El grupo chino HNA está dispuesto a dar la batalla en NH para lograr que el consejo de administración vuelva a admitir a sus representantes. El primer paso ha sido votar en contra de todos los acuerdos propuestos en la Junta de Accionistas; algo que tiene su importancia porque hablamos del primer titular de acciones con el 29,5%. Así que parece que las posturas entre los distintos socios están más alejadas que nunca, y sin asomo a que pueda haber una reconciliación próxima.
Una batalla interna que comenzaba el pasado año cuando el órgano ejecutivo del grupo expulsó a cuatro consejeros de HNA, entre ellos a Federico González -en aquel entonces CEO de la compañía-. La excusa era que podían obtener información privilegiada sobre los planes estratégicos de la empresa y utilizarlos en beneficio del grupo italiano Rezidor, principal competidor en algunos de los mercados en los que opera NH. Una sospecha que partió después de que los chinos adquiriesen el 50% de Carlson, grupo que cuenta con participación en el holding italiano.
Pero los ánimos, ya encendidos en aquel entonces, se calentaron aún más cuando el consejo de NH -liderado ya por Oceanwood y Hesperia- conocieron que González fichaba -sin cumplir con los plazos de exclusión- como presidente y CEO de Carlton-Rezidor.
Los chinos votan en contra como venganza por haberlos echado del Consejo de Administración
Desde entonces sobrevuela la idea, quizá más deseo de los actuales consejeros, de que HNA venda las acciones. Sin embargo, en la Junta de Accionistas ha quedado claro que no va a ser así. «HNA no se ha deshecho ni se va a deshacer de sus títulos» ha dicho su representante en la Junta de Accionistas, así que el bofetón en la cara del actual presidente, Ramón Aragonés, ha sido sonoro.
Pero no ha sido la única. También les ha acusado de jugar a dos bandas porque, según el representante de HNA, la Junta de Accionistas ha sometido a votación una serie de acuerdos que fueron tumbados en su momento y que fueron propuestos por sus consejeros antes de ser expulsados.
Cuando los cuatro consejeros de HNA fueron expulsados del órgano ejecutivo se sustituyeron por otros de Oceanwood y Hesperia. Para ellos también ha habido palabras. El grupo chino denuncia una alianza entre ambos para hacerse con el control del Consejo y ha interpuesto una querella contra el representante de Hesperia, José Antonio Castro, por “el uso ilegítimo de alegaciones de voto en blanco”; un delito tipificado por el código penal y por el que se piden penas de entre seis meses y tres años. Un procedimiento que todavía está pendiente de resolución en los tribunales.
No es el único tema que está en los tribunales. Meses antes HNA había demandado que consejeros de Oceanwood y Hesperia habían tratado de engañar a los accionistas y utilizar sus posiciones en el Consejo para cumplir sus propios planes que van en contra de los intereses generales de los accionistas.
No indemnizará a Federico González
En el turno de preguntas los accionistas aprovecharon también para preguntar sobre el futuro de los pagos pendientes a Federico González. NH no indemnizará a su ex Consejero Delegado porque considera que “no ha cumplido con el periodo de no competencia” al ocupar la presidencia de Carlson- Rezidor antes del plazo mínimo acordado.
González reclama el pago de dos millones y medio de euros en concepto de indemnización y NH no está por la labor de desembolsar tal cantidad de dinero. Por ello y cómo ha manifestados el copresidente no ejecutivo de la cadena, Alfredo Fernández Agras, el tema está “en manos de los servicios jurídicos”.
El puesto de González lo ocupará ahora Ramón Aragonés, una decisión que ha sido aprobada con el 60% de los votos a favor. HNA ha sido el único que ha votado en contra.
La Junta de accionistas de NH ha sido movida y las quejas han llenado el acto. Aun así, no todo ha sido malo. Después de nueve años la cadena hotelera ha vuelto a aprobar dividendos. Unos pagos que han sido posibles gracias a los buenos datos que la cadena registró en el pasado ejercicio, en el cual alcanzó una cifra de negocio de casi 1.500 millones de euros. Cifras que, según Aragonés, permiten a la compañía vivir “un momento dulce” y los cuales esperan alcanzar también en 2017.