La pareja marca un antes y un después cuando dicen el “Sí quiero”. En la mayoría de los casos, las personas se casan para dar un pasito más en su relación y poder ser uno para el resto de sus vidas. No obstante, no se puede negar que cuando la firma está impresa en el papel de marido y mujer algo cambia en nuestra cabeza sin que nos demos cuenta.
Las parejas de novios tienen una pasión que los une, mientras que las de casados esa pasión parece que va extinguiéndose poco a poco. Cuando estás de novios sueles decir «mi marido» y al casarte lo llamas por su nombre, por llamarlo de alguna manera educada.
Cuando estás de novios todas sus cosas te parecen graciosas y al casarte lo comparas con un niño de cuatro años. Hay momentos en la vida en los que te planteas el porqué de casarte si antes os iba tan bien y esas preguntas son debidas a ciertos cambios que se van produciendo poco a poco sin que os deis cuenta.
Veamos algunas de las diferencias entre la pareja de novios y de casados.
Principio de la pareja
El principio de la pareja es el mejor momento de todos. Aprovéchalo porque luego no vuelve. Es cuando cada uno vive en su respectiva casa y se ven tan solo en momentos puntuales. Esos instantes son los más importantes del día.
Estás nervioso por verle, te preocupa tu físico y tu apariencia. No quieres decepcionarlo por nada del mundo y cada palabra que dice se te graba a fuego en la memoria. Es cuando no duermes sin desearle buenas noches y cuando todo el tiempo que pasáis juntos te parece poco.
No puedes imaginar tu vida sin él y cualquier discusión, por tonta que sea, para ti es un mundo. Estar más de un día sin saber del otro es un martirio que hace que tu estado de ánimo sea bueno o malo. Tu día entero gira en torno a tu pareja y serías capaz de hacer cualquier cosa que te pidiese.
Todo es bonito y los corazones y los suspiros te acompañan sin darte cuenta. A veces, incluso te das cuenta de que tu mundo se ha detenido y estás pensando en el otro como si lo tuvieses al lado mientas suspiras como si tuvieses un ataque de asma descontrolado.
Principio del matrimonio
El principio del matrimonio es una fase en la que os estáis conociendo mejor. Ya vivís juntos y tenéis que comenzar a abordar los problemas diarios entre los dos. Las manías y las costumbres de uno y de otro, por mucho que os queráis, no son las mismas. Cada uno es de un padre y de una madre y como tal tiene su estilo de vida, hasta ahora independiente.
Las primeras noches bajo el mismo techo pueden ser bastante intensas. El sexo estará a la orden del día y puede que incluso más que cuando tan solo erais pareja en modo novios. Ya no hay padres que os interrumpan el coito, ni prisas por acabar. Ahora tenéis todo el tiempo del mundo para disfrutar de la sexualidad.
La convivencia en estos días es un aprieta y afloja por parte de los dos miembros de la pareja. Conocerse realmente bien es un poco complicado. Antes, en invierno los hombres estaban acostumbrados a que su pareja también se depilase, pero la confianza es un grado y como tal hay que pagarlo. Los pelos en invierno abrigan más que los pedos nocturnos y asfixiantes bajo las sábanas.
Economía en la pareja
La economía es algo que no todos tienen en cuenta a la hora de hablar de amor. No obstante, es un dato a tener en cuenta. Cuando estáis de novios, el dinero no es un gran inconveniente en la pareja. Os hacéis regalos carísimos y todo es poco para tu media naranja empalagosa.
Esto cambia bastante cuando de pronto tenéis que afrontar los gastos de la convivencia y los caprichos de tu pareja. Puede ser que, cuando vivías con tus padres, te pudieses comprar los champús de la mejor marca del mundo, pero ahora la cosa cambia. Cuando estás casado se forma un agujero invisible en tu cartera que hace que todo lo que cobres se vaya a la cesta de la compra o al pago de las facturas.
Olvida comprarte esos muñecos frikis que tanto te gustan y que tan caros son, a partir de ahora eso se limitará a la carta de Reyes Magos y puede que tampoco.
Independencia
Cuando estabas en pareja, siendo tan solo novios, llegabas a casa y podías hacer lo que te viniese en gana. Seguramente, son muchas las veces que has dicho que volvías y te has quedado un rato por ahí con los compañeros sin que el otro se enterase.
Siento decirte que tu independencia se ha esfumado en el momento en el que decidiste firmar. Hay parejas que son comprensivas y entienden que, de vez en cuando, necesites tu espacio y tu tiempo. No obstante, esa necesidad es recíproca y no vas a ser siempre el que se quite las responsabilidades de encima.
Cuando vives con tu pareja, los momentos tan ansiados de soledad a los que antes no dabas importancia ahora son bastante más valorados. Hay incluso quien se hace el enfermo para no ir a una comida familiar y poder quedarse en casa solo.
En el instante en el que entiendes a los guionistas de Solo en casa es cuando te toca hablar con la pareja y decirle cómo te sientes. La SINCERIDAD es la base de toda pareja. Si te pones en pelotas en casa, coges el tarro de gel y comienzas a bailar por toda la casa cuando el otro desaparece de la estancia, algo falla en lo vuestro.
Lo mejor es estar un tiempo de convivencia en pareja antes del matrimonio, para así evitar el tedioso papeleo del divorcio si la cosa no sale como esperabas. Para conocer al cien por cien a una persona ponle un plato de croquetas impares delante y, según cómo actúe, así será con el resto de las particiones de vuestro destino juntos.
