La figura del falso autónomo perjudica tanto a quienes tienen que darse de alta en el RETA como profesionales por cuenta propia cuando, en realidad, no lo son, como a la sociedad en general, porque no se está haciendo una correcta cotización.
Se sabe de sobra que hay sectores en los que se abusa mucho de esta figura, siendo el de la cultura uno de los más incumplidores en este sentido. Pero eso podría estar a punto de cambiar con la reforma del Estatuto del Artista.
El falso autónomo en la cultura
Aunque no hay dados exactos, se sabe que en el sector de la cultura se recurre mucho a la figura del autónomo para encubrir algo que, en realidad, es una relación laboral. Lo que busca la nueva regulación es acabar con esto.
La idea es que el nuevo Estatuto del Artista establezca claramente cuándo una empresa o una entidad de carácter público pueden contratar o no a un autónomo. Es decir que, en ciertos casos, desde artistas hasta técnicos tendrán que ser contratados como asalariados y no estar dados de alta en el RETA.
