Los empresarios mexicanos Luis Fernando y Julio Mauricio Martín Amodio han entrado en el consejo de administración de OHL quince días después de que se convirtieran en primer socio de la constructora al comprar un 16% de su capital al grupo Villar Mir, fundador e histórico de la compañía.
Los Amodio han sido nombrados nuevos consejeros de OHL en la reunión del consejo que la empresa celebró este lunes, si bien su designación será ratificada por la junta de accionistas convocada para el próximo 15 de junio.
La entrada de los empresarios mexicanos ha supuesto la salida del máximo órgano de gestión de la constructora de uno de los tres consejeros que tiene el grupo Villar Mir.
El vocal que ha renunciado a su sillón es Manuel Garrido, por lo que la familia Villar Mir se mantiene por el momento en consejo de la compañía también con dos puestos, representada por Juan Villar-Mir de Fuentes, presidente de la empresa, y su hermana Silvia Villar-Mir.
La corporación de Juan Miguel Villar Mir aún mantiene una participación del 14,64% en el capital de OHL, desde la del 33% que controlaban en la empresa, tras vender un 16% a los Amodio.
No obstante, los mexicanos, junto con la compraventa de dicho 16%, firmaron con los Villar Mir una opción de compra irrevocable de acciones de OHL equivalentes a 9% a ejecutar en cualquier momento antes del próximo 22 de noviembre.
De esta forma, los empresarios mexicanos ya tienen asegurado el 25% de la constructora, si bien no descartan alcanzar el 29%, al límite de la barrera del 30% que marca la ley para lanzar una OPA.
ASUMIR LA GESTIÓN.
Los Amodio llegan a OHL con vocación de permanencia y de asumir su gestión. En concreto, pretenden «devolver la constructora a la senda de la viabilidad, reactivando su capacidad financiera y su prestigio empresarial, y haciendo de la transparencia e integridad valores permanentes para desplegar todo su potencial en el mercado».
Los mexicanos desembarcan en OHL en el momento en que completa el plan de reestructuración y saneamiento que emprendió en 2013 y que le ha llevado a acometer una cascada de desinversiones y a cerrar en ‘números rojos’ los tres últimos ejercicios.