El consorcio automovilístico francés Renault ha presentado este viernes su plan de ahorro de costes para los próximos tres años, que contempla, entre otras medidas, un recorte de plantilla de casi 15.000 personas en todo el mundo para lograr un ahorro de 2.000 millones de euros.
Por lo que respecta a la presencia de la firma en España, no se han precisado los planes, aunque todo apunta a que no habrá un cierre de fábricas como ha pasado con Nissan en Barcelona. No obstante, lo que la compañía no ha descartado es que se produzca un ajuste de plantillas en las distintas localizaciones en suelo español. Además, según explica este viernes MERCA2, que en el corto plazo no haya un golpe a la producción no significa que el sector de la automoción no tenga un grave problema de costes.
En cuanto a los objetivos de este nuevo programa hasta 2023, tendrá un coste de unos 1.200 millones de euros, y la clave es devolver la competitividad a la compañía y garantizar su desarrollo a largo plazo en el marco de la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, según explican en fuentes de la empresa.
La intención de Renault es priorizar la generación de flujo de caja a través de un enfoque más eficiente de las actividades operativas y de una «gestión rigurosa de los recursos», en torno a áreas estratégicas como la movilidad eléctrica, los vehículos comerciales, la economía circular y la innovación.
Para lograr estos objetivos, la compañía tendrá que hacer ajustes de plantilla que afectarán a casi 4.600 personas en Francia hasta 2023, que se sumarán a los cerca de 10.000 empleos que se recortarán en todo el mundo. Estas medidas se llevarán a cabo a través de reconversión de puestos de trabajo, movilidad interna y salidas voluntarias.
REDUCCIÓN DE SU CAPACIDAD DE PRODUCCIÓN
La empresa implementará, a su vez, una reorganización de sus estructura industrial, de forma que para 2024 su capacidad de producción mundial anual se sitúe en 3,3 millones de vehículos, en comparación con los 4 millones de 2019, lo que supone una bajada de casi el 18%.
El grupo persigue lograr un ahorro de costes en el entorno industrial de unos 650 millones de euros, para lo que trabajará en la transformación de sus factorías a la Industria 4.0 y mejorará los procesos de ingeniería.
Además, paralizará todos sus planes de aumento de capacidad productiva, como los previstos en Marruecos y Rumanía, estudiará su realidad industrial en Rusia y realizará un estudio de la racionalización de la fabricación de cajas de velocidades en todo el mundo.
VENTA DE PARTICIPACIÓN EN LA JV CON DONGFENG
De esta manera, Renault venderá a Dongfeng Motor la participación que mantiene en la ‘joint venture’ Dongfeng Renault Automotive Company en China y pondrá fin a la comercialización de vehículos bajo su marca en China.
En cuanto a Francia, la multinacional automovilística iniciará un proceso de consultas para la creación desde las plantas de Douai y Maubeuge de un centro de excelencia optimizado para vehículos comerciales eléctricos y ligeros en el norte de Francia.
También se plantea la reconversión de la instalación de Dieppe al final de la producción del modelo Alpine A110 y en Flins creará un «ecosistema de economía circular», que contempla la transferencia de actividades de Choisy-le-Roi. También hará una revisión estratégica de sus operaciones de fundición en Bretaña.
MEDIDAS DE EFICIENCIA
Además, la compañía francesa también quiere experimentar ahorro de 800 millones de euros, gracias a la mejora de la eficiencia y la reducción de costes por las sinergias alcanzadas en el marco de la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi. De esta forma, Renault reducirá la diversidad de componentes de sus vehículos y aumentará la estandarización dentro del plan ‘líder-seguidor’ puesto en marcha por la alianza y que conlleva que la empresa lidere en Europa, entre otras regiones.
La compañía llevará a cabo una concentración del desarrollo de tecnologías estratégicas de alto valor añadido en los centros de ingeniería de Ile-de-France y de optimización del uso de centros de I + D fuera de Francia.
Por otro lado, la multinacional contempla ahorrar unos 700 millones de euros mediante una disminución de sus gastos generales y de marketing, a lo que contribuirá la digitalización, al tiempo que llevará a cabo una reorientación de actividades para mejorar el aprovechamiento de los recursos.
Con motivo de la presentación de este plan de ahorro, el presidente de la empresa, Jean-Dominique Senard, subrayó que estos cambios «son fundamentales para garantizar la sostenibilidad de la empresa y su desarrollo a largo plazo».
«Somos plenamente conscientes de nuestra responsabilidad y la transformación prevista solo puede llevarse a cabo desde el respeto de todas las partes interesadas de nuestro grupo y en el marco de un diálogo social ejemplar», indicó Senard.
Por su parte, la directora general interina de la enseña, Clotilde Delbos, aseguró que, en un contexto de incertidumbre y complejidad, este proyecto «es vital» para garantizar un rendimiento sólido y sostenible, con la satisfacción de los clientes como prioridad.