El verano poscovid deja a Parques Reunidos en el alambre

El operador de ocio Parques Reunidos mantiene actualmente todos sus centros sin actividad, excepto el alemán Weltvogelpark Walsrode, que reabrió el pasado 15 de mayo. En el caso español, el grupo se prepara poner en marcha su maquinaria en la fase 3, aunque con limitaciones de aforo y algunas medidas que a más de un niño le costará cumplir.

La compañía, con más de 60 parques de atracciones repartidos en once países, se posiciona como el segundo operador de parques de ocio en Europa, y el octavo mayor en el mundo en términos de afluencia, con un total de 20 millones de personas que visitan sus instalaciones cada año.  

Sin embargo, las largas semanas de confinamiento y la incertidumbre de no saber aún la fecha exacta de apertura de sus instalaciones, han generado importantes pérdidas en la compañía, que necesita abrir cuanto antes para amortiguar el golpe que ha sufrido su caja.

Pero la ‘nueva normalidad’ vendrá cargada de recelo por parte de las familias, que aún no saben si se arriesgarán a acudir a estos centros de ocio que, año tras año, acumulaban colas kilométricas para acceder a la taquilla, como para montar en las atracciones.

E incluso algunas de las atracciones son grupales, algo impensable en esta etapa de desescalada del confinamiento en la que es obligatorio el uso de mascarilla en lugares cerrados, o en lugares abiertos en los que no se pueda garantizar la distancia de seguridad.

De hecho, en el Parque de Atracciones, en el Parque Warner, el Zoo de Madrid, o en el resto de centros, es imposible mantener la distancia entre las personas, como también es inviable evitar aglomeraciones en las zonas de restauración.

Pero esta tradición de grandes aglomeraciones en estos centros de ocio se acabó. De hecho, entre las medidas que ya baraja Parques Reunidos se encuentran la limitación de aforo, el refuerzo de higiene en las atracciones, el uso de mascarilla por parte de los empleados, así como garantizar una distancia de dos metros en la cola para acceder a una atracción o espectáculo.

La temporada de verano está en juego, pero aún es pronto para conocer si las familias estarán dispuestas a esperar aún más colas tanto para acceder al recito, a la zona de restauración, o a las atracciones. Porque la distancia social y algunas medidas como el control de temperatura ralentizan la espera.

MEDIDAS DRÁSTICAS

La desescalada está haciendo que hoteleros y hosteleros vean la luz al final del túnel, pero ¿qué pasa con el sector de parques de atracciones? Pues bien, Disney World, otro de los grupos de referencia de este tipo de ocio, ya ha abierto su parque en Shanghái (China) y, para el caso de Orlando, prevé una primera fase en junio operando al 50% de su capacidad, según anunció el Grupo de Trabajo de Recuperación Económica del Condado de Orlando.

Además, van a tomar otras medidas como el control de temperatura tanto al personal como a los visitantes, el uso obligatorio de la mascarilla para todos los trabajadores, respetar en las colas de acceso a las atracciones una distancia de dos metros, y habrá desinfectante de manos en diferentes puntos del parque.

Pero sin duda, las dos medidas más restrictivas que van a aplicar son, por un lado, mantener una distancia de dos metros con los personajes del parque y, por otro lado, a los mayores de 65 años “se les invita” a quedarse en casa.

PROHIBIDO GRITAR

El afán por reducir al máximo un posible contagio del covid-19, han llevado a parques como Tokyo Disneyland, DisneySea o Universal Studios Japan, a incluir una medida un tanto peculiar: prohibido chillar, gritar o incluso vitorear durante el uso de las atracciones.

Esta decisión ha generado polémica, y sus responsables aseguran que gritar provoca la expulsión de gran cantidad de saliva, una de las principales formas de contagio del virus. Da igual que los visitantes lleven mascarilla, no podrán expulsar la adrenalina en atracciones como la montaña rusa, la lanzadera o similares.

ALTERNATIVA EN VACACIONES

La Asociación Española de Parques de Atracciones y Temáticos (AEPA) y la Asociación Ibérica de Zoos y Acuarios (AIZA), parques temáticos y zoos han solicitado al Gobierno un plan económico de apoyo.

Los parques y zoos, que ya disponen de planes de reapertura y protocolos operativos adaptados a la ‘nueva normalidad’, reclaman un apoyo económico y laboral para la reapertura, como la extensión de la duración de los ERTE por un período de seis meses desde que finalice la prohibición de apertura al público de los parques.

Además, desde AEPA calculan que el sector de los parques de atracciones impacta en 85.000 empleos directos y otros 85.000 indirectos, “no podemos aguantar una temporada entera cerrados”, lamentan.

Pero se muestran positivos con la temporada de verano, y aseguran que «va a haber una caída drástica de desplazamientos turísticos en verano, y los parques podrían convertirse en una alternativa».

Desde la asociación mantienen que la apertura les «pilla con los deberes hechos». Los parques de ocio, los zoos y los acuarios están preparados para recibir a los clientes bajo estrictas medidas de distanciamiento social e higiene.

«Vamos a ser muy rigurosos con las medidas de higiene, las rutinas de desinfección y encargarnos de que el personal esté protegido», añaden. Además, los parques de atracciones funcionan en un 90% al aire libre, lo que supone una mayor seguridad para los clientes a la hora de asistir.

PÉRDIDAS DE 354 MILLONES

El operador de ocio necesita abrir cuanto antes para sanear su caja. Una actualización del plan de negocio que realizó el equipo gestor a finales del 2019 y principios de este año le ha supuesto a Parques Reunidos un ajuste contable de 354 millones de euros, frente al beneficio de 13 millones registrado durante su año fiscal 2018, debido al deterioro de sus activos. Pero sin tener en cuenta este impacto y otros efectos no recurrentes, el resultado de explotación antes de extraordinarios fue de 97 millones, según Expansión.

Además, para reforzar sus reservas de efectivo durante las semanas en las que han permanecido la mayoría de sus instalaciones cerradas, la compañía ha asegurado una financiación de 235 millones de euros. En concreto, ha obtenido 200 millones de euros de un crédito, y otros 35 millones a corto plazo respaldados por el Instituto de Crédito Oficial (ICO).