La receta más sencilla para preparar una tarta Red Velvet para enamorar

Durante la Segunda Guerra Mundial, hubo escasez de ingredientes y los pasteleros tuvieron que ser creativos. Se dice que uno de ellos decidió usar remolacha para hacer un bizcocho rojo, ya que era un ingrediente disponible y añadía color y humedad al pastel.

Sin embargo, la receta tal como la conocemos hoy en día se popularizó en 1943 gracias a Irma S. Rombauer, quien incluyó una versión en su famoso libro de cocina «The Joy of Cooking». A partir de ahí, la tarta Red Velvet se volvió muy popular, especialmente en los hoteles de lujo de Nueva York y Los Ángeles, donde se convirtió en un símbolo de elegancia y sofisticación.

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MONTAJE Y DECORACIÓN DE LA RED VELVET

Red Velvet

Preparamos un plato grande para montar nuestra tarta Red Velvet. Colocamos una pequeña cantidad de crema de mantequilla en la base para fijar el primer bizcocho. Cubrimos la primera capa de bizcocho con crema de mantequilla, utilizando una lengua pastelera y un cuchillo. Aseguramos que la crema cubra uniformemente el bizcocho, sin llegar a los bordes.

Colocamos la siguiente capa de bizcocho y la impregnamos con almíbar, luego cubrimos con crema de mantequilla. Repetimos el proceso con la última capa de bizcocho, aplicando almíbar y una capa fina de crema por encima y los laterales. Dejamos enfriar la tarta en la nevera durante al menos 30 minutos o en el congelador durante 10-15 minutos.

Una vez enfriada, comenzamos a decorar la tarta cubriendo los laterales con crema. Alisamos los laterales con un cuchillo plano y nivelamos la crema de la parte superior. Espolvoreamos un poco de bizcocho desmenuzado por encima para decorar. Finalmente, refrigeramos la Red Velvet o la servimos en la mesa para disfrutarla. ¡A disfrutar!

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Noemi A.
Noemi A.
Soy una apasionada de internet, las nuevas tecnologías y las redes sociales, adicta a la información y a aprender y descubrir algo nuevo cada día.