El futuro de los medios: esperando un Netflix de la prensa

Freud advertía que la humanidad progresaba a pasos agigantados: «Hoy solamente queman mis libros; siglos atrás me hubieran quemado a mí». El próximo año se cumplirán 80 años de su muerte y el papel no deja de emular al universo de Bradbury. El papel arde y la prensa no deja de replantearse su futuro.

En la última década los principales periódicos españoles se desangran en los kioskos: se vende un 73% menos que hace diez años y los 322.000 ciudadanos que pasaban por caja para adquirir El País superan a los que hoy en día compran El País, ABC, El Mundo, La Razón, El Periódico de Catalunya y La Vanguardia.

Este hecho ha desembocado en la progresiva caída de las mastodónticas estructuras del siglo XX, rematadas a final de siglo con la creación de varios medios complementarios con la intención de alcanzar el sueño multimedia. Este drama también ha conllevado la debilidad de la prensa tradicional. Y para muestra, un botón.

LAS PORTADAS DEL 17 DE JUNIO DE 2017

Los periódicos ya habían tenido que cerrar los ojos en multitud de ocasiones para no ver una realidad que incomodaba a sus partidos políticos afines o a sus anunciantes. Pero la tragedia griega naciente en 2008 ha tenido una consecuencia directa: la creciente debilidad de los grandes editores.

El 16 de junio de 2017 se conoció que Mariano Rajoy y Luis de Guindos habían mentido. El presidente del Gobierno y el ministro de Economía habían prometido cinco años atrás que los españoles no iban a perder ni un solo céntimo de los 76.410 millones de euros del rescate bancario.

Y se perdieron 60.000. Sin embargo, aquella no fue una noticia destacada en el alicaído papel: El País, ABC, El Mundo y El Periódico abrieron con un encuentro de Rajoy y Macron, La Vanguardia prestó en portada atención a la visita de la reina Isabel a las víctimas del incendio de Londres y La Razón sacó su vena más pintoresca para plasmar el regreso de Felipe VI al palco de Las Ventas para asistir a una corrida de toros.

LA PRENSA ANTE EL ESPEJO

El papel ha perdido un 70% de la facturación publicitaria en apenas una década, los medios digitales han multiplicado sus ingresos en este ramo por cuatro (y pese a ello apenas alcanzan la mitad de los tigres de papel), y la tele de pago ha batido su récord de clientes a costa de hundirse el ingreso por abonado gracias a las tarifas del ‘quíntuple play’.

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La televisión también vive sus propias incertidumbres tras la consolidación de las OTT.

Eso sí, internet supera con holgura la atención que le dedicamos a la televisión, radio, prensa y revistas. ¿Quiere decir esto que la televisión ha muerto? Al revés: la tele es el ocio masivo y no deja de crecer el consumo, en suma de la televisión lineal y los VOD.

La publicidad también se va a la red: mientras la televisión lineal sufre un crecimiento plano, la facturación de los medios online crecen por encima de las dos cifras. Aunque en realidad esa tarta se la lleva el duopolio digital, Google y Facebook. 

Estos dos gigantes no dejan de crecer mientras que los medios se han convertido en una especie de agencias de estos dos grandes ‘medios’ que arrasan en tráfico sin confeccionar una sola noticia y sin responsabilizarse sobre ningún contenido.

¿SERÁN FACEBOOK Y AMAZON NUESTRAS TELES?

Brian Wieser explicaba en Bloomberg que los derechos deportivos serán los pilares principales para construir la televisión del futuro. El analista recordó que Facebook ha contratado al ex director de Eurosport y que Amazon ha integrado en sus filas al ex director de negociaciones de FOX Sports.

Perspectivas menos claras sufre la prensa, pese a que los tres millones de suscriptores digitales de The New York son un halo de esperanza para una industria que ya articula políticas publicitarias al margen de Google.

¿Estamos a la espera de un Netflix de contenidos impresos? Podría ser la solución después de evidenciarse que la ciudadanía está dispuesta a pagar y a no abonarse a la piratería, véase el caso de Spotify.

Una tarifa plana de periódicos podría ser la solución, aunque medios como El Español o El Diario ya han levantado sus propios muros de pago mientras que los editores del papel buscan una resurrección para Orbyt o Kiosko y Más. Este futuro, barruntado por Steve Jobs, podría estar en manos de apps globales como Readr.

OTROS MIEDOS EN LA PRENSA

Anoche el programa ‘Scoop’ de La Sexta analizó el caso Cambridge Analytics, expolio de datos de 80 millones de usuarios de Facebook que pudieron contribuir al triunfo de Trump. El miedo es que la manipulación pervierta aun más la situación política.

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Google y Facebook se han convertido en dos grandes ‘editores’ sin hacer una sola noticia.

El espacio conducido por Mamen Mendizabal también explicó el caso de unos jóvenes macedonios, que en plena campaña pusieron en pie 140 webs con desinformaciones sobre Trump y Hillary sin ninguna intencionalidad ideológica, solo forrarse con los clicks.

Jonathan Albright, investigador de la Universidad de Columbia, explicó en NYT que también existe el peligro de la violencia difundida por las redes: «Las redes sociales están envalentonando a las personas para que crucen la línea y envíen mensajes que tienen como intención provocar e incitar violencia. Claramente el problema se está expandiendo».

Es evidente que los ciudadanos ya no solo tienen que temer a la propaganda de partidos o bancos, sino que mucha contaminación informativa la reciben a través del vecino por WhatsApp o de la prima por Facebook. Y pese a que los gigantes americanos prometen nuevas herramientas para combatir la desinformación masiva, hay pocas certezas en el horizonte y cada vez más incertidumbres.