Patatas a la riojana: cómo hacer este plato brutal en pocos minutos

Una de las grandes riquezas de la gastronomía española es la variedad de platos y recetas que abundan a lo largo de su geografía. Si en Andalucía tenemos tortas de camarón o en Extremadura el ajoblanco, y en Castilla- La Mancha el pisto, en La Rioja son famosas las patatas a la riojana. Como todos los platos tradicionales, se trata de una receta de base sencilla, con alimentos por lo general de la tierra, asequibles, que se prepara con el secreto de la buena cocina: la paciencia. Como vamos a ver a continuación, hacer unas patatas a la riojana que quiten el aliento no tiene ninguna complicación más allá de seguir las recomendaciones en cuanto a ingredientes y tiempos de cocción.

Esta receta de patatas a la riojana, que podemos hacer en versión light o más bien ‘picantona’, es un plato que en la mesa te puede servir como plato único o, si haces menos cantidad, como tapeo para un menú degustación en casa. Al ser un plato calórico, se utilizaba tradicionalmente para los trabajos del campo. Ahora se ha convertido en una de esas recetas de comidas para entrar en calor y alimentar bien el estómago. Ahora bien, como cualquier receta, existen mil y una versiones. De hecho, es una elaboración que incluso se puede hacer con robots de cocina, adaptando los tiempos y las cantidades. Nosotros recogemos la receta tradicional de patatas a la riojana, con algunos consejos para que quede de escándalo y puedas disfrutar en pocos minutos de un plato sabroso y con fundamento. 

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CÓMO SERVIR ESTE GUISO

patatas a la riojana

Las patatas a la riojanas se sirven siempre en la mesa calientes (es un guiso de invierno, de los que te ayudan a entonar el cuerpo cuando más arrecia el frío). Eso sí, también es cierto que están mejor de un día para otro, pues la patata toma más del sabor de las verduras y el chorizo, aunque hay que prever que también se quedarán sin caldo. 

Por otra parte, hay que tener en cuenta que la patata, más de un día, si no lo tapamos bien, perderá una parte de su textura. Pero, lo más importante, nunca lo congeles. La patata es uno de los pocos alimentos que no resiste bien el proceso de congelación.

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