Alepo y los peores atentados contra el patrimonio cultural del mundo

Antiguas ciudades arrasadas, restos que desaparecen, momias aplastadas por las ruedas de los camiones. Son muchos los atentados que se han sucedido en los últimos años, que coinciden con el conflicto armado en Siria e Irak, contra el patrimonio cultural, arquitectónico y artístico de las ciudades de estos dos países orientales.

Sin embargo, no nos encontramos ante un fenómeno nuevo, sino que es una realidad que se viene sucediendo a lo largo de los siglos. Los conflictos armados no solo dejan un reguero de sangre a sus espaldas, sino que también arrasan con buena parte del patrimonio de las ciudades por las que pasan. En otros casos, solo hace falta la voluntad del poder para terminar con algunas joyas del pasado:

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El ladrillazo de la democracia en España

El teatro romano de Sagunto -en la comunidad valenciana- ha experimentado en sus propias ruinas el efecto de un alcalde de nueva generación que no tiene ni idea de lo que hace. Y es que, al consistorio municipal durante la década de los 80′ no se le ocurrió otra cosa que cubrir las gradas de la milenaria infraestructura con hormigón y otro tipo de elementos y materiales modernos.

Otro ejemplo que demuestra el poco aprecio que se tiene en este país por conservar nuestro patrimonio se puede ver en un lienzo de la muralla de Burgos, donde saltó la noticia recientemente -hace unos meses- de que unos vecinos habían colocado un cenador moderno. 

Un caso sangrante, aunque en este caso se trata de inmuebles más modernos, está sucediendo ahora mismo, aunque las obras llevan meses ejecutándose a la vista de todos, sin reparar en la vergüenza de su acción.

Y es que, la zona de Canalejas en Madrid, ha visto como buena parte de sus edificios han sido derribados en su interior para proyectar en la zona un macrocomplejo de ocio y comercio que une siete inmuebles antiguos. Un claro caso de fachadismo, en otra tragedia para el patrimonio español