En una época donde el consumidor busca la calidad frente a las campañas de marketing, saber diferenciar un pan artesanal de uno que solo lo «insinúa» en su envoltura no es difícil pero hay que saber las claves. Y es que el pan sigue siendo el alimento más consumido en España, de consumo diario, pero ya hay otro perfil que busca, como en otros productos, volver a lo natural. Es el caso del pan, donde abundan cada vez más panaderías de masa madre, panes ecológicos, integrales, sin sal…
De cualquier forma, lo importante es en este caso, sea del tipo que sea, es distinguir un pan hecho a la antigua usanza, de manera artesanal, de uno realizado industrialmente.
LA MASA MADRE Y EL FERMENTO NATURAL
La inmensa mayoría de las personas conoce que el pan requiere de una adecuada fermentación, esto a través de levaduras que puedan ser frescas o secas y que tranquilamente pueden ubicarse en los supermercados. No obstante, la levadura de ninguna manera requerirá comprarse, ya que esta puede observarse en la harina que se está usando; o en su defecto, estará en el ambiente.
Es prioritario aprovechar las levaduras u hongos naturales que están expuestos en la harina, lo que te permitirá mezclarla con agua y por ende, podrás conservar la mezcla a una temperatura ambiente que ayude a fabricar la masa madre. En líneas generales, es un fermento natural que puedes conservar con el traspasar del tiempo, lo que te proporcionara la opción de “alimentar” para que este sea reproducido y elaborar el tan anhelado pan.