Tim Culpan para Bloomberg
Productos químicos, equipos o partes de maquinaria. Nada de eso es sexy.
Ciertamente no tan genial como las consolas de videojuegos, los sensores de imagen y chips de memoria flash. Pero quién necesita algo sexy cuando puede obtener excelentes rendimientos en su cartera de acciones tecnológicas.
Eso es lo que hizo Japan Technology Fund de JPMorgan Chase. Fue por lo mundano y registró un retorno del 107% en los 12 meses transcurridos hasta el 25 de diciembre, según un análisis del especialista en valores de Bloomberg, Hayato Ono.
No es casualidad: el fondo ha devuelto un promedio del 46% anual en los últimos tres años, el más alto entre las carteras de acciones japonesas, y el 47% en los últimos cinco años, el segundo mejor desempeño en ese período, según datos compilados por Bloomberg.
Mientras que los productos básicos de compañías bluechips como Sony, Nintendo y Mitsubishi Electric obtuvieron un lugar en el equipo, el JPM Technology Fund se cargó en empresas como Naigai Tec, Atect, Nakamura Choukou, Hirano Tecseed e Ishii Hyoki. Todas esas empresas fabrican máquinas o materiales utilizados en las industrias de biotecnología, semiconductores y pantallas.
El término bluechip en economía bursátil se usa para referirse a compañías bien estables, con ingresos, valores sin grandes fluctuaciones y que no precisen de gran ampliaciones de su deuda.
Nakamura Choukou y Naigai Tec, que fabrican piezas de precisión y maquinaria, fueron particularmente ganadores, proporcionando al fondo retornos de 348% y 236%, respectivamente. Una empresa más pequeña, Yamashin-Filter Corp, que desarrolla maquinaria y sistemas de filtración industrial, obtuvo un retorno del 561%.
Nakamura Choukou tiene una capitalización de mercado de solo 295 millones de dólares
El mayor perdedor fue Broccoli, una compañía de medios con sede en Tokio que publica manga y videojuegos. Contribuyó con una pérdida del 35% a lo largo del año 2017.
Se justifica un descargo de responsabilidad obvio: los rendimientos anteriores no garantizan el rendimiento futuro. Y este fondo particular se beneficia de ser relativamente pequeño con solo 3,5 billones de yenes (26,04 millones de euros) en activos totales, lo que significa que puede hacer grandes apuestas en acciones de pequeña capitalización.
Nakamura Choukou, por ejemplo, tiene una capitalización de mercado de solo 295 millones de dólares (247,5 millones de euros), y eso es después de subir un 440% a lo largo del 2017.
Sin embargo, la lección parece clara para quienes persiguen los retornos en el sector tecnológico de Japón: este es un país con muchos talentos ocultos en equipos y materiales. Su experiencia se ha visto eclipsada en gran parte por los artilugios llamativos de Japón y los fabricantes de componentes altamente apreciados, como lo demuestran las batallas de Sharp y Toshiba Memory.
Claro, vale la pena recordar que sin las máquinas, ninguna de esas consolas de juegos, chips de memoria o pantallas planas sería posible.