domingo, 15 diciembre 2024

Renault, sentenciada en España: los costes y lo verde no cuadran

Los coletazos del covid-19 se mezclan con un cambio de paradigma en el sector de la automoción. Y eso puede llevarse por delante parte de la producción de Renault en España que, este mismo viernes, anuncia qué pasará con sus fábricas. Todo ello en la misma semana que su socio de alianza, Nissan, ya ha confirmado que cierra filas en Barcelona y abandona. Así, la sentencia sobre el futuro de la compañía ya está escrita. Y aunque sea positiva en el corto plazo y se puedan salvar miles de empleos -puesto que los cierres se prevén en Francia-, la perspectiva para los próximos años es bastante pesimista.

Además, todo ello coincide -precisamente- con el anuncio por parte del Gobierno francés de una inyección de dinero público a Renault, y también al Grupo PSA, para la reubicación de plantas en territorio galo. Algo que puede terminar pasando factura a las plantas que se encuentran en España: Valladolid, principalmente; Palencia y Sevilla. Y es que la nueva estrategia trazada por la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi para situar los focos de producción en puntos estrategias para ahorrar costes provocará un movimiento en cadena.

En el caso pucelano, tienen a favor que la fabricación del Renault Captur ha conseguido unos sólidos reportes de ventas y, por lo tanto, las cuestiones económicas de coste-producción vienen de cara. Aunque ahora falta la implementación de los nuevos motores híbridos, y ahí es donde los números pueden volver a fallar.

Además, según precisaban desde la matriz, todavía no hay un plan claro para los próximos años sobre cuáles serán las fábricas que asuman los modelos concretos de construcción y ensamblaje. Algo que determinará la estrategia que ahora mismo están perfilando entre las tres marcas. De este modo, Renault liderará la actividad en Europa, norte de África, Rusia y Latinoamérica. Nissan se hará cargo de China, Norteamérica y Japón. La fábrica británica de Nissan en Sunderland, que aspira a arrebatar los Renault Captur y Kadjar a Valladolid y Palencia, queda ahora supeditada al mando francés. Y eso es todo lo que debe aclarar la francesa en su hoja de ruta que descubrirá este viernes.

RENAULT Y LOS MOTIVOS PARA EL PESIMISMO

Hace unos meses, MERCA2 se hacía eco sobre el cambio de tendencia en los sistemas productivos en el ámbito de la automoción y sus movimientos geográficos durante los próximos meses. Un ejemplo es la ‘gigafactory’ de Tesla en China, que no busca solo ahorrar costes, sino principalmente servir la demanda del país. Situaciones de este tipo reducirán el peso del sector en España, hasta el punto de que un estudio de KPMG en el ámbito del motor explicaba que “el 67% de los directivos globales encuestados cree que solo el 5% de los vehículos producidos en 2030 saldrán de las fábricas del Viejo Continente”.

Aunque no hay que ir al futuro para ver los efectos.  Basta con medir el pasado del sector y el presente. Así, en 2017 España volvió a superar los 2,8 millones de automóviles fabricados y se situó muy cerca del máximo histórico del 2007. Sin embargo, el número de trabajadores entre ambas fechas se había reducido con fuerza de los 69.929 a los 52.651, lo que supone un 24% menos. En definitiva, que aun con los mismos vehículos las firmas automovilísticas han logrado limar un puesto de trabajo por cada cuatro vehículos que se fabrican.

Por ello, los planes de Luca De Meo para Renault hacen sospechar que alejan cada vez más de España y sus fábricas. Puede mantenerlas en Francia por las presiones, pero poco más. Y no será solo la firma gala, sino que es una orientación que tarde o temprano seguirán todas las compañías para no quedarse atrás. El problema, por desgracia, es que la crisis generada por el coronavirus puede acelerar todavía más el proceso.

LOS BLANDOS MOTIVOS PARA EL OPTIMISMO

Aunque las plantas de Valladolid, Palencia y Sevilla salven la primera bola de partido, el sector de la automoción saldrá gravemente tocado de la crisis del covid-19. Según un informe de Bloomberg al que ha tenido acceso MERCA2, la agencia estadounidense asegura que habrá un impacto para el sector por la bajada en los niveles de renta de las familias y unas posibles complicaciones para el acceso a liquidez crediticia.

Esto provocará un retroceso en las ventas y, por lo tanto, nuevos reajustes en la necesidad de controlar la producción. Todo ello por no mencionar el cambio de paradigma verde y las exigencias, en la caso de la Unión Europea en la reducción de emisiones, lo que conlleva mejoras sustanciales en el rendimiento de los motores y el cambio a sistemas electrificados.

En todo caso, sobre la decisión de Renault, las palabras de los políticos son el único suspiro de optimismo. Por ejemplo, el alcalde socialista de Valladolid, Óscar Puente, aseguraba este jueves que la firma francesa mantendrá su actividad en las plantas de Valladolid y Palencia y aseguró que “no tiene sentido” que un modelo como el Captur, que de forma exclusiva se fabrica en Valladolid, se tenga que trasladar a otra planta para montar los motores híbridos.

El regidor aseguró que se trata de asunto que le ocupa, pero que no le “preocupa” y explicó que en los últimos días ha mantenido una comunicación directa con el presidente de la marca en España y director general adjunto a nivel mundial de Renault, José Vicente de los Mozos, con quien conversó  el propio jueves, así como con el Gobierno de España.

Y en esa misma línea se ha posicionado el vicepresidente y portavoz de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, quien ha asegurado que no existe preocupación en el Ejecutivo autonómico porque saben que las plantas de Renault en la comunidad son un «ejemplo de funcionamiento y de productividad». «La relación entre Castilla y León y Renault es histórica y fluida», sostenía Igea, aunque ha matizado que, en su opinión, Renault no decidirá si mantener sus plantas en la comunidad por su relación con la Junta, sino por la «productividad, competitividad y paz social».

Sin embargo, los sindicatos son menos optimistas y estima que todo lo que ha sucedido con Nissan puede haber sido el caldo de cultivo para que las próximas decisiones, si no es este mismo viernes, en los próximos años, lleven a Renault fuera del suelo español.


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