GAP, la primera empresa textil amenazada por la crisis de suministros

Estamos viviendo una etapa convulsa en el mundo de la distribución ante la crisis de suministros. Aunque el mayor golpe se lo están llevando las empresas de automoción y las de alimentación, el resto de industrias no están exentas de problemas. Ahora les ha llegado el turno a las textiles, siendo GAP la mayor perjudicada.

Después de un periodo de confinamiento donde todo el planeta tuvo que parar durante más de dos meses, la reactivación de la economía no iba a estar alejada de problemas. La demanda de productos ha aumentado y las empresas no consiguen satisfacer su oferta. Este desequilibrio ha provocado que se formen cuellos de botella que, unidos a la crisis de combustible, hace que los precios se estén disparando.

Las empresas textiles están sufriendo los problemas de desabastecimiento. Sin embargo, es GAP la que se está llevando la peor parte. En la presentación de resultados de la firma de ropa estadounidense, el desgaste derivado de los problemas en la cadena de suministros ya ha hecho mella. La compañía apenas ha logrado igualar los datos del mismo periodo del año anterior. Esto le ha llevado a revisar a la baja sus previsiones anuales.

Estas disrupciones en la cadena de suministros están teniendo un impacto negativo de ocho puntos porcentuales en la empresa. Es por eso que GAP calcula que, para el conjunto del año, el crecimiento será alrededor del 20% respecto a 2020, con un margen operativo del 4,5%.

GAP ha lanzado un ‘profit warming’ ante la bajada de beneficios de sus acciones

Según la CEO de GAP, Sonia Syngal, «los fuertes vientos de cara en la cadena de producción afectaron a nuestra capacidad para satisfacer la demanda de los clientes. Aun así, hicimos un esfuerzo inversor con el uso del transporte aéreo para atender a nuestros clientes, primando el crecimiento a largo plazo sobre la rentabilidad a corto plazo».

GAP NO ABASTECE SU DEMANDA FEMENINA

En referencia a las palabras de la directiva de GAP, la compañía de moda contempla que dejaran de vender entre 550 millones de dólares y 650 millones de dólares. Sus inventarios no tienen la cantidad de ropa suficiente como para poder abastecer la demanda que están teniendo. Además, hay que tener en cuenta que la empresa textil está destinando 450 millones de dólares en el transporte aéreo para tratar de salvar los problemas en los puertos.

El objetivo de ventas netas de GAP ha pasado del 30% al 20% para todo el año. Además, la previsión de beneficio por acción también ha disminuido situándose entre los 1,25 y 1,4 dólares por título de los 2,21 y 2,25 dólares de los que partía. Esto ha hecho que la compañía haya lanzado un ‘profit warning’. Entre las consecuencias de esta advertencia, se encuentra entrar en pérdidas en el ejercicio vigente o en el próximo.

Las consecuencias en la bolsa no han tardado en llegar. Las acciones de GAP se han hundido en Wall Street, bajando más de un 20%, que han marcado su mínimo desde octubre de 2020. Esto solo hace poner en más aprietos a la compañía textil, que lleva cinco años en caída libre.

GAP ya está viendo como la escasez de mercancías está afectando a su principal marca de grupo por facturación, Old Navy. Según la empresa, esta firma se ha visto desproporcionadamente afectada por las interrupciones de la cadena de suministro, especialmente en la oferta para mujeres. En concreto, las ventas comparables de la marca han bajado un 9% interanual.

Lidia Vega
Lidia Vega
Redactora de economía y empresas especializada en Distribución, Alimentación y Consumo