sábado, 14 diciembre 2024

Indra, camino de convertirse en la tecnológica aeroespacial y de defensa clave para los intereses de España en Europa y en la OTAN

Este jueves se celebrará Junta de Accionistas de Indra, una cita que puede suponer la transformación de la tecnológica en el principal ‘player’ de la industria española de Defensa. Indra se adaptaría así a los estándares internacionales, que están modificándose a toda prisa debido al reciente conflicto bélico en Ucrania.

Los países europeos concentran la custodia de su integridad territorial en grandes campeones nacionales a los que apoyan no sólo con participaciones accionariales, sino con conexiones horizontales con la industria tecnológica, industrial e incluso armamentística que consideren estratégica. La aportación de Indra es tecnológica, lo cual supone empleo de alta calidad, mucho valor añadido e innovación de uso dual, civil y militar.

Ocurre con la francesa Thales, la italiana Leonardo, las alemanas Hensoldt y Rheinmetall, etc. Todas tienen fuertes participaciones estatales y conexiones con todo tipo de compañías vinculadas a su sector. En Airbus, dominada por Francia y Alemania con un 10% del accionariado cada una, España posee un 5%.

La cumbre de la OTAN de Madrid, que se celebrará los próximos 29 y 30 de junio, servirá no sólo para actualizar y probablemente ampliar los porcentajes de gasto sobre PIB en Defensa, sino que redefinirán el papel de la organización. España se ha comprometido a intentar incrementar ese gasto, y Alemania ha anunciado una ampliación presupuestaria para Defensa de 100.000 millones de euros.

En el encuentro está previsto que se planteen líneas de actuación común para el conflicto en Ucrania y para el futuro. Si hace unos años se descartaba casi por completo el riesgo de guerra en territorio europeo, las aspiraciones de Rusia de volver a ser un actor importante en el concierto internacional han causado una alarma.

La posibilidad de alteraciones en las fronteras, explican, cambios en las alianzas internacionales, emergencia de ejes alternativos e incluso nuevos bloques de integración, es algo muy real. El foco no sólo está en Ucrania, sino en Polonia, Escandinavia, China, Taiwán… sin olvidar determinados países latinoamericanos y, por supuesto, el llamado ‘Flanco Sur’ (Magreb y el Sahel). Y están otras cuestiones vitales como la ciberseguridad, también tutelada por estos grandes campeones nacionales. Los nuevos líderes de la Defensa son considerados totalmente estratégicos en la totalidad de países europeos. España no es una excepción.

Indra es el resultante de la fusión de varias compañías propiedad del Instituto Nacional de Industria (antiguo INI, hoy SEPI), que salió a Bolsa a mediados de los 90. Aunque el estado español llegó a tener una participación testimonial, nunca se fue totalmente.

Además, siempre estuvieron en el capital accionistas importantes (de facto, de control) que tuvieron el visto bueno del Ejecutivo. Todos los Gobiernos de España siempre dejaron claro que no permitirían operaciones corporativas sobre la compañía que pusiera en riesgo su titularidad, ya que, entre otras cosas, Indra es quien vigilaba las fronteras y el espacio aéreo domésticos.


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