Ethereum ha completado sin incidentes su «fusión», que comenzó este martes y por la que la red cambiará su protocolo a ‘proof of stake’, una actualización que reducirá su consumo de energía, pero que podría rebajar la seguridad. Esta «fusión» (‘merge’ en inglés) ha suscitado mucho interés en los últimos días en la industria cripto, hasta el punto de que Google llegó a publicar un reloj con la cuenta atrás al buscar ‘Ethereum Merge’.
La actualización permitirá que la criptomoneda reduzca muy significativamente su consumo de energía, uno de los principales argumentos entre los críticos de la industria. Sin embargo, este cambio también hará que disminuya la seguridad de la ‘blockchain’. En este sentido, Bit2Me explica en su página web que existe el riesgo de perder los fondos «por ataques maliciosos». «Estos sistemas requieren que la cartera del usuario siempre esté abierta y conectada a Internet. Esto genera un problema de seguridad que puede permitir a los ‘hackers’ aprovechar vulnerabilidades para robar fondos de dichas carteras», especifica.
No obstante, el protocolo es capaz de solventar o dificultar ciertos esquemas de ataques ya conocidos, como los «ataques del 51%»: los atacantes necesitarán ostentar el 51% de las monedas y no de la red, como pasa con ‘proof of work’, una situación que conlleva a pérdidas económicas «muy grandes» para los ciberdelincuentes, que sirven de disuasivo. El analista experto en criptoactivos de la plataforma de inversión eToro, Simon Peters, ha destacado este jueves que esta actualización podría tener efectos positivos en la cotización de la criptomoneda, al reducirse la oferta.
Esta era una de las claves también para el director general adjunto de Bitpanda, Lukas Enzersdorfer-Konrad, que señalaba en un comentario previo a Europa Press que esa reducción es una de las principales oportunidades que deja la «fusión» y que permitirá que sea más atractiva como refugio de valor.
De momento, a las 14.30 horas, la criptomoneda registraba unas leves pérdidas del 0,20%, hasta situarse en los 1.590 dólares (1.592 euros), si bien llegó a situarse por encima de los 1.700 dólares (1.703 euros) el pasado martes, cuando comenzó la actualización. Pese al interés de los últimos días, la criptomoneda se deja el 67% desde sus niveles máximos de noviembre, cuando llegó a tocar los 4.864 dólares (4.873 euros).