Desafortunadamente, el fraude en los ERTE es algo mucho más común de lo que parece. Mientras que hay autónomos que están cumpliendo la legalidad al pie de la letra y se esfuerzan día a día para intentar que su negocio sobreviva, hay otros que han preferido la vía “fácil” y están cometiendo fraude para acceder a prestaciones y exoneraciones que no les corresponden.
Sin embargo, este tipo de conductas pueden llegar a salir muy caras, puesto que quien cobra algo que no debería haber cobrado tendrá que devolver después ese dinero si es descubierto. Si además se estima que ha habido mala fe, entonces se puede imponer una sanción.
Las cifras del fraude en los ERTE

La Inspección de Trabajo sigue trabajando con toda la normalidad que las circunstancias le permiten, lo que implica que muchos empleadores están siendo sorprendidos haciendo algo que no deben. Por lo que respecta a los ERTE, hasta el mes de abril se habían detectado algo más de 4.800 infracciones cometidas por empleadores, ya sea empresarios o autónomos.
La infracción más habitual es mantener a los empleados en el Expediente de Regulación Temporal del Empleo pero luego obligarles a ir a trabajar, sin darles el correspondiente alta y pagar las cotizaciones y los salarios que corresponden legalmente. Algunos han encontrado en los ERTE una medida para contar con empleados a coste casi cero.
En otros casos lo que ocurre es que el ERTE es de reducción de jornada y cuando el Inspector acude al centro de trabajo se encuentra trabajando a personas que, supuestamente, no deberían estar allí en ese momento.
No comunicar al SEPE la recuperación del empleado

Este es otro fraude en los ERTE bastante habitual. Suelen cometerlo negocios que han estado cerrados por orden administrativa debido a las medias contra la pandemia que, al abrir de nuevo, recuperan a uno o vario de sus empleados y no lo ponen en conocimiento del SEPE.
En muchos casos no es que se haya obrado de mala fe, es sencillamente que el empleador no sabe que debe comunicarlo o se le ha olvidado. Pero, sea cual sea la razón por la que no se ha comunicado, esto tiene la consideración de infracción grave y se sanciona como tal.
Horas extra y contrataciones nuevas con empleados en ERTE

La tercera de las causa de fraude en los ERTE más habituales consiste en que empleadores que todavía mantienen a algunos de sus empleados en el Expediente hacen que aquellos que ya se han reincorporado hagan horas extra. Situación que está totalmente prohibida por la regulación de estos expedientes.
En otros casos se opta directamente por celebrar un contrato temporal con un nuevo empleado a fin de disminuir costes laborales, mientras parte de la plantilla está en ERTE. Esto es algo que también está prohibido, salvo que el contrato se celebre para cubrir un puesto que no desempeña ninguno de los empleados afectados por el Expediente.
No mantenimiento del compromiso de mantener el empleo

La otra causa común que acaba dando lugar a la imposición de sanciones por parte de la Inspección de Trabajo es no cumplir con el compromiso de mantenimiento del empleo al que se acoge el empleador cuando manda a sus trabajadores al ERTE.
Este compromiso tiene una duración total de seis meses y empieza a contar desde la fecha de recuperación del primer empleado. Lo que no tienen en cuenta muchos empresarios y autónomos es que los meses son acumulables, lo que hace que esta infracción se cometa más por desconocimiento que por buena fe.
Consecuencias de cometer fraude en los ERTE

Los empleadores que tienen a sus trabajadores acogidos a un ERTE se ahorran una gran parte tanto de sus cotizaciones sociales como de su salario (en algunos casos hasta el 100%). Por eso, si el empresario o autónomo es sorprendido cometiendo un fraude, queda obligado a devolver todas las cotizaciones exoneradas.
Absolutamente todas, esto incluye las de aquellos con respecto a los que se ha cometido fraude y también las de todos los empleados que hayan estado en un Expediente de Regulación Temporal del Empleo.
Multas que se imponen en estos casos

Los fraudes cometidos con respecto a los ERTE constituyen infracciones según la Ley de Infracciones y Sanciones del Orden Social, así que también pueden llevar aparejada la imposición de una multa que siempre recaerá sobre el empleador, nunca sobre sus trabajadores.
Dependiendo de la gravedad del fraude la cuantía de la multa puede oscilar entre los 6.250 y los 187.500 euros. Pero hay más, si el caso es extremadamente grave, un fraude de este tipo puede llegar a tener consecuencias penales.
Hasta el momento se han impuesto sanciones a un 15% de los empleadores inspeccionados, con un valor total de 21,9 millones de euros. Lo que implica que la sanción media es de casi 5.000 euros.