El negocio de los terraplanistas se expande desde Barcelona

Iniciar un debate con los terraplanistas es una batalla perdida de antemano. No creen en el concepto de una Tierra esférica y achatada por los polos, sino que el mundo tiene límites y forma de disco plano. Como ocurrió en la época de Galileo, donde se creía que el Sol era el centro del Universo, estos creyentes consideran una burda manipulación la curvatura de La Tierra y esta religión gana cada vez más adeptos. Sus precursores son convincentes a la hora de entablar un debate sobre esta teoría. Tienen respuesta para todo y no dudan en retar a la ciencia para demostrarlo. La respuesta a las imágenes de La Tierra desde el espacio es muy clara: manipulación, así como cualquier hecho real que no pueda ser explicado desde su punto de vista.

En EE UU, cuna del analfabetismo entre las grandes potencias mundiales, se muestra que un 35% no cree en una esfera. Con este nicho, los terraplanistas han encontrado un filón económico para su propio beneficio. En España, el movimiento tiene sus adeptos a la causa, ligados a las teorías de la conspiración y alimentadas con falsedades para el común de los mortales. Pero ellos lo creen a pies juntillas, tanto que llegan a fletar cruceros para ir al fin del mundo. Eso sí, previo pago de miles de euros.

Este fin de semana se han dado cita en Barcelona para pasar después por las Islas Baleares. Los precios por escuchar su teoría oscilan entre los 15 y 18 euros por entrada, como se ha cobrado en un conocido centro comercial. Una muestra del tirón que tiene este movimiento es su capacidad de convocatoria. En apenas una semana, 500 espectadores y aforo completo. En Menorca, 160 en un cine dentro de un edificio público. Entre ambos, 10.000 euros en ingresos y únicamente por llenar las salas. Todo ello sin contar con el tradicional comercialización de camisetas y otros materiales, así como entrar en sorteos. Ni tampoco los ingresos obtenido por la visualización de sus canales.

LOS HERMANOS BAREA, LA VOZ CANTANTE DE LOS TERRAPLANISTAS

Para el evento en Barcelona, los terraplanistas liderados por el argentino Iru Landucci y los hermanos catalanes Jordi y David Barea han abonado 250 euros por la reserva de la sala más otros 12,5 euros por persona a partir de la veintena. La entrada incluye menú y gastos de gestión. En este sentido, habrán obtenido por las 500 entradas una rentabilidad cercana al 44% por cada venta. En total, unos gastos que ascienden a unos 6.250 euros, con unos ingresos de 9.000, un beneficio de unos 550 euros por hora si el evento repite la duración de años anteriores.

El ejemplo del barco no encaja con el modelo terraplanista
El ejemplo del barco no encaja con el modelo terraplanista

Los enemigos de la teoría tradicional reniegan de la gravedad y todo tipo de «mentiras» aprendida durante la enseñanza obligatoria. Algunos de ellos se enfundan en un papel propio de guiones de películas de serie B, no creen en nada de la realidad y afirman incluso que el 11-M fue un atentado de Estados Unidos. Su verdad es que todo obedece a un control mental de los poderes políticos y económicos sobre los ciudadanos. Así, tampoco creen que el hombre haya pisado la luna. Su justificación pasa por exigir al interlocutor que investigue y averigüe por su cuenta para llegar a esa misma conclusión.

En el acto de Barcelona, que tuvo lugar este sábado en un conocido centro comercial, los protagonistas apuntaban directamente contra los medios de comunicación, así como se dieron todo tipo de pruebas para mostrar la teoría. Eso sí, sin preguntas del público, como tampoco existen los astronautas, tal y como se deslizó en el evento. Como si de una religión se tratara, había que hacer saltos de fe para creer. El merchandising se ofrecía gratis entre algunos participantes y otros sorteos, como dos noches de hotel en el Sáhara.

CUESTIONAN TODO, DESDE EL HOLOCAUSTO HASTA EL 11-S

Tampoco creen en verdades asentadas y demostradas tanto científica como matemáticamente. Dentro de esta teoría existen otras aún más difíciles de creer, como la corriente ‘concacavista’, que si bien aceptan una Tierra esférica, la humanidad vive en su interior y las estrellas están dentro de la esfera convexa. Es decir, todo el Universo conocido está dentro del planeta y fuera de la misma se desconoce por completo. La línea argumental de estos correligionarios se basa en cuestionar cualquier cosa, venga de donde provenga, especialmente de los medios de comunicación. Beben de fuentes cercanas, de hablar entre ellos y desechan cualquier libro que establezca lo contrario.

En su teoría, La Tierra es un gran disco delimitada por enormes muros de hielo que impiden la caída hacia el exterior. Ellos no lo demuestran, sino que insisten en que los escépticos lo investiguen. Para difundir su teoría, los investigadores utilizan redes sociales, especialmente Youtube, donde llegan a convencer a sus adeptos.

Entre los mensajes y los comentarios, el bucle se cierra y ya no hay nada que hacer, tratar de convencerles de lo contrario es prácticamente imposible. Una foto desde la luna, una manipulación, ya que el hombre nunca ha llegado allí. Una imagen de la curvatura de La Tierra, imposible porque la vista nos muestra un horizonte plano, como cuando el cielo se une con el mar. La psicología en este debate es la clave de todo. Un pensamiento que se refuerza con la masa, con datos válidos, pero insuficientes, como la teoría del barco que desaparece en el horizonte, pero aún se ven las velas. Para el resto, el argumento es la manipulación, la teoría de la conspiración. En caso de que la ciencia demuestre lo contrario se debe a que ésta está al servicio de los poderosos y de quienes pretenden controlar la mente de la humanidad.

YOUTUBE, PRINCIPAL ALTAVOZ TERRAPLANISTA

Youtube, además, incita a ver vídeos similares, con independencia de la temática. Si te gusta un cierto tipo de contenido, el algoritmo ofrece otros canales. En el caso del terraplanismo, hay canales manipuladores y extremistas, que llegan incluso a cuestionarse el holocausto nazi o muestran una teoría de la conspiración sobre el 11-S. Asimismo, los anuncios mostrados por esta red social llevan a sectas, como los adventistas del séptimo día o testigos de Jehová. En los vídeos promocionales que evitan mostrar las verdaderas intenciones. Por supuesto, muchos de ellos reniegan de la pandemia y la llegan a calificar de «plandemia«, como si de una teoría para controlar a la humanidad se tratase.

Los 500 asistentes coparon la sala y darán el salto a Menorca la próxima semana. De ahí a Bilbao, en un nuevo evento para ganar adeptos, y de paso un buen ingreso a cuenta. El movimiento aprovecha, además, la desconfianza y el pesimismo instalados a nivel mundial en su beneficio. «Los políticos sólo nos pretenden controlar«, advierten unos. Otros indican que los medios manipulan la información directamente, sin prueba alguna o se hacen eco de alguna excepción. Y la crisis actual no ayuda a convencer de lo contrario. La ciencia, por supuesto, no es real.

En la ponencia, Jordi Barea aseguró que la tecnología y las cámaras digitales actuales «ponen a prueba el modelo oficial». Su objetivo es discutir los conceptos actuales, ponerlos en duda y revisarlos después. Trabajo que se publica en su web, con miles de usuarios de todo el planeta. A su juicio, reírse de los terraplanistas es el único argumento para tratar de desprestigiarles. Pero en su propia web se pueden encontrar diversos productos a precios muy elevados. Un busto de Tesla alcanza los 5.000 dólares, así como otro de Cerati por la misma cantidad. También ofrece distintas formas de suscripción para ayudarles en el proyecto, desde donaciones puntuales a periódicas. Así, se puede pagar un dólar a 100.

Álvaro J. Medina
Álvaro J. Medina
Madrileño en Barcelona. Apasionado de la actualidad política, la Economía y empresas. He pasado por el grupo Intereconomía y Vozpópuli. Ahora, en MERCA2.es, INVERSIÓN.es y MONCLOA.com para seguir informando. "Si no lo puedes explicar, es que no lo sabes". Si tienes algo que contarme: alvaro.medina@merca2.es