sábado, 14 diciembre 2024

Las tecnológicas reclaman una vicepresidencia Digital: ¿tiene sentido?

Durante las próximas semanas, si antes no se convocan elecciones, se irá configurando el próximo Gobierno de Pedro Sánchez. Por ello, es turno de ruegos y sugerencias sobre cómo debería ser dicha configuración. Así, la patronal de la industria digital, Ametic, urge a la creación de una vicepresidencia Digital para el próximo Ejecutivo.

Se trata de una reclamación legítima y que se hace desde hace bastantes años. La patronal tecnológica siempre ha reivindicado más peso de su industria en los diferentes gobiernos; y la realidad, todo sea dicho, ha sido más bien la contraria. Incluso, en la última formación del consejo de ministros se excluyó la “agenda digital” de un Ministerio propio y se rebajó todo a una secretaría de Estado que, además, se encarga del sector de las telecomunicaciones.

Ante esta situación, desde Ametic lo ven muy claro. Y motivos parecen no faltar. La patronal destaca la importancia de que el proyecto digital se establezca como una de las prioridades de Gobierno, y cuente para ello con el respaldo y liderazgo al máximo nivel del ejecutivo. Para la patronal, éste ha de contar con unos objetivos ambiciosos que posicionen a España en la élite de los países más avanzados tecnológicamente de la Unión Europea.

Para Ametic, la constitución de una vicepresidencia Digital “supondría un importante paso para impulsar y garantizar unas políticas de gobierno orientadas a lograr un modelo sostenible de impulso tecnológico, que sirva de palanca para la prosperidad de España, a partir de la transformación de los sectores productivos, de las administraciones públicas y de la sociedad en su conjunto”, apuntan desde la patronal.

AMETIC Y LAS COSAS CLARAS

En su documento base para las propuestas electorales de los partidos políticos, Ametic abordaba una serie de cuestiones genéricas sobre turismo conectado, industria, internacionalización, sanidad, etc., que se basan en sugerencias lógicas ante el actual modelo social.

Pero hay dos aspectos que destacan por encima del resto y que, haya vicepresidencia Digital o no, el Gobierno debería afrontar de manera inmediata.

El primer punto tiene que ver con la inteligencia artificial. Aquí, Ametic demanda poner en marcha de un Plan de Inteligencia Artificial para España dotado con una inversión presupuestaria adecuada que dé cobertura al esfuerzo de la inversión privada de nuestras empresas. Además, estima conveniente promover la especialización dentro de la Administración Pública, creando grupos permanentes de innovación orientados a identificar nuevas áreas de aplicación de tecnologías como la Inteligencia Artificial, que sean capaces de establecer una interlocución efectiva con las empresas.

Del mismo modo, Ametic piensa que se debe acelerar la modernización del sistema educativo y de formación desde las Administraciones Públicas, incrementando el apoyo a la formación en competencias digitales avanzadas, entre las que se deben incluir los conocimientos específicos de la IA, facilitando así la transición al mercado laboral.

Y no menos importante para ellos es definir y garantizar la aplicación de un marco ético y jurídico adecuado, que no sea obstáculo para el desarrollo de la IA, en línea con la visión en Europa.

El otro punto esencial tiene que ver con la ciberseguridad. En este caso, la patronal digital exige defender el reconocimiento oficial de la profesión de ciberseguridad a través de una capacitación como “CSO – Chief Security Officer” y a la cual se atribuyan una serie de atribuciones bien definidas.

Para esto ven conveniente abordar la falta de talento y la escasez de profesionales, ordenando el actual esquema formativo, adecuando la oferta actual y la gestión del talento a las necesidades de las empresas.

En este contexto desde Ametic creen que se debe situar al tejido industrial privado que opera en la “economía digital” como actor clave en la definición de los planes estratégicos nacionales en materia de ciberseguridad. Para ello también será necesario reforzar el nivel de autoexigencia y de protección dentro de propia Administración Pública, reflexionando de manera interna y dando salto cualitativo en la calidad de las soluciones implantadas en sus sistemas en materia de ciberseguridad, en línea con el Esquema Nacional de Seguridad.


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