Es normal que al autónomo el ejercer su actividad le suponga también asumir una serie de gastos, de ahí que muchos de estos sean deducibles. Entre ellos destacan los gastos de viaje y también las dietas, una desgravación del IRPF que ha supuesto una auténtica novedad y que equipara, al menos en esto, a autónomos y asalariados.
Sin embargo, ya sabemos que cuando se trata de desgravarse gastos hay que ir con pies de plomo. Es importante guardar muy bien las facturas para presentarlas en caso de inspección y reflejar los gastos en la contabilidad para que no haya ningún problema.
5¿Cómo justificar que estabas trabajando?
Por mucho que tengas las facturas y que hayas registrado los gastos en tu contabilidad correctamente, Hacienda siempre va a estar con la mosca detrás de la oreja y tendrá dudas sobre si realmente has viajado o has comido fuera de casa por trabajo o si te estás intentando desgravar gastos de tu vida privada.
Si no quieres tener problemas debes adelantarte a los acontecimientos y guarda a buen recaudo toda la información relacionada con tu viaje. Puedes, por ejemplo, guardar una copia de los emails que hayas cruzado con el cliente hablando sobre tu viaje y las reuniones fijadas. Si has ido a hacer algún curso o a un evento profesional guarda la matrícula o las entradas. También pueden venir bien copias de tu agenda.
Ninguna precaución es poca cuando se trata de evitar sanciones de Hacienda por haberte desgravado algo que en realidad tienes todo el derecho del mundo a desgravarte, así que guarda toda aquella información que creas que puede servir para acreditar que estabas fuera por negocios y no por placer. Consérvala hasta que haya expirado el plazo en el que pueden hacerte una inspección sobre el ejercicio fiscal de que se trate.
