Irene Rosales se encuentra en un momento de plena transformación personal y profesional tras su inesperada ruptura con Kiko Rivera, una separación que dejó a todos boquiabiertos el pasado mes de agosto después de más de una década de relación y nueve años de matrimonio. La pareja, que siempre había defendido la solidez de su unión frente a rumores y tensiones familiares, sorprendió al confirmar que habían decidido emprender caminos separados “por el bien de la familia” y, en especial, de sus dos hijas en común, Ana y Carlota. Desde entonces, tanto el DJ como la modelo han querido subrayar que, a pesar del final de su historia sentimental, harán todo lo posible para que sus niñas crezcan en un entorno estable y sin sobresaltos, incluso estableciendo sus residencias muy cerca la una de la otra con el fin de facilitar la convivencia y los cuidados compartidos.
El nuevo trabajo de Irene Rosales en televisión

En los primeros días tras la separación, Kiko Rivera quiso dejar claro que no pensaba sacar ningún provecho económico de la situación ni acudir a programas de televisión para relatar su vida privada, algo que muchos llegaron a dar por hecho. En un comunicado contundente, el hijo de Isabel Pantoja insistió en que Ana y Carlota eran lo más importante de su vida, describiéndolas como “la mayor prueba del amor que hubo” y asegurando que siempre serían el motor que lo uniera de por vida a Irene. Mientras tanto, la sevillana optó por mantener un perfil discreto, centrada en sus hijas y en la búsqueda de nuevas oportunidades profesionales, un cambio que se ha hecho notar en su mayor actividad en redes sociales, donde promociona marcas, comparte looks y se abre cada vez más espacio como influencer. En este nuevo capítulo, Kiko ha dado pasos para reinventarse, revelando que su sueño de ser streamer estaba a punto de cumplirse. El DJ explicó que llevaba tiempo planeando su incursión en las plataformas digitales y que incluso había acondicionado una habitación de su nueva casa para dedicarse a grabar vídeos en directo y conectar con sus seguidores de una forma distinta. Esta ilusión lo mantiene motivado mientras se recupera de los meses convulsos que precedieron a la separación. Sin embargo, la sorpresa no se la ha llevado solo él, ya que en las últimas semanas ha trascendido que Irene Rosales también prepara su regreso a la televisión después de años apartada de los focos.
La última vez que Irene trabajó en un plató fue como colaboradora de “Viva la vida”, programa que abandonó en 2021 tras confesar que no podía soportar más la presión mediática. Muy emocionada, explicó entonces que atravesaba un duro momento personal tras la pérdida de sus padres y que el conflicto de Kiko con su madre, Isabel Pantoja, conocido como “La herencia envenenada”, había terminado de desbordarla. Entre lágrimas reconoció que necesitaba recuperar su tranquilidad: “No soy capaz de estar en este conflicto en el que no tengo nada que ver. He decidido que me voy a apartar de la televisión. Es una decisión clara, la llevo pensando desde hace semanas”, dijo en aquel momento, dejando claro que quería alejarse del ruido mediático para priorizar su salud emocional.
Su ausencia se prolongó durante más de dos años, aunque a mediados de 2023 hizo una breve aparición en “Supervivientes” como invitada para comentar las galas. En aquel reencuentro con la televisión se mostró más relajada, afirmando que había aprovechado ese tiempo para cuidarse y reencontrarse consigo misma. Aun así, su colaboración fue efímera y pronto volvió a centrarse en su faceta más privada y en apoyar a Kiko y a sus hijas. Ahora, la historia es distinta, y tras su separación definitiva, Irene ha decidido dar un paso más firme hacia delante y aceptar un nuevo reto profesional que podría marcar un punto de inflexión en su carrera.
Irene Rosales bailará en Telecinco

La noticia de que Irene Rosales será una de las concursantes de la próxima edición de “Bailando con las estrellas” ha causado un enorme revuelo. El fichaje, adelantado por el medio “Poco Pasa”, supone su regreso oficial a la televisión en un contexto muy distinto al que dejó atrás, con un proyecto más lúdico y alejado de los debates familiares que tanto la desgastaron. Lo llamativo, además, es que compartirá programa con Anabel Pantoja, prima de su expareja, con quien mantiene una buena relación, lo que asegura que no habrá tensiones añadidas en el plató. Este reencuentro inesperado promete ser uno de los grandes atractivos de la temporada, ya que ambas mujeres representan dos de los rostros más mediáticos vinculados a la familia Pantoja, aunque desde posturas muy diferentes. Por el momento, Irene no ha confirmado públicamente su participación, pero en sus redes sociales ha compartido un mensaje que muchos han interpretado como una indirecta a esta nueva etapa: “Enfocada en lo que sí hay, en lo que sí tengo, en lo que sí soy, en los que sí están”. Sus palabras reflejan un estado de ánimo más positivo y centrado en valorar lo que tiene en lugar de lo que ha perdido, lo que encaja con la idea de que se encuentra lista para afrontar retos profesionales con otra actitud. De hecho, fuentes cercanas apuntan a que su incorporación a “Bailando con las estrellas” podría ser una manera de explorar un terreno televisivo menos agresivo, donde prime el entretenimiento y no la polémica.
Este giro resulta especialmente relevante si se recuerda que en su despedida de la televisión, Irene aseguró que quizás algún día se arrepentiría de haber abandonado los platós. Ese día parece haber llegado, aunque bajo circunstancias muy diferentes y con una Irene renovada que ha aprendido a gestionar mejor las críticas y el interés mediático. Su regreso coincide con un momento en el que tanto ella como Kiko parecen estar reconstruyendo sus vidas desde bases nuevas: él con su proyecto digital y ella con un concurso televisivo que le permitirá mostrar otra faceta más espontánea y cercana.
Una separación muy dolorosa

Lo cierto es que la separación, aunque dolorosa, ha terminado por abrir oportunidades para ambos, que han dejado claro que su prioridad seguirá siendo siempre el bienestar de sus hijas. La imagen de exmatrimonio cordial, que se apoya mutuamente en lo esencial y evita exponer sus diferencias en público, contrasta con la historia de muchas rupturas mediáticas, y en este caso ha servido para reforzar la imagen de Irene como mujer serena y coherente. Ahora, con su incorporación a un formato de gran audiencia, podrá demostrar también su capacidad para reinventarse y crecer profesionalmente.
A falta de confirmación oficial, la expectación es máxima. Los espectadores quieren ver cómo se desenvuelve Irene Rosales en la pista de baile, un lugar donde podrá dejar atrás el rol de tertuliana que tanto la desgastó y reinventarse como concursante en un terreno completamente distinto. Sea una experiencia puntual o el inicio de una nueva etapa en televisión, lo cierto es que su regreso marca un antes y un después en la forma en la que la exnuera de Isabel Pantoja quiere relacionarse con los medios. Y si algo ha dejado claro en este tiempo es que está decidida a centrarse en lo positivo, en lo que suma y en lo que realmente le aporta equilibrio.
En definitiva, el insólito fichaje de Irene Rosales por “Bailando con las estrellas” no solo supone un regreso inesperado a la televisión, sino también la muestra de que, tras su ruptura con Kiko Rivera, la modelo ha encontrado la manera de reconducir su vida y apostar por proyectos propios. Lejos de los conflictos familiares que marcaron su pasado televisivo, se abre ante ella una nueva oportunidad de crecer, mostrarse tal como es y demostrar que el fin de una etapa puede convertirse en el inicio de otra aún más prometedora.



















































