El miedo puede más que la esperanza de una buena recuperación de IAG en el mercado. Las previsiones de la compañía de acabar el año con beneficios se tuercen por momentos, en mitad de un verano que se prometía de récords. Son muchos los frentes abiertos que presenta el grupo, cuya cotización se encuentra hundida en mínimos anuales, lastrada por las cancelaciones, los recortes de viajes, los elevados costes del combustible y la presión bajista a la que está sometido.
En definitiva, los factores externos ligados a la inflación y a una posible recesión y la ineficaz gestión en cuanto a personal ponen en riesgo la recuperación del holding británico-español. Con la volatilidad marcando el ritmo del mercado y los expertos aconsejando una mayor moderación a la hora de invertir en renta variable, la incertidumbre que rodea al sector de las aerolíneas, especialmente a IAG, hace que los inversores no confíen en el valor.
La presión que acumula la compañía presidida por Luis Gallego se ve incrementada además por la mejor recuperación de las firmas low cost en comparación con las tradicionales, a pesar de las huelgas y las cancelaciones que están protagonizando algunas de ellas como Ryanair. Una tesitura difícil que está provocando los recortes por parte de algunas firmas de análisis al precio de las acciones del grupo formado por British Airways e Iberia entre otras.
LAS AEROLÍNEAS NO PUEDEN HACER FRENTE AL VOLUMEN DE TRÁFICO
«Las aerolíneas europeas están cuantificando el impacto de las perturbaciones, y están teniendo cancelar reservas, revisar los planes de capacidad e incurrir en costes adicionales relacionados con la escasez de personal«, destacan los analista de Bloomberg Intelligence en un reciente informe sobre el sector. Asimismo, los expertos destacan que algunas empresas como easyJet o Wizz Air han tenido que aumentar su previsión de costes por asiento-kilómetro por la situación actual.
Tras los recortes de personal debido a la pandemia del Covid-19, IAG y el resto de compañías están pagando caro los actuales volúmenes de tráfico, una gestión ineficaz que se traducirá en una recuperación más lenta de lo previsto. Los aeropuertos no pueden soportar los volúmenes de tráfico y la limitación impuesta a las aerolíneas por parte del aeropuerto londinense de Heathrow da buena muestra del caos en el que está sumida la movilidad aérea en las últimas semanas.
«British Airways, Wizz Air y EasyJet se encuentran entre las aerolíneas que reducen significativamente las previsiones de capacidad ya que personal y los aeropuertos no pueden manejar los volúmenes. Los aeropuertos londinenses de Heathrow y Gatwick y el de Ámsterdam Schiphol han impuesto topes, y la amenaza de huelgas provoca más incertidumbre en toda Europa«, aseguran los analistas. Es por ello que los consumidores que no cuenten con niños en edad escolar o vales con limitación temporal pueden reconsiderar sus planes de viaje y posponerlos hasta después del verano.
INEFICIENCIA OPERATIVA
A pesar de las buenas cifras de pasajeros, los diferentes problemas retratados suponen un lastre para IAG, que cae más de un 25% en lo que va de año. Y es que, aunque las aerolíneas del grupo llenen sus vuelos, no tienen garantizada la eficiencia del negocio. Con el precio del combustible para aviones a niveles superiores a los registrados en prepandemia y la escasez de trabajadores forzando a la cancelación de vuelos, la rentabilidad se pone cada vez más cuesta arriba para el grupo.
«Las aerolíneas europeas van a depender más de los factores de carga y los rendimientos para rescatar el beneficio este verano, porque la utilización está siendo restringida por las limitaciones de capacidad en los aeropuertos, por lo que los pasajeros están siendo reordenados en vuelos alternativos», explican desde la firma de análisis.
«Sin embargo, la casi duplicación de los precios del combustible para aviones con respecto a 2019, más la inflación de los salarios y las tasas de aterrizaje, hacen que los viajes requieran, idealmente, una mayor eficiencia operativa«, añaden. Retos a los que hay que sumar la escasez de personal de tierra, los retrasos en el tráfico aéreo y el cumplimiento de las normas sobre el horario de la tripulación.
Mientras, la compañía líder en el bajo coste, Ryanair, ya advirtió que subiría el precio de sus tarifas a largo plazo, aunque conservando su modelo de descuento para ganar cuota de mercado. Por su parte otras firmas low cost como Wizz y EasyJet también se proponen aumentar sus tarifas, además de aumentar sus factores de carga por encima del 90%. Un rearme dentro del segmento de bajo coste que añade más presión a las compañías tradicionales.
LOS BAJISTAS SIGUEN HACIENDO SANGRE EN IAG
En mitad de esta crisis algunas firmas de análisis han mostrado confianza en el valor, reiterando su recomendación de compra. Otras optan por el consejo de mantener y rebajan el precio objetivo de las acciones de IAG. Es el caso del banco suizo HSBC, que recientemente recortó el potencial del holding de aerolíneas desde los 1,77 hasta los 1,42 euros por título.
Asimismo, los hedge funds son otro de los motivos por los que la cotización de la compañía no logra remontar. Diferentes fondos de inversión llevan meses apostando en corto contra IAG, haciendo caja con las caídas de la empresa en el mercado de valores. IAG cuenta con un total del 4,76% de su capital social en manos de bajistas, que esperan más pérdidas del grupo ante una situación de incertidumbre como la actual.
De este modo, los fondos Marshall Wace, BlackRock, que recientemente aumentó su posición, GLG Partners, Kintbury Capital, Sandbar Asset Management y Pictet Asset Management tienen acciones por valor de 235,75 millones de euros en corto sobre el capital de IAG. Una presión añadida a una compañía con un panorama incierto para los próximos meses.
En cualquier caso, las recomendaciones de comprar y de mantener el valor en cartera están igualadas, siendo 15 y 13 respectivamente las firmas de inversión del consenso de mercado recogido por Bloomberg que apuestan por la compañía. De igual modo, el hecho de que la compañía sea una de las que más valor pierde en el Ibex 35 en este 2022, hace también que tenga uno de los mayores potenciales alcistas, con hasta un 62% y un precio objetivo medio de 2.06 euros.