Existen muchos tipos de antibióticos, siendo la amoxicilina uno de los más comunes, o al menos de los más conocidos. El gran problema de este tipo de fármacos es que muchas personas no saben exactamente para qué sirve, cuándo hay que tomarlos y durante cuánto tiempo. No tomar estos medicamentos de la forma correcta ha provocado que muchas bacterias hayan desarrollado la capacidad de ser resistentes, con unas consecuencias que ya estamos sufriendo y que se agravarán en las próximas décadas.
¿QUÉ INFECCIONES TRATA LA AMOXICILINA?

La amoxicilina pertenece a la familia de las penicilinas, y como tal es un bactericida, es decir, actúa para destruir los microbios. Se emplea para el tratamiento de las infecciones provocadas por gérmenes sensibles a este antibiótico, como por ejemplo amigdalitis, sinusitis, otitis media, infecciones dentales, de piel o de orina. A veces se usa combinada con otros medicamentos para erradicar el Helicobacter pylori del estómago. ¿Cuándo no se debe tomar este antibiótico?
LA AMOXICILINA NO TRATA LOS VIRUS

Uno de los errores más frecuentes es automedicarse con amoxicilina para tratar el resfriado. Sin embargo, los antibióticos no tienen ningún efecto sobre las infecciones provocadas por virus como la gripe o el resfriado común. Además, tampoco funciona frente a bacterias resistentes a este fármaco en concreto, por eso es tan importe acudir al médico para que prescriba el tipo de antibiótico específico que se precisa para tratar la enfermedad del paciente.
¿PARA QUÉ SIRVE EL ÁCIDO CLAVULÁNICO?

A menudo vemos que la amoxicilina se comercializa acompañada de ácido clavulánico, ¿por qué? Las bacterias, al estar en contacto con los antibióticos de manera frecuente, aprende a crear mecanismos de defensa, o lo que es lo mismo, resistencias. Por ejemplo, hay microbios que producen betalactamasas unas enzimas capaces de neutralizar la amoxicilina. El ácido clavulánico ayuda a desactivar esas enzimas y permite que la amoxicilina pueda destruir a todos los microbios de forma más eficaz. Si se toma amoxicilina con ácido clavulánico para tratar infecciones provocadas por bacterias que no producen betalactamasas no se conseguirá el mismo efecto, e incluso se pueden producir infecciones por hongos.
CÓMO TOMAR AMOXICILINA

La amoxicilina es estable en medio ácido, lo que significa que se puede tomar por vía oral, con o sin alimentos. Se comercializa en comprimidos, cápsulas, dispersables, suspensión oral o gotas y generalmente se administra cada 12 horas o cada 8 horas, según el paciente. Las pastillas se tienen que ingerir enteras y con un gran vaso de agua. La duración del tratamiento la debe indicar el médico y dependerá del tipo de infección, aunque normalmente se mantiene durante 10 o 15 días. Es crucial no abandonar el tratamiento antes de tiempo, ya que esto favorece la resistencia de las bacterias a los antibióticos.
EL PRIMER ERROR MÁS COMÚN: DEJAR EL TRATAMIENTO ANTES DE TIEMPO

Hay dos errores muy comunes a la hora de usar los antibióticos. Uno de ellos es abandonar el tratamiento antes del tiempo prescrito por el médico. Muchos pacientes se sienten mejor al cabo de unos días y al comprobar que los síntomas han desaparecido, deciden dejar de tomar la amoxicilina. Haciendo esto ocurren dos cosas. Por un lado, la infección puede reaparecer, por lo que el tiempo de recuperación se alarga y la infección puede resultar más difícil de tratar. Por otro, se está favoreciendo que el microbio ‘aprenda’ a hacerse resistente a la amoxicilina, por lo que en un uso futuro ya no sería eficaz.
SEGUNDO ERROR: NO TOMARLO A LAS HORAS PROGRAMADAS

No ajustarse a las horas programadas. También es importante cumplir con las horas de toma. Cuando se ingiere amoxicilina, esta pasa al torrente sanguíneo y se reparte por todo el organismo hasta que se va eliminando poco a poco. Esto significa que su efecto se pasa al cabo de unas horas y por eso hay que tomar una nueva dosis para evitar que las bacterias aprovechen ese momento para atacar de nuevo.
PERSONAS QUE NO PUEDEN TOMAR AMOXICILINA

Algunos tipos de pacientes no pueden tomar amoxicilina. Es el caso de personas con hipersensibilidad o antecedentes con alergia a la penicilina, o la cefalosporina. Tampoco se debe ingerir este fármaco durante el transcurso de enfermedades virales como la mononucleosis infecciosa, ya que puede provocar el desarrollo de una erupción generalizada. Las personas con carcoma o leucemia tampoco pueden tomar este tipo de antibiótico. En estos casos el profesional de la salud deberá recetar el tratamiento más adecuado para ellos.