Los consumidores son de ideas fijas: quieren los mejores servicios de telecomunicaciones al precio más bajo. Simple. Ahora bien, cómo cuadra este concepto con la rentabilidad que desean obtener los operadores de telefonía de sus inversiones. Para encajar esta ecuación debe existir un regulador. Insuficiente para unos; un villano para otros. El término medio es cosa de la Grecia clásica.
Así se mueve en España la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Regulador y revisor de competenca de un amplio abanico de sectores, que navega entre dos aguas, sin agradar a nadie y con un trabajo deslucido en muchas ocasiones. Por eso, no está de más que saque pecho a la primera de cambio y ofrezca sus razones para existir y regular.
Un caso singular se ha producido en una de las últimas entradas del blog Tecnoestrategias del redactor especializado en telecos Ignacio del Castillo. El periodista hace una larga reflexión sobre el mercado mayorista de banda ancha, la regulación, el impacto de la misma en los operadores de telefonía y los posteriores acuerdos. El análisis concluye, en cierto modo, diciendo que la CNMC tiene un papel cada vez menos importante debido a los acuerdos que se alcanzan entre compañías.
Sabiendo que se trata de un espacio digital de nicho en el sector, la CNMC ha tenido a bien realizar una serie de matizaciones. Desde su punto de vista, lógicamente, analiza sus actuaciones y la importancia de su cometido.
La CNMC sale al paso
Al margen de agradecer las críticas que se pueden proyectar en el artículo, la CNMC matiza un aspecto que considera fundamental. Cree que la liberalización del sector ha potenciado y dinamizado la relación entre empresas y usuarios, pero queda mucho por hacer. “Todavía tenemos bastante trabajo por delante para seguir fomentando la existencia de una competencia efectiva en el sector de las telecomunicaciones, en beneficio de los consumidores y usuarios”, matizan. Y razón no les falta.
Durante los últimos meses ha habido subidas generalizadas de precio por parte de los principales operadores. El pretexto se divide en dos. Por un lado aseguran que ofrecen más servicios, y por eso aumentan el precio; y por otro lado, con las ofertas paquetizadas, añaden televisión, líneas de móvil adicionales… y eso lleva aparejado de igual manera una subida.
El problema es que todo llega en cascada. Todos lo hacen casi a la vez. ¿Pactan los precios? No pueden hacerlo, y para ello la CNMC está vigilante. Analiza y garantiza que no puedan subir los precios a la vez y de la misma manera.
Los precios siguen siendo una tarea pendiente
Hace unas semanas se propuso bajar los precios por la terminación de llamadas. Aquí, el regulador afirma que “los efectos más positivos de la reducción del precio de terminación ya se han producido. Como hemos comentado en nuestro blog, en los últimos 10 años los precios de la voz móvil en España han bajado cerca de un 80%, en gran parte gracias a las reducciones que hemos aprobado para la terminación móvil”.
No obstante, se ponen deberes y no quieren quedarse “de brazos cruzados, los costes de este servicio han evolucionado y hay que adaptar los precios regulados a la nueva situación. Por otro lado, en el mercado minorista todavía hay margen de mejora”.
¿Pueden bajar más los precios? Como guiño a los usuarios, o posibilidad real de mercado, la CNMC tiene la misión de que las llamadas de teléfono puedan tener un coste menor. Aunque lógicamente esto no case mucho con los intereses de los operadores.
La vigilancia a las empresas, otra tarea
Otra de las tareas que pone de relieve la CNMC en su papel como vigilante y regulador es la relación entre empresas y el denominado mercado mayorista. Aquí, asumen que hubo muchas críticas cuando se definió la regulación del mercado de banda ancha. Sobre todo Telefónica puso el grito en el cielo al asegurar que las inversiones en fibra en la zona regulada se paralizarían en España y que quedaríamos a la cola en despliegues con respecto al resto de países europeos.
La CNMC asegura, con razón, que eso no ha sucedido. “Ahora, debido a los diferentes acuerdos comerciales sobre las redes de fibra de Telefónica y Orange consideras que el régimen de supervisión de precios de la fibra, derivado de la decisión de mercados de banda ancha, es básicamente irrelevante”.
Pero también están en fase de vigilancia. Por ejemplo, la CNMC mira con lupa asuntos como la replicabilidad de las ofertas mayoristas, caso de Movistar con su televisión, puesto que tras la compra de Canal+ se le exigió una serie de acciones para que su competencia pudiera acceder a esos contenidos.
Berrinche ante el Ministerio
En la profundidad de los comentarios, la CNMC también aprovecha para quejarse de lo que es suyo, una vez pone a los demás en orden. En este caso estima que la lucha de poderes con el Gobierno no les beneficia, y es difusa frente a los demás países europeos.
“España es uno de los países de la UE-28, cuyo regulador de las telecos tiene menos competencias asignadas, por citar algunas de las más relevantes y que están en manos del Ministerio (MINETAD): neutralidad de la red, espectro, usuarios. Solo Dinamarca tiene menos competencias en telecos que la CNMC. Este hecho dificulta nuestra posición, como es lógico”.
Con todos estos argumentos, el regulador español saca pecho sobre su trabajo. Con razón, en muchos casos; y sin meterse más de lo necesario en otros. ¿Es necesario su papel? Parece que por ahora lo sigue siendo.