Fibracat reta a los grandes operadores en Cataluña con gigas y sentimiento

El operador catalán de telefonía Fibracat sabe que compite en cierta desigualdad con las grandes compañías del sector. Por capacidad de despliegue e infraestructuras, la pelea nace en condiciones diferentes; pero con mensajes de arraigo a la tierra y ofertas muy ajustadas en precio, la empresa dirigida por Josep Olivet no para de crecer. Su techo, por ahora, parece lejos.

Su último movimiento corporativo pone de relieve esa ambición que tiene el operador. En concreto, hace unos días Fibracat anunció un acuerdo de colaboración con la Asociación Catalana de Municipios (ACM), con el objetivo de ofrecer los servicios de internet, telefonía móvil y fija WP a todos los municipios afiliados a la ACM y de colaborar como patrocinadores con esta asociación. De esta manera, según señalan, el operador será la primera compañía de telecomunicaciones que entra como empresa colaboradora de esta asociación.  

Pero esto solo es el último paso. Fibracat lleva varios años elevando el ritmo de crecimiento. Un indicador muy ajustado es la facturación. Según datos del registro mercantil que recoge Insight View, en el ejercicio 2016 su volumen de ventas se elevó a 2,4 millones de euros; en 2017 dicha cifra se fue a los 3,2 M€; y según publica el diario L’Economic, en 2018 el operador catalán cerró con 5,5 millones de euros facturados. Además, según el CEO de la compañía, Josep Olivet, esperan que en dos años el volumen de ingresos se dispare a los 20 M€.

El reto es exigente, pero de momento están sabiendo ganar el relato de operador 100% catalán. De hecho, fuentes del sector explican a MERCA2 que el impulso que alcanzó Parlem como gran operador de Cataluña empieza a ser sobrepasado por Fibracat en determinadas zonas. Esa es parte de la guerra que quiere ganar esta compañía.

FIBRACAT TIENE LOS OBJETIVOS CLAROS

En esa búsqueda de identidad propia, que mezcla el sentimiento catalán con ideas diferentes, Fibracat, por ejemplo, basa sus tarifas móviles en nombres femeninos de importantes figuras catalanas, como son la escritora Monserrat Roig o ‘Aloma’, por la novela de Mercé Rodoreda.

En cuanto a sus ofertas convergentes, que lógicamente están paquetizadas como es propio en todo el sector, se centra en nombres de movimientos artísticos que, principalmente, han tenido como representantes a importantes figuras catalanas, como es la Tarifa Surrealista (fibra de 1 Gb/s) que evoca al pintor Salvador Dalí.

¿Pero es suficiente ese sentimiento catalán para conseguir una posición de poder? Es evidente que Parlem, Fibracat o la que surja, nunca tendrá el poder territorial que ha conseguido Euskaltel en País Vasco, y ahora todo el norte gracias a las compras de R Cable o Telecable. Por lo tanto, la pelea hay que trabajarla poco a poco y desde abajo.

Así empezó Josep Olivet con Altecom, que fue la empresa embrionaria de Fibracat, y ahora es la sociedad matriz del operador. No fue hasta 2013 cuando surgió lo que actualmente es Fibracat. En su caso, como muchos operadores regionales, su principal servicio durante los primeros pasos se centraba en el segmento de empresas. Desde entonces, el crecimiento ha sido continuo.

La compañía ha desplegado infraestructura propia -sobre todo- en su gran zona de influencia, Manresa; y donde no llega con sus propias redes, Fibracat usa el acceso mayorista de Orange, que también le sirve para ofrecer sus servicios de telefonía móvil, en este caso como clásico operador virtual.

En este contexto Fibracat busca su lugar en el mercado catalán y nacional. Olivet ha advertido en alguna entrevista que ya ha habido compañías interesadas en comprarles, aunque por ahora solo están centrado en seguir creciendo y, lo más importante, con los objetivos muy claros.