Continuamente estamos escuchando y leyendo que el coronavirus nos va a cambiar la vida y las costumbres pero no imaginamos hasta qué punto y a veces ni nos damos cuenta de que ya ese cambio se traduce en acciones concretas. Y todo gracias a esos inventos ignorados que el virus ha convertido ahora en tendencia y en algo imprescindible para el día a día.
La mayoría de estos inventos ya estaban en circulación y pensados, pero eran rarezas que la mayoría desconocían o que se criticaba como ‘postureo’ o para gente rica. Ahora esos avances tecnológicos que parecían efímeros o para casos muy concretos serán ahora parte de nuestras vidas y de los que no podremos prescindir. Vamos a ver los más destacados.
Probadores virtuales, un invento ahora muy útil

Desde hace unos años existen los llamados escáneres de cuerpo y rostro. Aunque no eran más que una curiosidad casi de ferias tecnológicas, se fueron perfeccionando pero no dejaban de usarse para cosas tan simples como hacerte tu figurita en 3D. Ahora con el coronavirus y la dificultad de probarse ropa y el miedo al contagio a pesar de la limpieza ha hecho que se le encuentre la utilidad perfecta: crear un avatar virtual que represente exactamente las medidas de tu cuerpo para probarte ropa. También como en la imagen podrás hacerlo en la misma tienda y evitar así tocar la ropa.
Suena a ciencia ficción pero es sencillo y totalmente disponible tecnológicamente. Por ejemplo la consultora tecnológica EY ha lanzado su versión de ‘sastre virtual’, donde el usuario se podrá probar cualquier prenda tras un escaneo de silueta de sólo 40 segundos. Con ese avatar 3D ya hecho, lo podrá guardar en la nube o su smartphone y comprobar cómo le quedará cualquier prenda inmediatamente y elegir la talla a comprar. Es tan preciso que puedes también encargar a medida, como cuando vas a un sastre. Las prueba indican que no sólo es igual de eficaz sino más exacto que la medidas que toma un humano.
El plexiglass, el material post coronavirus

El cristal acrílico o plexiglass es un material que está inventado hace 87 años pero que hasta la llegada del coronavirus no se ha hecho de uso algo casi imprescindible en hospitales, residencias, tiendas, establecimientos, organismos públicos, empresas o transportes. La prevención de contagio requiere una barrera física que no sólo con las mascarillas se soluciona. Los que atienden cara al público o trabajan codo con codo con otro compañero necesitarán una protección para minimizar el riesgo de contagio. Ahí entra el plexiglass, que ya es un actor presente en nuestras vidas allá donde vamos.
La compañía alemana que inventó el cristal acrílico y hoy produce las dos marcas más conocidas -Plexiglas y Acrylite- informó que duplicó sus ventas desde que comenzó la pandemia. Su principal competencia, la británica Perspex, aumentó aún más su demanda hasta un 300%. Habrá que acostumbrase a hablar con la cajera de supermercado, el conductor del autobús o incluso en el salón de belleza, con un cristal acrílico de por medio.
La telemedicina

Desde hace años gracias a internet hay consultas virtuales, chats para hablar con médicos, aplicaciones incluso para que te envíen medicamentos. Por estar inventado está hasta las operaciones por videoconferencia, donde un cirujano que esté el Nueva York puede operar a un paciente que está en Londres, por ejemplo. Sin embargo era algo poco usado aún en 2020 y que el coronavirus va a hacer habitual.
La razón no es sólo el evitar contacto directo y además en un centro de salud u hospital donde el riesgo de contagio aumenta, sino para evitar el colapso sanitario en consultas de primaria, especialistas u operaciones y que el servicio sea fluido. Con la telemedicina y el teletratamiento, el proceso de diagnóstico y solución puede ser ahora rápido e igualmente eficaz. El paciente sólo tendrá que usar la aplicación, indicar los síntomas y el médico ponga el tratamiento a través de la consulta virtual. La empresa sevillana Open Salud ya ofrece gratis su plataforma de teleconsulta para que la use cualquier médico u hospital.
La impresión 3D contra el coronavirus

Hablábamos antes del escaneo 3D pero la impresión 3D también lleva tiempo inventada y también será tendencia en los próximos años. Ya se viene usando en todo tipo de sectores y actividades (se han construido hasta casas ya con este sistema) pero nos llegaban reportes normalmente de curiosidades como imprimirse unas gafas o cualquier otro capricho. Ahora se trata de imprimir sobre todo no sólo las miles de viseras que han ido a parar a los sanitarios, sino cualquier material necesario para los hospitales y centros de salud.
Las mayores carencias se han dado en los respiradores, por lo que se generalizará por su versatilidad y cero riesgo de contagio en la fabricación, la impresión en 3D de respiradores o cualquier otro utensilio necesario para atender a pacientes y tratarles. Pertrechados con este tipo de impresoras, no habrá que depender del suministro externo, la escasez o la especulación en los precios. Muchos grupos de ‘makers’ han habilitado incluso plataformas para compartir el código abierto de cada fabricación.
Las videollamadas

Hasta que no llegó la pandemia muchos de nosotros jamás habíamos utilizado la videollamada. Somos adictos al móvil pero sobre todo para wasapearnos o en llamadas de voz. El confinamiento hizo que la única opción de al menos poder ver a tus seres queridos era la llamada con vídeo o las videollamadas múltiples con aplicaciones como Zoom. Pero el futuro va más allá y habrá una opción más «real»: las conversaciones holográficas.
La desescalada ya va permitiendo volver a la vida social pero eso no quiere decir que no tengamos que volver por un lado a tener que hablar con un familiar por videollamada como precaución y sobre todo el uso generalizado en la empresa. El riesgo de contagio por aglomeración o no poder mantener la distancia de seguridad hará que las videoconferencias y videollamadas de trabajo (incluidas las videoentrevistas de trabajo) serán el pan de cada día. Se evitarán innumerables traslados y reuniones donde aumenta enormemente el riesgo de contagio. También se convertirán en uso común incluso para conciertos, talleres o quedadas.
Limpieza «futurista» frente al coronavirus

Desde luego un negocio que estará en auge muchos años, igual para siempre, es el de la limpieza y desinfección. A partir de ahora cualquier invento que limpia y desinfecta no sólo es y será tendencia sino que dependeremos de él como del agua. En las últimas semanas se nos ha hecho más familiar dos tecnologías de limpieza que sonaban a futurista pero que son totalmente reales y actuales: la limpieza con ozono y con ultravioleta.
Ya hay muchos organismos y sobre todo establecimientos que han invertido en estos sistemas de limpieza rápidos y eficaces. Con ello te evitas andar con productos nocivos y además ahorras mucho tiempo. En vez de estar limpiando todo el rato con trapos y desinfectantes a mano, sólo pones en marcha uno u otro sistema que hayas adquirido y en unos segundos o minutos estará desinfectado un probador, un ascensor un taxi o una tienda entera. Eso sí, ya hay voces expertas que han alertado del riesgo si no se utiliza adecuadamente.
Los drones, movilidad frente al coronavirus

También el reparto va a sufrir una revolución y lo que se usaba más como entretenimiento, se hará imprescindible ahora. Con los drones podremos recibir nuestros pedidos sin peligro de contagio y además así evitar el parón en la distribución de mercancía y así que no decaiga la demanda de compra. Amazon ya realiza en determinadas zonas repartos con drones antes de la pandemia y en los próximos años será habitual con ellos y con otras empresas.
Como hemos visto estas semanas los drones asimismo ha sido una herramienta habitual de vigilancia para la Policía, por lo que está claro que será otro elemento cotidiano en nuestra vidas el ver sobrevolar por las calles a drones de vigilancia.