En Francia han fijado el fin de los vehículos diésel y gasolina. Lo han hecho los diputados, después de aprobar de forma definitiva la ‘ley de movilidades’ que, entre otras medidas, fija la prohibición de estos coches de combustión interna para el 2040.
Dicha medida se enmarca dentro del objetivo del Ejecutivo francés de que el país alcance la neutralidad en carbono en 2025, con una reducción intermedia de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) del 37,5% para 2030, según informó en un comunicado.
El texto fija también que las administraciones locales puedan restringir la circulación a los vehículos menos contaminantes, según sus criterios.
El ministerio de Transportes francés recordó que hay 23 comunidades, con una población total de más de 17 millones de habitantes, involucradas en el proceso y que han puesto en marcha este tipo de medidas.
INVERSIÓN EN TRANSPORTE PÚBLICO
Además, Francia también creará un fondo de 350 millones de euros para triplicar el uso de la bicicleta y llevar acabo iniciativas como, por ejemplo, luchar contra los robos, crear aparcamientos seguros y un bono de movilidad sostenible.
La ‘ley de movilidades’ persigue ofrecer una alternativa al uso del coche particular, utilizado por siete de cada diez franceses para ir al trabajo, en todo el país. El Ejecutivo de Emmanuel Macron invertirá 13.400 millones en cinco años (entre 2017 y 2022) para conseguir dicho objetivo, lo que supondrá un 40% más respecto al quinquenio precedente.
En España, la Ley de Cambio Climático que propone el Gobierno de Pedro Sánchez (ahora en funciones) contempla la propuesta de prohibir la matriculación de vehículos diésel, gasolina, de gas e híbridos desde 2040 y su circulación desde 2050.