera en las zonas rurales y en las ciudades intermedias

En esta semana CEPES ha presentado la tercera edición del estudio ‘Análisis del Impacto Socio Económico de los Valores y Principios de la Economía Social en España‘. Su objetivo es visibilizar y cuantificar la contribución diferencial que la economía social realiza al conjunto de la sociedad, midiendo su impacto en el empleo y en la cohesión territorial.

Los datos del estudio son oficiales y están extraídos de la muestra continua de vidas laborales. Su desarrollo metodológico cuenta con un amplio respaldo de la comunidad científica, según CEPES. Además. también ha sido publicado por Naciones Unidas y por la OCDE. El Estudio ha sido cofinanciado por CEPES, Ministerio de Trabajo y Economía Social y por el Cajamar, y en el se confirma la mayor presencia de la economía social en zonas rurales y ciudades intermedias, y con mayor resiliencia en la destrucción de empleo.


Durante la presentación del mismo el presidente de CEPES, Juan Antonio Pedreño, resaltó que la metodología de este estudio es pionera internacionalmente y cuenta con un amplio respaldo de la comunicad científica y de evaluación de políticas, recordando que ha sido publicado por Naciones Unidas como documento de trabajo y por la OCDE como ejemplo de buena práctica en la medición del impacto social.

Además, Pedreño recuerda que el informe responde a las siguientes tres preguntas: ¿muestran las empresas de economía social un comportamiento diferente al de las empresas mercantiles? Si es así, ¿Cómo afectan esas diferencias a la sociedad? Y, por último, ¿Cómo medir esos efectos en unidades monetarias?

Para responder a las mismas se han identificado de la muestra continua de vidas laborales, 10.291 entidades de la Economía Social (4.751 de Economía Social de mercado) y 33.409 personas ocupadas (15.814 en la Economía Social de mercado) y se han comparado con un grupo de control de empresas y empleos mercantiles en una proporción similar. Entre esos números cabe recalcar que la economía social en España cuenta con más de 43.000 empresas, 2.5 millones de empleos y una facturación del 10% del PIB.

Este informe, ha sido cofinanciado por CEPES, el Ministerio de Trabajo y Economía Social, y el Grupo Cooperativo Cajamar y realizado por Abay Analistas a través de fuentes oficiales.

PESO DECISIVO DE LA ECONOMÍA SOCIAL EN LA COHESIÓN TERRITORIAL

El análisis realizado por Abay Analistas confirma la mayor presencia relativa de la Economía Social en las zonas rurales y ciudades intermedias y su significativa contribución a la creación de actividad y empleo en ellas, a la competitividad de las economías locales y a la fijación de población en este ámbito.

1.     La economía social se ubica mayoritariamente en municipios menores de 40.000 habitantes, especialmente la Economía Social de mercado. En las empresas mercantiles estos porcentajes se invierten y tanto ellas como sus trabajadores/as se localizan mayoritariamente en las grandes ciudades.

2.     La localización de la economía social por ámbito geográfico tiene importantes efectos sobre la economía rural ya que una parte significativa de la misma está vinculada a ella. Por esto este sector tiene como característica la creación de actividad y empleo de forma constante. También, hay que señalar la contribución de la economía social a las ciudades intermedias y zonas rurales se canaliza también a través del emprendimiento. De hecho, el 43,5%de las empresas más jóvenes de la Economía Social de mercado se han ubicado en zonas rurales o ciudades intermedias (35,8% en la economía total sin sector público).

Además de la distribución sectorial de las empresas de economía social muestra también una mayor dispersión por sectores, favoreciendo así la diversificación de la economía rural, aspecto de gran importancia en su competitividad. Y por su puesto la mejora de las economías rurales a través del desarrollo de determinadas ramas que permiten un mejor aprovechamiento de las potencialidades o acercan una oferta de servicios sociales y educativos que es vital para frenar la pérdida de población.

Y es que gracias al mantenimiento de los principios de Economía Social, frente a un escenario alternativo donde pasasen a tomar sus decisiones de localización como lo hacen las empresas mercantiles, se mantienen cerca de 74.000 empleos en las zonas rurales y se previene que unas 192.000 personas se desplacen a zonas urbanas.

LA ECONOMÍA SOCIAL EN EL TEJIDO PRODUCTIVO ESPAÑOL

El informe destaca cómo durante el período 2017-2021, que estuvo marcado por el fuerte impacto negativo de la pandemia de la COVID-19 sobre la economía española y el inicio de la recuperación económica en el año 2021, el desempeño de la economía social fue más positivo que el de la economía total, sin incluir el sector público. Y es que, en términos de empleo, ganó peso relativo en casi todas las comunidades autónomas y en la mayoría de los sectores de actividad.

Este estudio recoge en su ‘Capítulo I’ un desarrollo del tejido productivo español, donde se revela que 6,3 de cada 100 organizaciones del sector privado de la economía española pertenecen a la economía social, un 0,3 más que los datos obtenidos en el estudio de 2019.

En cuanto al desarrollo de la economía social por comunidades autónomas, el estudio refleja diferencias muy significativas. Se destaca el alto desarrollo que tiene en Ceuta, Melilla, Castilla-La Mancha, Navarra, el País Vasco y Murcia.  En cambio, el modelo todavía tiene niveles de empleo inferiores a los esperados, teniendo en cuenta su tamaño y el dinamismo económico, en la Comunidad de Madrid, las Islas Baleares y Canarias.

En relación con la presencia de la Economía Social en los diferentes sectores económicos, el estudio precisa que, si bien está presente en todos los sectores económicos, este modelo empresarial presenta un peso relevante en el sector de cuidados y otros servicios sociales (43%), en el sector de cultura y ocio (35,2%),de educación (26%), de agricultura (12,8%) y en el sector de energía y agua(10,9%).

LA ECONOMÍA SOCIAL CONTRIBUYE AUN CRECIMIENTO INCLUSIVO Y LA REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES

“El comportamiento de las empresas y entidades de la economía social es diferente al comportamiento de las empresas mercantiles, y se traduce en un crecimiento económico más inclusivo, que proporciona una mayor estabilidad y que reduce significativamente las desigualdades. Además, son empresas con un fuerte compromiso con el territorio, lo cual provoca una importante contribución a la cohesión social y a la cohesión territorial”, ha precisado Pedreño.

Los efectos sobre la cohesión social que se reflejan en el estudio se centran en cuatro áreasocupación de colectivos con dificultades de acceso al empleo, la estabilidad en el empleo, la igualdad de oportunidades, y la oferta de servicios de cuidados, educación y gestión del agua.

Los resultados obtenidos confirman la existencia de un comportamiento diferencial generador de valor social a través de:

1. Creación de empleo inclusivo. La economía social incorpora, en mucha mayor medida que la economía mercantil, colectivos de trabajadores con dificultades específicas de acceso al empleo como mujeres mayores de 45 años, personas mayores de 55 años, personas con discapacidad, personas en situación o riesgo de exclusión social y personas de baja cualificación. Esta mayor presencia se refleja en la economía social de mercado (27,7% del total de las plantillas frente al 22,1% en las empresas mercantiles).

2. Mayores niveles de estabilidad en el empleo. La estabilidad en el empleo por cuenta ajena es mayor en la economía social que en la mercantil, especialmente en la economía de mercado.

3. Menor brecha salarial. Los niveles salariales son mucho más igualitarios. La menor dispersión salarial se debe sobre todo a una mayor contención en los salarios de la alta dirección y alta cualificación. Por tanto, la brecha salarial de género en la economía mercantil es cinco veces la observada en la Economía Social de mercado. Además, la diferencia es aún mayor si consideramos la Economía Social en su conjunto, en este caso, las mujeres cobran un 3% menos que sus compañeros varones mientras que en la economía mercantil, este porcentaje es de un 26%.

4. Mayores niveles de igualdad. Así lo muestran los mejores resultados obtenidos en distintas dimensiones de la misma como las brechas salariales de género, que son claramente menores; la diversidad en la dirección, con una mayor incorporación de mujeres y personas con discapacidad; o las posibilidades de conciliar mejor vida familiar y profesional.

5. Ampliación de la oferta de servicios de cuidados, educación y gestión del agua. La especialización productiva de la economía social en servicios que mejoran la calidad de vida de las personas, como los servicios de cuidados y la educación, y apuestan por la sostenibilidad ambiental, como la gestión del agua, garantiza una mayor provisión de servicios y una amplia diversidad de estos.

En este sentido, el presidente de CEPES, Juan Antonio Pedreño, destaca la riqueza, que en todos los sentidos, aporta este modelo empresarial al conjunto de la sociedad española y remarca que “este estudio demuestra el gran peso de la economía social ,tanto desde un punto de vista económico por su impacto en el empleo, como desde un punto de vista social por su contribución a la cohesión social y territorial, donde en muchas ocasiones es el único actor empresarial que existe”.

El presidente de la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES), de Social Economy Europe, Ucomur y Ucoerm, Juan Antonio Pedreño, atiende a los medios durante la clausura deI I Congreso de Economía Social de España, en el Auditorio Víctor Villegas, a 20 de octubre de 2022, en Murcia, Región de Murcia, (España
El presidente de la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES), de Social Economy Europe, Ucomur y Ucoerm, Juan Antonio Pedreño, atiende a los medios durante la clausura deI I Congreso de Economía Social de España, en el Auditorio Víctor Villegas, a 20 de octubre de 2022, en Murcia, Región de Murcia, (España

El IMPACTO DE LA ECONOMÍA SOCIAL EN TÉRMINOS DE EMPLEO Y EL VALOR MONETARIO

Con objeto de cuantificar el impacto de los principios diferenciales de la economía social se compara el escenario real con un escenario alternativo (e hipotético) en el que las empresas de la Economía Social “pierden sus principios” y pasan a comportarse como empresas mercantiles. La comparación delos datos reales de la Economía Social con los alternativos (correspondientes alas empresas mercantiles) puede cuantificarse, tanto en número de empleos, como en unidades monetarias.

En relación con el valor monetario de la contribución de los principios de la Economía Social de mercado, el Estudio revela que los valores de las empresas y entidades de Economía Social aportan a la sociedad 11.026 millones de euros anuales, casi 5.000 millones más que en el año 2019.

El escenario alternativo al real, un escenario en el que la Economía Social de mercado se comportase como la mercantil, quedaría definido por cambios en el empleo, de tal forma que podemos estimar el empleo que no se pierde gracias a que las entidades de Economía Social no se comportan como empresas mercantiles. Esta ganancia se concreta en términos de un empleo:

1. Menos inclusivo. Más de 181.000 trabajadores pertenecientes a algún colectivo con dificultad de acceso a la ocupación perderían su empleo. Esta pérdida sería especialmente importante en el caso del empleo de personas con discapacidad, con baja cualificación o mayores de 55años.

2. Con menores niveles de estabilidad, aumentando el número de personas con una o más experiencias de desempleo. Al año, cerca de 222.587 trabajadores que han disfrutado de periodos continuos de empleo en la economía social de mercado pasarían a tener una o más experiencias de desempleo.

    3. Con menores salarios. Un grupo de en torno a 272.500 trabajadores, principalmente mujeres, mayores de 55 años y personas con discapacidad tendrían menores niveles salariales.

    4. Con menor igualdad de oportunidades en las empresas. Unas 232.982 mujeres verían incrementada su brecha salarial respecto a sus compañeros varones y se reduciría la diversidad en los puestos directivos y de alta cualificación. Asimismo, un número más reducido, pero importante en términos cualitativos, de trabajadores habitualmente infra representados sería expulsado de los puestos de dirección y alta cualificación.

    5. Con una menor y menos diversa oferta privada en servicios de cuidados y educativos. Se perderían en el sector privado cerca de 76.820 puestos de trabajo en servicios de cuidados y otros servicios sociales y 52.745 empleos en los servicios de educación, afectando tanto al nivel como a la diversidad en la oferta en estas actividades.

    6. Con menor presencia en zonas rurales. Se perderían cerca de 74.000 empleos en las zonas rurales y unas 192.000 personas podrían desplazarse a zonas urbanas. Esta destrucción de empleo muestra un sesgo hacia el empleo de mujeres y de personas con cualificación media y alta.

    METODOLOGÍA DEL ESTUDIO

    El Estudio realizado por Abay Analistas emplea una metodología aplicada a la revisión y medición de los diferentes efectos que enmarca este estudio en el grupo de análisis de impacto con micro datos, contrafactuales y técnicas cuantitativas, unos de los más completos para la evaluación del impacto.

    Así, el método de medición de efectos y su cuantificación se apoya en amplias muestras tanto para la Economía Social como para los distintos grupos de control que se establecen. En unas muestras iniciales de 732.082 personas con empleo y 228.138entidades empleadoras, se han identificado 10.291 entidades de Economía Social(4.751 de Economía Social de mercado) y 33.409 personas ocupadas (15.814 en la economía social de mercado).

    A partir de estas submuestras se han elaborados grupos de control (con empresas y trabajadores de la economía mercantil) de tamaño similar. Los tamaños de estas submuestras aseguran la representatividad de estas y la solidez del análisis.

    Los tipos de entidades que forman parte de la economía social son: cooperativas, mutualidades, fundaciones y las asociaciones que lleven a cabo actividad económica, sociedades laborales, empresas de inserción, centros especiales de empleo, cofradías de pescadores, sociedades agrarias de transformación y las entidades singulares creadas por normas específicas que se rijan por los principios establecidos en la Ley 5/2011 de Economía Social.

    Antonio Olalla
    Antonio Olalla
    Licenciado en periodismo por la UCM. Aprendí en varias secciones de deportes de medios nacionales. Hice la 'mili' en periodismo social de la mano de Servimedia. Fui reportero en sitios tan diferentes como Sinaloa, el Sahel o Etiopía. Ahora soy el responsable de la información de fin de semana de los medios del Grupo Merca2 e intento hacer un mundo mejor desde Gentinosina Social. La Historia mi pasión y la música bajo el paraguas de la 'Americana,' si es posible, mejor.