sábado, 14 diciembre 2024

CaixaBank pide al BCE mano dura con los emisores de carbono

El servicio de Estudios de CaixaBank ha elaborado un informe que se titula ‘El impacto financiero del cambio climático’. En este documento analiza pros y contras de que los bancos centrales se demuestren proactivos en esta batalla. En el texto, reclaman al Banco Central Europeo (BCE) que incorpore criterios climáticos a la hora de tomar decisiones.

COMPLEMENTO DE GOBIERNOS

En este dossier hay un artículo en el que se señala que “aunque los bancos centrales puedan actuar frente al cambio climático, parece claro que no deben liderar esta lucha”. Sin embargo, consideran que lo que sí pueden hacer, dentro de los límites de su mandato, es complementar la acción de los gobiernos.

En este sentido, destaca que el BCE tiene a su disposición varias herramientas en el ámbito de la política monetaria y la supervisión bancaria con las que incorporar los riesgos climáticos en su toma de decisiones y operaciones.

INFORMACIÓN CLIMÁTICA

Lo primero que puede hacer el supervisor que preside Christine Lagarde es “ajustar su programa de compra de activos privados para adquirir deuda solo de empresas que divulguen cierta información climática o cuenten con un rating climático”.

Y es que esta opción, que genera consenso en el Consejo de Gobierno del BCE, “mejoraría la transparencia de la información climática y, por ende, ayudaría a los mercados financieros a clasificar emisores y activos según su exposición a los riesgos climáticos. De esta manera, “facilitaría la internalización de estos riesgos en el precio de los activos”.

DISCRIMINAR POR RIESGOS

En este punto, los autores del texto consideran que el “BCE también podría ir más allá y discriminar en función de los riesgos climáticos. ¿Cómo creen que debería hacerlo?: “Mostrando preferencia por la deuda de empresas que cumplan con ciertos criterios climáticos, o excluyendo aquellos emisores y activos más intensivos en emisiones de carbono y, por tanto, más en conflicto con los objetivos de descarbonización de la Unión Europea”.

Ahora bien. En el dossier de CaixaBank research  apuntan que aunque estas medidas son más proactivas, “resultarían difíciles de aplicar sin una divulgación consistente de los riesgos climáticos por parte de las empresas, que todavía se encuentra en una fase inicial y solo aplica a empresas cotizadas”.

En este punto,  hacen hincapié en que medidas como las señaladas “suscitan cierta controversia en el Consejo de Gobierno del BCE”. 

Esto es así por tres razones: La primera es que “podrían entrar en conflicto con el principio de neutralidad de mercado”; la segunda, porque la compra de activos por el emisor constituye una solución temporal, mientras que el cambio climático es un reto a largo plazo y la tercera, por el riesgo reputacional que pudiera haber para el BCE si los emisores resultaran ser menos verdes de lo que reportan”.

MÁS AJUSTES

En el informe mensual elaborador por CaixaBank Research, apuntan como medida a llevar a cabo por el BCE  introducir “ajustes en las operaciones de crédito con entidades financieras y en el marco de activos de garantía (o colateral) con el fin de favorecer las exposiciones verdes y hacer menos atractivas las más marrones”, en referencia a las más contaminantes.

En concreto, CaixaBank Research señala que “además de condicionar el acceso a financiación a la divulgación de información climática, el BCE también podría ajustar el tipo de interés de algunas de estas operaciones en función del destino del crédito”. Y pone como ejemplo que el BCE podría lanzar un programa de financiación verde (green TLTRO, en el que el tipo de interés que pagasen los bancos estuviera condicionado a un aumento del crédito a actividades alineadas con la taxonomía verde de la Unión Europea.

Añaden que, de forma similar, “el BCE podría ajustar la valoración de los activos que se le presentan como garantía en función de los riesgos climáticos que identifique. Así, podría asignar un menor haircut a los activos más alineados con la taxonomía verde de la UE. En este punto, el dossier pone de relieve que el BCE ya acepta colateral con distintos haircuts (descuentos), en función de su perfil de riesgo.

ACTUAR CON CAUTELA

En cualquier caso, ante la falta en estos momentos de información corporativa consistente y estandarizada sobre la exposición a los riesgos climáticos,  CaixaBank Research apunta que “es de esperar que el BCE actúe de forma cautelosa y que, al menos en un primer momento, priorice el asegurar una amplia divulgación de los riesgos climáticos por parte de empresas y entidades financieras que contribuya a la internalización de los riesgos climáticos en los precios de los activos y que sirva como base para tomar más medidas en este ámbito”.

LA SUPERVISIÓN

Donde, el Banco Central Europeo ha empezado ya a actuar es en materia de supervisión bancaria.  Así,  resaltan que  “el BCE ya ha empezado a tomar medidas para mejorar la calidad y cantidad de datos climáticos disponibles, así como la comprensión de los riesgos climáticos y su impacto, de forma que puedan ser tratados como un riesgo financiero más”. Entre estas medidas, destaca la publicación de la guía sobre riesgos medioambientales y climáticos que, entre otros, en la divulgación de la información climática por parte de los bancos.

Además, el BCE ha pedido a los bancos que elaboren planes de acción para alinear sus prácticas con las propuestas de la guía. Estos planes formarán parte del proceso supervisor anual conocido como SREP.Por último, también destaca «el lanzamiento en 2022 de test de estrés climáticos en los que los bancos autoevaluarán su exposición a los riesgos climáticos y su nivel de preparación para abordarlos». Según CaixaBank «dicho ejercicio no tendrá, por ahora, repercusión en los requisitos de capital de los bancos.


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