viernes, 13 diciembre 2024

Goirigolzarri y Gortázar: ¿Buena pareja de baile en la fusión entre Bankia y CaixaBank?

A lo largo de la historia, ha habido famosas parejas de baile en la gran pantalla como Fred Astaire y Ginger Rogers, o John Travolta y Olivia Newton-John. En el mundo de las finanzas, también. Por ejemplo, los hermanos Luis y Javier Valls Taberner, en Popular. O la bicefalia en BBV y Argentaria, integrada por Emilio Ybarra y Francisco González. Ahora el turno parece llegar a José Ignacio Gorigolzarri y Gonzalo Gortázar, en la recién iniciada fusión entre Bankia y CaixaBank. La pregunta es: ¿serán una buena pareja de baile?

Que ambos son buenos bailarines en el mundo de las finanzas ha quedado demostrado a lo largo de los últimos años en los que han convivido con sus respectivas parejas. “La compenetración entre Goirigolzarri y José Sevilla ha sido muy buena”, recalca Manuel Romera, director del sector financiero de IE Business School. Y añade: “Gortázar y Jordi Gual no han dejado de estar en una bicefalia”.

Ahora Goirigolzarri y Gortázar tendrán que cambiar de pareja en la fusión entre Bankia y CaixaBank. Un encaje que no se presupone fácil, aunque la mochila que ambos llevan a su espalda es bagaje suficiente para acometer tamaño empeño. Así, el actual presidente de Bankia acometió el reflotamiento de una entidad integrada por siete antiguas cajas de ahorro que navegaba en mares turbulentos (rescate incluido). El consejero delegado de CaixaBank, por su parte, ha tenido que poner rumbo a una nave que tuvo que sortear un mar político, económico y financiero revuelto que le llevó a cambiar de puerto.

LA CULTURA CORPORATIVA DE BANKIA Y CAIXABANK

Entre los muchos deberes que tendrán sobre la mesa tanto Goirigolzarri como Gortázar estará el de fusionar dos culturas corporativas que son distintas. CaixaBank, catalanista. No independentista o soberanista. Algo que quizás Jordi Gual no acabó de entender.

Una virtud que ayudará a que la pareja de baile acabe danzando en armonía es que tanto Goirigolzarri como Gortázar son dialogadores natos. En sus acciones y decisiones buscan el equilibrio con sus respectivos pares.

Ambos tienen prestigio. Pero la veteranía marca: Goirigolzarri es una década mayor que Gortázar. “Goirigolzarri tiene un prestigio espectacular”, resalta Manuel Romera. Prestigio ganado durante tres décadas en BBVA, y ocho años en Bankia. “Gortázar no tiene un recorrido tan largo para ser admirado como Goirigolzarri”, añade el director del sector financiero de IE Business School.

Tanto uno como otro son especialmente ejecutivos, y muy ortodoxos en sus planteamientos. Esta última cualidad compartida con otros compañeros que llevan las riendas de otras entidades.

Se dice que José Ignacio Goirigolzarri será el presidente que resulte de la fusión entre CaixaBank y Bankia, pero con funciones limitadas respecto a las actuales. Gonzalo Gortázar ostentará el máximo cargo ejecutivo. Fuentes del sector indican que, por mucho que se le quieran quitar funciones a Goirigolzarri, teniendo en cuenta como es, “será difícil”.

Si echamos la vista atrás, cuando se le puso sobre la mesa la opción de ser número dos de Rodrigo Rato en Bankia, su rechazo fue rotundo. Sólo accedería si era el número uno. Forzó el órdago. Y lo ganó.

ADORABLE Y EMPÁTICO

Aunque José Ignacio Goririgolzarri nació en Bilbao, y Gonzalo Gortázar en Madrid, ambos llevan sangre vasca en sus venas, ya que este último desciende de una familia de Neguri. Y se puede decir que, sin conocerles simpatías políticas, son no nacionalistas.

“Goirigolzarri nunca pasa los límites. Puedes estar tres horas de conversación con él y no dirá nada que no tuviera que decir. Personalmente es adorable”, recalca Manuel Romera. Y, respecto a Gortázar, indica que es “especialmente empático, cercano y diligente”. Concretando, el director del sector financiero de IE Business School, sintetiza diciendo que “los dos son muy banca retail”.

El todavía presidente de Bankia es muy escrupuloso en su trabajo, cuadriculado en el buen sentido de la palabra. No da puntada sin hilo. La labor del consejero delegado de CaixaBank ha sido modélica. Ya sólo falta decir aquello de que suene la música y empiece el baile.


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