La televisión acostumbra a ser un medio con poca memoria, y más efímero de lo que a los que forman parte de su entorno les gustaría. De hecho, ¿cuántos profesionales y presentadores no han estado tremendamente de moda un tiempo, y luego han desaparecido totalmente de la actualidad? Por eso las producciones como La Ruleta de la Suerte tienen un mérito especial. Llevan muchísimos años emitiéndose y, además, parece que su fórmula no muestra hoy por hoy signos de fatiga.
Con todo, hay aspectos del espectáculo que no todo el mundo conoce, y que aportan más de lo que parece a simple vista al éxito del programa.
El ambiente de La Ruleta de la Suerte
Cada programa tiene sus truquillos para conseguir su fin último: atraer a la gente al otro lado de la pantalla cada día (o cada semana, dependiendo de cada cual). Pero si algunas cosas tienen en común muchos espacios como Pasapalabra o el que hoy nos ocupa, La Ruleta de la Suerte, es el “buenrollismo” que siempre pretenden transmitir. Es decir, un ambiente alegre, desenfadado y musical (aunque a grandes rasgos no sean programas musicales, por así decirlo).
Para crear este efecto, que parece imprescindible para estas producciones, hay un elemento que juega un papel fundamental: el público. Pero, aunque haya personas que piensen que este se comporta de manera espontánea, nada más lejos de la realidad.
