viernes, 13 diciembre 2024

La banca impulsa los mejores planes de recolocación tras una reestructuración

Los planes de recolocación que el sector bancario pone en marcha para ayudar a sus empleados afectados en un proceso de reestructuración a encontrar trabajo son más completos y eficientes que los aplicados en cualquier otro ámbito o por otras empresas del Ibex 35, según un análisis del Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada.

La ley obliga desde 2012 a que los despidos colectivos de más de 50 trabajadores tengan que acompañarse de un programa para que los empleados afectados se reincorporen al mercado laboral, aunque no hay exigencia de garantía de recolocación.

Estos planes deben incluir, por norma, una atención continuada a los afectados durante seis meses, poniendo especial atención en los mayores de 50 años, con medidas de intermediación, orientación profesional, formación profesional y atención personalizada.

El último programa de Banco Santander o el que está negociando actualmente CaixaBank prevén un acompañamiento sin límite, mientras el candidato esté en proceso de búsqueda activa de empleo.

Expertos consultados por el Instituto Coordenadas defienden la utilidad de los programas de recolocación para reducir significativamente el tiempo de búsqueda de empleo. De media, el trabajador retoma su vida laboral en menos de cinco meses con este tipo de planes.

Los analistas coinciden en destacar los programas de recolocación del sector bancario como «los más completos», no solo porque se alargan en el tiempo más de lo que estipula la norma, sino también por su compromiso con la reocupación de las personas, y ponen como ejemplo el aplicado en el ERE del Banco Santander en su centro corporativo en 2016 y los derivados de la integración del Banco Popular, en 2018 y 2019, el último presentado por el Santander en 2020, así como el recientemente anunciado por CaixaBank.

El objetivo de reocupación total de los trabajadores afectados por el ERE de CaixaBank tras la fusión con Bankia es uno de los pilares del plan de recolocación del nuevo banco surgido de la última gran fusión. Se trata de un programa adaptado a los nuevos tiempos que se aleja del esquema más clásico de prejubilaciones y está pensado para facultar con nuevas habilidades a las personas para que continúen con su vida laboral y lo hagan, según todas las previsiones, en un contexto de recuperación de la economía española», señala el análisis.

Los expertos consultados por Instituto Coordenadas apuntan que los planes de recolocación «han pasado de un formulismo legal a una realidad donde la implicación de la empresa es esencial al captar a los mejores profesionales para lograr la reubicación del trabajador». En este sentido, confirman que el de CaixaBank «es un proyecto ambicioso», especialmente en un contexto de pandemia mundial.

También destacan que tiene muy en cuenta la territorialidad, pues estudiará la oferta de empleo a nivel local y regional para maximizar las posibilidades de encontrar un nuevo trabajo adaptado a las capacidades del trabajador, que se potenciarán y renovarán con atención personalizada, formación digital y en escuelas de negocios, entre otras medidas.

El vicepresidente ejecutivo del Instituto Coordenadas, Jesús Sánchez Lambás, reconoce que la reestructuración del sector bancario es «tan dolorosa como necesaria» en un contexto de mínimos históricos en los rendimientos de la actividad financiera comercial y creciente competencia de las bigtech y las fintech.

«Que una compañía se comprometa a recolocar el 100% de los empleados es una buena noticia y permite minimizar en la medida de lo posible los efectos de la reestructuración, ayudar a los empleados a continuar ocupados y también evita los posibles efectos negativos sobre la economía, en un momento particularmente complejo. Los esfuerzos de la banca, con casos como el de CaixaBank o Santander, demuestran su compromiso con la economía y la sociedad española. Nadie busca esta situación voluntariamente, pero en toda crisis esta la semilla de la oportunidad. El mundo vive cambios acelerados y si se dispone de cobertura social, este no es el peor momento para reciclarse. Adaptarse a las nuevas tecnologías es una garantía de éxito», ha destacado.

POR BANCOS

El plan de CaixaBank pone especial atención a los mayores de 50 años, con un programa específico y medidas singularizadas, y se extiende a los familiares de primer grado del empleado que estén desocupados. Igualmente, incluye un paquete de medidas sociales y de apoyo a la persona, como soporte emocional o asesoramiento legal.

En el caso del Santander, el programa de recolocación de 2016 consiguió trabajo al 100% de los empleados que salieron del banco en el proceso, mientras que en 2018 el porcentaje de recolocación fue del 98%, según cifras facilitadas por la entidad a los sindicatos.

En los ERE de 2019 y 2020, el Santander se comprometió a la reocupación de la totalidad de los afectados, en sendos programas de duración ilimitada para conseguir este objetivo.

De su lado, BBVA ha presentado recientemente su plan de recolocación, con el que también pretende reocupar la totalidad de los desempleados con contratos indefinidos o autoempleo. El plan dispone de diferentes programas a los que pueden acogerse los afectados según sus preferencias profesionales y tendrá una duración inicial de un año, prolongable a 30 meses.

El análisis del Instituto Coordenadas ha estipulado tres variantes de planes de recolocación, según el grado de compromiso: el que se ciñe estrictamente a la ley, el que amplía el seguimiento a un año con la voluntad de llegar al 80% de reocupación y el que va más allá de lo recogido en la norma tanto por la extensión temporal como por el porcentaje de recolocación, llegando a la totalidad de los profesionales que quieren volver al mercado laboral.

Es en esta tercera categoría en la que se situarían los últimos planes presentados por el sector bancario. De hecho, el análisis apunta que la banca es el sector del que procede la mayor parte de los participantes de programas de recolocación (un 33%), seguido de la logística y la distribución (14%) y la farmacia y biotecnología (9%).


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