‘Genio y figura’, el mítico programa que lanzó al estrellato a Chiquito de la Calzada

El Philogelos es el libro recopilatorio de chistes más antiguo del que se tiene hoy en día constancia. Esta obra griega recoge 265 artefactos humorísticos y acumula polvo desde hace más de 1.500 años. Mucho llovió desde entonces hasta que llegaron los cassettes estereotipados de Paco Arévalo, los de Eugenio, que decía que solo se reía cuando cobraba, o las performance de Chiquito de la Calzada, que saltaría a la fama a mediados de los noventa. 

El humorista malagueño antes se había ganado las habichuelas como cantaor de flamenco. Por bulerías cantó en el Japón, país en el que nuestro héroe no se llegó a aclimatar. Entre otras cosas por el precio de la cesta de la compra: «Una barra de pan costaba más que un empaste», le reconocía a Jesús Quintero.

Y con 62 años el universo de Chiquito, que editaba su RAE particular, se coló en nuestros hogares a través del programa ‘Genio y figura’, una de las apuestas más ambiciosas de Antena 3 en el verano del 94. Pero lo que iba a ser un breve proyecto se prolongó de la mano del mago Pepe Carroll, con Tomás Summers pilotando en la recámara y con Chiquito de la Calzada quemando los audímetros con sus particulares historietas aliñadas por sus «fistros» y sus «diodenos».

El fenómeno sociológico, frase muy manida por estos días, se consagró al instalar su particular jerga a pie de calle. Y el éxito fue transversal: los niños coleccionaban los «Chiquitazos» de Matutano, los adolescentes llenaron las salas de cine para ver al cómico en ‘Aquí llega Condemor’ o en ‘Brácula’, en la cual Chiquito protagonizó unos particulares números musicales junto a Nadiuska, y los mayores compraban los cassettes del programa, se llegaron a vender casi 300.000.

Pero Chiquito nunca se lo creyó y siguió humilde mientras rechazaba multitud de ofertas laborales por su pánico a montar en avión. Porque este cómico siempre tuvo los pies en la tierra, de hecho se ganó la vida en crisis, aterrizó en nuestros televisores en crisis y se ha despedido en crisis. De ahí una de sus frases más recurrentes: «Llevamos una temporada que la cosa está muy mala, estamos friendo los huevos con saliva». 

La cosa también estuvo muy mala, o quizás muy buena, para Pepe Navarro y Florentino Fernández, que se vieron las caras en los tribunales con Chiquito por la parodia del personaje «Lucas Grijander». El juez interrogó a Flo ante las risas internas de la sala: «¿Es cierto que ha venido usted utilizando regularmente expresiones como ‘¡jarl!’, ‘¡por la gloria de mi madre!’, o ‘pecadooor de la pradera?».

Era cierto, pero la causa se sobreseyó porque el diccionario de «Chiquitistán» era ya universal. Y lo era porque rompió esquemas en aquel verano del 94, en el cual mató el humor convencional al ir tres pasitos por delante: «Lo maté en agosto, la calóh apretaba». Apretaba, pero menos gracias a Chiquito, que deja un rotundo legado pese al desdén político que le negó méritos y reconocimientos. Ahora es tarde, señora…

Su última aparición en televisión 

Chiquito fue entrevistado en ‘Mi casa es la tuya’. En el programa de Bertín Osborne compartió una agradable charla a tres con su amiga Paz Padilla, que desempolvó una anécdota que evidencia la humanidad del humorista en la época de ‘Genio y Figura’: «Uno de los humoristas vino acompañado de su madre y no tenía colchón para dormir y Chiquito, que es tan bueno, se le ocurre robar un colchón de una habitación que estaba abierta para que la mujer no durmiera en el suelo. Bajamos el colchón del quinto piso al primero bajo el grito de… ¡Al ataquerrrrrr!».