La Navidad, como quien dice, está a la vuelta de la esquina. Quien más, quien menos, espera que la empresa sea agradecida por el trabajo realizado a lo largo del año. La oferta, como tal, es infinita. Y, a pesar del paso de los años, básicamente tradicional. Es decir, que turrón, cava o sidra, vino, mazapán, alguna bebida de alta graduación alcohólica, bombones, o los más afortunados, jamón, formarán parte de una gran parte de esas cestas de Navidad. Y todo, o en buena parte, debido a la Audiencia Nacional.
¿Por qué el turrón, y otros productos a los que se puede poner la etiqueta de tradicionales, serán un año más los reyes de las cestas? La ‘culpa’ hay que echársela a la Audiencia Nacional. Echemos la vista atrás: desde el año 2002, hasta el año 2017, una empresa dedicada al servicio de call center entregaba ‘religiosamente’ el regalo navideño a los trabajadores. ¿Qué pasó? Que, en el año 2018, la dirección decidió dar una vuelta de tuerca, y ser solidaria. Ya no daría turrón y vino a los trabajadores, sino que el importe de la cesta se lo donaría a una Organización No Gubernamental (ONG).
La sentencia dice que una empresa no puede cambiar un regalo tan tradicional de manera unilateral
Según recoge la Aedipe (Asociación Española de Dirección y Desarrollo de Personas, “un sindicato acudió a los tribunales al entender que el obsequio navideño constituía una condición más beneficiosa de naturaleza colectiva que la empresa no podía cambiar unilateralmente”. Dicho de otra manera: a partir de estas navidades, los trabajadores de dicho call center recibirán su tradicional cesta según una sentencia de la Audiencia Nacional. Ellos, y los que se acaben encontrando en la misma situación, si no quieren acudir a los tribunales.
LA SENTENCIA DE LA AUDIENCIA NACIONAL
Es la sentencia 40/2019 (de 13 de marzo), de la Sala de lo Social de la Audiencia Nacional, la que recoge que la empresa no puede eliminar un regalo recurrente en la empresa para donar el importe a una ONG. ¿Por qué? Porque la Audiencia Nacional estima que no corresponde la compañía efectuar dicho cambio, sino que debe ser una decisión consultada con los representantes de los trabajadores.
¿Qué pueden hacer aquellas empresas que vienen dando dicho regalo tres lustros consecutivos y han decidido ser generosos con otros colectivos más desfavorecidos? Si no quieren acabar en los tribunales, una de las opciones es ofrecer a los empleados el regalo de turno… pero de manera diferente. Es decir, que ese obsequio sea de marcas responsables adheridas a causas concretas.
Por ejemplo, Uttopy es una marca de moda cuya singularidad es que sus colecciones están inspiradas en causas sociales. A la par, ayudan a ONGs a sensibilizar y recaudar fondos. “Recurrimos a la moda ética y los complementos para ofrecer una solución que, además de solidaria, fomenta el consumo responsable”, señala Inés Echevarría, fundadora de Uttopy. De esta manera, la empresa sigue siendo generosa con sus trabajadores, y ayuda a causas como el alzheimer, la igualdad de género, el hambre, o el cáncer. De hecho, colabora con Médicos del Mundo, Acción contra el Hambre, o la Fundación Josep Carreras.
Uno de cada tres españoles que trabaja recibe un regalo de Navidad por parte de la empresa. El dato es de Infojobs. Muchos son los factores que determinan que tal hecho acabe, o no, sucediendo. ¿El principal? El tamaño de la empresa. Que sea más grande no significa que se dé por sentado que el detalle está incluido de por sí. De hecho, son las medianas empresas (aquellas en las que casi se conocen todos) las más generosas en este aspecto.