Con la crisis económica de la que parecíamos salir pero nos volvemos a meter, la inflación y sobre todo la guerra, con las terribles consecuencias no solo humanas sino económicas y energéticas, es más que nunca hora de informarse bien de cómo ahorrar lo más posible, sobre todo en energía y combustible. Y es que no hay que engañarse: esto no ha hecho nada más que empezar y lo que hoy nos parecen ya precios desbocados e inasumibles, en breve seguramente soñaremos con estos días en que tampoco era para tanto en comparación. Hoy nos centramos en la electricidad, de nuevo en máximos y en concreto en un elemento que se nos pasa desapercibido: las regletas. Veamos por qué son importantes y es mejor tenerlas apagadas cuando no se usen.
Desde luego otro punto importante es revisar qué te ofrece tu compañía y qué la competencia. Es época de mirar una y otra vez comparadores de tarifas y ofertas, especialmente en electricidad. Además, con la guerra y la crisis energética, las compañías eléctricas ofrecen además tarifas planas, ya que tienen excedente de energía a los precios pasados en que los compraron y ahora pueden ser muy competitivos, y aún así ganar mucho más de lo imaginado.
De todas formas, lo más habitual es al menos contratar una tarifa nocturna, conocida como de discriminación horaria. Tiene un precio más barato, lo que te permitirá aprovechar estas horas en las que se paga menos. Además es recomendable que evites poner el lavavajillas o la lavadora en los horarios de sobremesa (14 a 17 horas) y de la cena (21 a 22 horas), ya que los precios son más caros en las tarifas por horas.